El c¨®mico que saca de quicio a Trump
Alec Baldwin desmonta al presidente electo a golpe de carcajada. Es su n¨¦mesis perfecta, el papel de su vida
Una de sus frases memorables es aquella de ¡°la buena noticia es que est¨¢is despedidos¡±. La pronunci¨® un joven Alec Baldwin en la pel¨ªcula ?xito a cualquier precio, la adaptaci¨®n de la obra de David Mamet de principios de los noventa en la que interpretaba a un agresivo y chulesco agente inmobiliario, que azuza a un grupo de derrotados comerciales y presume de su Rolex de oro. Varias d¨¦cadas despu¨¦s, casi el mismo grito (¡°?despedido!¡±) convirti¨® al magnate con querencia por el oropel, Donald Trump, en estrella de la telerrealidad con el concurso El Aprendiz, un ins¨®lito pero exitoso primer paso en su inminente desembarco en la Casa Blanca.
Iron¨ªa o delirante coincidencia, lo cierto es que el destino del actor desde octubre est¨¢ indisolublemente unido al de Trump. Es su n¨¦mesis perfecta, el papel de su vida. La brillante caricatura del millonario presidente electo en Saturday Night Live (SNL) ha devuelto al hermano mayor de la saga de actores Baldwin al primer plano. Y el programa c¨®mico m¨¢s antiguo de Estados Unidos ¡ªlleva en antena desde 1975, un a?o antes de que se celebrara el primer debate presidencial televisado¡ª se ha marcado un desternillante tanto.
El temperamental Alec, a los 58 a?os y con una carrera a sus espaldas que incluye una docena de ¨¦xitos en la gran pantalla, espectaculares salidas de tono con la prensa ¡ªy consiguientes ca¨ªdas en desgracia¡ª, y una notable carrera en televisi¨®n, est¨¢ dispuesto a desmontar al futuro inquilino de la Casa Blanca a golpe de carcajada.
Entre los innumerables retos que planteaba Trump como candidato ¡ªy ahora como presidente electo¡ª no hay que subestimar el actoral, en un pa¨ªs que ha hecho de la s¨¢tira pol¨ªtica un potente arma de destrucci¨®n de candidatos presidenciales. La parodia de Al Gore min¨® en gran medida su carrera, Tina Fey clav¨® a la resuelta Sarah Palin, y m¨¢s recientemente Larry David volvi¨® c¨®mico a Bernie Sanders, el candidato con menos humor que se recuerda. Pero con Trump, ?c¨®mo parodiar a alguien cuya apariencia y discurso, a menudo inconexo, le convierten en una caricatura en s¨ª mismo? Sus constantes excesos dejaban poco margen a los c¨®micos. La risa ni siquiera era helada. Dos actores lo intentaron en SNL, pero ha sido Baldwin quien lo ha logrado.
Formado en su juventud en el Instituto de Teatro Lee Strasberg, en la ¨²ltima d¨¦cada su papel en la serie de comedia 30 Rock, como el egomaniaco, c¨ªnico, machista, cara, millonario, productor televisivo Jack Donaghy ha sido claramente un buen entrenamiento para parodiar a Trump, y le ha valido el aplauso un¨¢nime de la cr¨ªtica y una docena de premios. Baldwin adem¨¢s es el actor que m¨¢s veces ha conducido SNL. Uno de sus sketch m¨¢s famosos lo hizo con Kim Bassinger como amorosa/odiosa pareja de reci¨¦n casados.
Ahora su caricatura del nuevo presidente es hilarante y pluscuamperfecta: despu¨¦s de verla, el verdadero Trump parece una copia descafeinada de s¨ª mismo. Perfectamente caracterizado, con tono cut¨¢neo naranja y flequillo escultural al viento, Baldwin frunce el morro, exagera la pronunciaci¨®n ¡ª¡°bad hooombre¡±¡ª, clava los gestos y declama incongruentes opiniones e insultos muy similares a los que el presidente electo pronunci¨® en campa?a.
Quiz¨¢ la mejor parodia implica un grado de conexi¨®n. Puede que estuvieran predestinados. Como Trump, Alec Baldwin naci¨® en el estado de Nueva York. La suya era una familia numerosa, cat¨®lica y de clase media, cuyos antepasados paternos se remontaban a los peregrinos que desembarcaron del Mayflower. Ingres¨® en la Universidad George Washington con la ambici¨®n de llegar a ser presidente, y la pol¨ªtica nunca ha estado lejos de las preocupaciones de este c¨®mico. Abiertamente dem¨®crata, lleg¨® a contemplar presentarse como candidato a la alcald¨ªa de Nueva York. La prensa estadounidense, para disgusto del actor, no ha tardado en sentenciar que Baldwin podr¨ªa ser el Trump de los dem¨®cratas, provocador, y bocazas, con un punto agresivo y excesivo propio de Manhattan.
La veta liberal de Baldwin no ha impedido que se haya metido en m¨¢s de una pol¨¦mica pol¨ªticamente incorrecta. A su encontronazo con un paparazzi cuando su primera esposa, Kim Bassinger, sal¨ªa del hospital con su hija reci¨¦n nacida, se sumaron, hace apenas tres a?os, los gritos e improperios a otro fot¨®grafo que acosaba a su segunda esposa, la mallorquina instructora de yoga, Hilaria Thomas. Aquello le cost¨® el despido de MSNBC. Unos a?os antes tambi¨¦n ocup¨® la primera plana de los tabloides cuando se filtr¨® el mensaje que el furioso actor dej¨® en el buz¨®n de voz de su primog¨¦nita. Tras varios plantones telef¨®nicos la gritaba que era ¡°una grosera, desconsiderada peque?a cerda¡±. Antes hubo una larga batalla legal con Bassinger por la custodia; despu¨¦s un libro sobre el asunto.
En 2014 tras el ¨²ltimo exabrupto, Baldwin, acusado de hom¨®fobo e iracundo, public¨® un largo art¨ªculo en la revista New York anunciando que se retiraba de la vida p¨²blica. All¨ª cargaba contra Breitbart News ¡ªque le llamaba Fidel Baldwin¡ª y contra Fox, y hac¨ªa sonar las alarmas: "Creo que Am¨¦rica est¨¢ m¨¢s jodida que nunca. La gente est¨¢ enfadada porque en el juego de las sillas, que es la econom¨ªa de EE UU, cada vez hay menos sillas cuando se detiene la m¨²sica. Y con cada recesi¨®n se para la canci¨®n".
Tras aquella despedida, en la m¨¢s pura tradici¨®n de la resurrecci¨®n de las estrellas, llega el pen¨²ltimo acto, y Baldwin vuelve con demoledora y sat¨ªrica fuerza. No se arredra, y azuza la hoguera de Twitter, en un delirante enfrentamiento-juego de espejos con el magnate. En la peque?a pantalla parodia la obsesi¨®n de Trump con la red social, su personaje interrumpe las reuniones con los asesores de seguridad para retuitear a ciudadanos an¨®nimos ¡ª¡°?volv¨ª a hacerlo!¡±, exclama ufano haciendo morritos¡ª. A Trump, el verdadero, le queman las yemas de los dedos y responde v¨ªa tuit. ¡°Acabo de intentar ver SNL, ?imposible! Totalmente parcial, no es gracioso y la interpretaci¨®n de Baldwin no puede ser peor. Triste¡±, escibi¨® el s¨¢bado 3 de diciembre. Poco despu¨¦s el actor le daba la r¨¦plica: ¡°Haz p¨²blicas tus declaraciones de la renta y paro. Ja¡±. Unas semanas antes ya le hab¨ªa advertido al presidente electo: ¡°Si quieres m¨¢s consejos ll¨¢mame. Estar¨¦ en SNL¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.