Flaviano Bianchini: ¡°En M¨¦xico, los bananos valen m¨¢s que las personas¡±
Naturalista italiano, se hizo pasar por inmigrante sin papeles para viajar de Guatemala a EE UU y contarlo en 'El camino de la bestia'
Quien recuerde Cabeza de turco ¡ªla experiencia de G¨¹nter Wallraff, que se hizo pasar por inmigrante turco para padecer y retratar sus duras condiciones de vida en la Alemania de los ochenta¡ª entender¨¢ bien El camino de la bestia, un libro de simulaci¨®n y pesadilla como el que hizo vibrar a Europa en 1985. Flaviano Bianchini, italiano nacido en 1982, decidi¨® despojarse de su identidad, sus documentos y su ropa y se invent¨® a Aymar Blanco, un falso peruano que emprende desde Guatemala el camino ilegal para llegar a Estados Unidos. Tard¨® 21 d¨ªas en atravesar M¨¦xico escondido en trenes, encarcelado a veces, refugiado otras, dormido en contra de su voluntad cuando le venc¨ªa el sue?o, saqueado en el camino y mareado en el desierto, pero m¨¢s de tres a?os en escribirlo ante el bloqueo que sufri¨® por una experiencia que ¡°escrib¨ªa, borraba, reescrib¨ªa y borraba otra vez porque no lograba ponerle sentido¡±.
- Usted siempre pod¨ªa abandonar, proclamar que era italiano y evitar la c¨¢rcel, las torturas que sufri¨®. ?Fue dif¨ªcil mantener ese enga?o a sus compa?eros de viaje?
- No, porque empec¨¦ el viaje disfrazado de Aymar Blanco, pero lo acab¨¦ como Aymar Blanco. Cuando me encarcelaron, por ejemplo, pod¨ªa haber abandonado mi papel, decir que era italiano y salir. Cuando cruc¨¦ Ciudad de M¨¦xico tambi¨¦n. En una hora pod¨ªa haberme sentado a tomar una cerveza. Pero no lo hice y despu¨¦s ya no hab¨ªa vuelta atr¨¢s. Entr¨¦ tanto en el personaje que ya era uno de ellos. La idea de enga?arles ni siquiera se me ocurri¨® porque yo era Aymar Blanco y lo que pod¨ªa quitarles en comida que les correspondiera se lo he devuelto con un documento que creo que puede ayudar.
Bianchini habla perfectamente espa?ol con retazos de varios acentos americanos. Su trabajo como especialista en da?os a la salud en la ONG Source International le ha llevado a defender comunidades ind¨ªgenas de Honduras, Guatemala y Per¨² afectadas por la llegada de empresas mineras. Pero este libro le ha situado en otro sitio. ¡°La experiencia te cancela, te anula toda forma de humanidad¡±, explica en conversaci¨®n por Skype.
La primera regla del migrante es no fiarse de nadie porque detr¨¢s de cualquier otro puede haber un ladr¨®n, alguien que te va a vender a las mafias o, en el mejor de los casos, que va a correr m¨¢s que t¨² si la polic¨ªa asalta el tren. ¡°Es la regla n¨²mero uno y todo inmigrante la viola porque es innatural¡±. Surgen entonces peque?as alianzas, inconstantes y moment¨¢neas para buscar un refugio u otras v¨ªas pero entonces llega el otro riesgo del que tambi¨¦n hay que huir: y es tomarle cari?o a los dem¨¢s. ¡°Perdimos a dos personas en el trayecto final en el desierto, de noche, creo que eran dos mujeres embarazadas pero era mejor no saberlo porque no puedes hacer nada, no puedes volverte a buscarlas¡±. Los migrantes pierden hermanos, amigos, novias por el camino ¡°y siguen adelante cuando lo humano ser¨ªa pararse a irles a buscar¡±.
¡°Aunque construyan m¨¢s muro no van a evitar el paso, simplemente requerir¨¢ mayor organizaci¨®n¡±
Pero volver atr¨¢s significa perder al grupo, perder a un gu¨ªa que no frena y quedarse vagando sin norte en el desierto. ¡°Te vuelves animal: hay que comer, beber, esconderse, escapar y ya¡±.
En la zona fronteriza no solo la oscuridad y la inmensidad amenazan a los inmigrantes, sino los pozos envenenados por los ¡°minutemen¡±, los estadounidenses blancos que esperan armados a los extranjeros y que han cimentado la victoria de Donald Trump. ¡°Aunque construyan m¨¢s muro no van a evitar el paso, simplemente requerir¨¢ mayor organizaci¨®n¡±. Bianchini recuerda que siempre hubo frontera, los mexicanos pasaban a hacer la cosecha y volv¨ªan a casa en invierno pero ¡°desde que est¨¢ el muro ya no vuelven¡±. ¡°Lo ¨²nico que va a parar la inmigraci¨®n es un mejoramiento de la situaci¨®n¡±.
¡°Perdimos a dos personas en el desierto, creo que eran dos mujeres embarazadas pero era mejor no saberlo porque no puedes hacer nada"
El camino de la bestia (Pepitas de Calabaza) nos deja las reglas de un migrante para sobrevivir, pero sobre todo nos arroja las verdaderas reglas que rigen un mundo sin aliados ni defensas. ¡°Aunque Jes¨²s era en el fondo un hijo de migrantes, hasta Dios se ha olvidado de ellos¡±, dice en el libro.
Bianchini concluye con la contradicci¨®n m¨¢s angustiosa que vivi¨® en su inmersi¨®n: ¡°Ese tren es la met¨¢fora de este mundo de extremos: los bananos viajan legalmente, las personas no. El banano tiene m¨¢s valor que el ser humano que viaja encima de ¨¦l y para m¨ª eso representa el mundo de hoy, los bienes materiales tienen m¨¢s valor que los seres humanos¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.