No hay cad¨¢ver pero s¨ª libro
F¨¤tima Llambrich desmenuza un doble crimen por el que cumple condena Ram¨®n Laso
Ram¨®n Laso no es inocente, aunque nada demuestre lo contrario. Est¨¢ en la c¨¢rcel por matar a dos personas, su esposa y su cu?ado, de quienes se tiene la certeza de que no est¨¢n vivos, aunque no haya pruebas directas de que est¨¦n muertos. Los cuerpos nunca se han encontrado, Laso jam¨¢s confes¨®, no hay arma del crimen, ni rastros biol¨®gicos ni testigos. Nada. La periodista F¨¤tima Llambrich ha construido sobre este caso ¨Chist¨®rico en Espa?a aunque pas¨® casi inadvertido- la obra Sin cad¨¢ver (Now Books, 2016), con los cimientos de la investigaci¨®n de los Mossos d¡¯Esquadra, las 50 entrevistas que tuvo con su protagonista en presidio, un cuaderno azul en letra apretada que el condenado escribi¨® solo para ella y una profunda b¨²squeda en su pasado. Y en sus secretos.
El libro de hechos reales novelados de F¨¤tima Llambrich (L¡¯Ametlla de Mar, Tarragona, 1980) desconcierta. No toma partido. Deja abierta al lector la decisi¨®n de si Ram¨®n Laso (Quesada, Ja¨¦n, 1955) es un asesino psic¨®pata, un lobo con piel de cordero, o una v¨ªctima de una investigaci¨®n prejuiciosa. ¡°Claro que yo tengo una opini¨®n sobre ¨¦l, pero no quiero decirlo para no contaminar al lector, para que no juzgue a Ram¨®n solo por etiquetas sino como si lo hubiera conocido¡±, explica. Como ese detenido de quien sus vecinos dicen que siempre saludaba.
Llambrich desmenuza la investigaci¨®n que la Unidad Central de Personas Desaparecidas de los Mossos llev¨® a cabo hasta convencerse (y convencer al jurado) de que Ram¨®n Laso, sepulturero y conductor de ambulancias, hab¨ªa matado en 2009 a su segunda esposa, Julia Lamas, y a Maurici Font, su cu?ado, que hab¨ªan desaparecido de Els Pallaresos (Tarragona). Los investigadores llegaron a la conclusi¨®n de que los elimin¨® porque le estorbaban, ya que Laso manten¨ªa una relaci¨®n sentimental con Mercedes Lamas, hermana de Julia y esposa de Maurici.
Llambrich, periodista de TV-3, trufa la investigaci¨®n con sus anotaciones de las entrevistas con Ram¨®n Laso en la c¨¢rcel (50 encuentros desde 2012, con mampara de por medio), una inmersi¨®n en el pasado del criminal y un cuaderno azul que el condenado escribi¨® tras su encarcelamiento. ¡°?l lo redact¨® para m¨ª porque sab¨ªa que estaba escribiendo el libro¡±, admite. Laso no hace ni una confesi¨®n: lo niega todo y parece m¨¢s molesto por el hecho de que no le hayan probado de forma directa sus cr¨ªmenes que por que realmente le acusen de ellos.
La autora mezcla periodismo e investigaci¨®n criminal¨ªstica (es licenciada en Criminolog¨ªa) para presentar un caso que hizo historia en Espa?a, montado por cadenas de indicios, analog¨ªas y antecedentes, pero sin pruebas directas: ni una, de hecho. Algo in¨¦dito aqu¨ª pero relativamente habitual en Estados Unidos.
En sus 357 p¨¢ginas va presentando a un Laso amable con sus conocidos, colaborador con los investigadores, trabajador, concienzudo y minucioso. Un hombre que tiene su celda de la c¨¢rcel de Barcelona en la que pena 30 a?os (la sentencia confirmatoria del Tribunal Supremo es de julio pasado) impoluta, ordenada de forma tan obsesiva que tapa con pl¨¢sticos los mandos a distancia de sus aparatos electr¨®nicos. Pero un ser despiadado a ojos de los investigadores.
Quien no conozca la historia de Laso tiene que transitar la mitad del libro para llegar al secreto que guard¨® durante a?os, del que sus dos v¨ªctimas (sin cad¨¢ver) ni su entorno en Tarragona ten¨ªan ni idea: en 1993 fue condenado por matar a su primera esposa, Lolita Camacho, simulando un suicidio, y a su hijo Daniel, de 6, en un aparente accidente de tr¨¢fico. Entonces tambi¨¦n ten¨ªa una amante. Tampoco confes¨®, ni hubo testigos, ni prueba directa. Fue condenado a 56 a?os, pero a los ocho qued¨® libre. De ello quiz¨¢s aprendi¨® que en un crimen no hay que dejar cad¨¢ver. Porque, como sostiene el forense Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa-Andrade, ¡°los muertos cuentan muchas cosas¡±.
-?Por qu¨¦ no relata desde el principio del libro estos dos cr¨ªmenes?
-Porque creo que habr¨ªa condicionado mucho al lector. Y no quer¨ªa.
-Pero usted tendr¨ªa una opini¨®n de Laso desde el principio, sab¨ªa de las cuatro muertes
-Claro, pero ?qui¨¦n soy yo para opinar de ¨¦l? Yo no soy nadie. No lo pongo porque pretendo mostrar al lector todo el abanico de hechos, para que comprenda que no todo es blanco o negro, que no es todo tan claro.
F¨¤tima Llambrich confiesa que sigue visitando a Ram¨®n Laso en la c¨¢rcel. Ella quiere ver hasta d¨®nde llega su protagonista con los a?os. Incluso si nada cambia. ¡°El libro no puede ser el ¨²nico objetivo de este trabajo. No es que vaya a hacer un segundo tomo, es que quiero ver su evoluci¨®n¡±. La mirada de Laso impresiona: pueden verlo en el reportaje El cos del delicte (TV-3, 2015). Tambi¨¦n a ella.
- ?Va a seguir visit¨¢ndolo, tiene cierto enganche con este caso?
-No lo s¨¦. Ya no lo veo con la misma frecuencia. Ya ver¨¦ cu¨¢ndo paro.
Babelia
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