La monta?a rusa de ¡®Sherlock¡¯
La cuarta temporada de la serie ha tenido momentos brillantes y otros decepcionantes. Una monta?a rusa de emociones para los espectadores y los personajes
Tanto tiempo esperando a que vuelva Sherlock y luego se va en un suspiro. Y adem¨¢s, no est¨¢ claro que este no vaya a ser el final definitivo de la serie... La adaptaci¨®n modernizada del detective cl¨¢sico es un fen¨®meno mundial que con cada regreso genera conversaciones enfrentadas. Las altas expectativas es lo que tienen. Eso se ha llevado al extremo en la cuarta temporada, que en solo tres cap¨ªtulos ha tenido tiempo para decepcionar, emocionar, ilusionar e incluso, a ratos, dejar indiferente. Un poco de todo. (Atenci¨®n, spoilers)
Tras un arranque flojo, que presentaba un Sherlock Holmes ligeramente diferente al que est¨¢bamos acostumbrados, m¨¢s oscuro, m¨¢s err¨¢tico, m¨¢s humano y menos brillante de lo habitual (ya hemos comentado el cap¨ªtulo en otro art¨ªculo), el segundo episodio de la serie recuperaba la lucidez, el pulso y el buen ritmo al que est¨¢bamos acostumbrados. Eran 90 minutos en los que daba tiempo un poco a todo: desde continuar con el desarrollo de los personajes y la relaci¨®n entre Holmes y Watson, hasta sacar partido a un buen villano interpretado por Toby Jones, un asesino en serie al que Sherlock se enfrentaba cara a cara, de t¨² a t¨², un reto intelectual para el detective. El cap¨ªtulo, adem¨¢s, inclu¨ªa un ingenioso giro final que obligaba al espectador a volver la mirada sobre acontecimientos pasados y la introducci¨®n del inesperado villano final.
El tercer cap¨ªtulo, el ¨²ltimo de la temporada, ten¨ªa el complicado reto de mantener el alto nivel que hab¨ªa marcado Steven Moffat con el segundo episodio. La historia se plantea como una sucesi¨®n de pruebas que Sherlock debe resolver y que le obliga a poner en juego constantemente el factor emocional tomando decisiones contrarreloj en macabros puzles basados en relaciones humanas. Entra en juego el pasado de Holmes, lo que recuerda y no recuerda, con elementos que el espectador sabe que finalmente no ser¨¢n lo que parece. Ahora Sherlock tiene sentimientos, sufre y le duele hacer sufrir.
Aunque el cap¨ªtulo final se mantiene en un nivel medio ¡ªcon agujeros de guion importantes: ?c¨®mo escapaba Eurus de su prisi¨®n a visitar a Sherlock y John y otra vez al final del cap¨ªtulo?¡ª, tiene varios momentos brillantes, como toda la escena en torno a la granada voladora que aterriza en el apartamento de Sherlock. O (de nuevo, ojo, spoilers) la reaparici¨®n de Moriarty en lo que, en un primer momento, parece una resurrecci¨®n cogida por los pelos pero que despu¨¦s se explica como un flashback que sirve para cerrar el c¨ªrculo de la serie. (Por cierto, merece la pena recalcar que en Espa?a, gracias a Netflix, se ha podido ver esta temporada incluso en versi¨®n doblada pr¨¢cticamente cuando terminaba de emitirla BBC).
Sherlock, el personaje, ha evolucionado. La serie ha evolucionado, y no lo ha hecho para bien en todos los sentidos. La cuarta temporada ha sido una monta?a rusa, con un cap¨ªtulo abajo, otro arriba y otro en el medio. Una monta?a rusa de emociones para los personajes y, en algunos momentos, para los espectadores. Y con un final que, por si las moscas, podr¨ªa servir como final de serie. No hay cliffhanger que deje a los espectadores pendientes del regreso.
?Es este el final que merece Sherlock? Siempre solemos defender que es mejor una retirada a tiempo que agotar la f¨®rmula, la historia y los personajes hasta la extenuaci¨®n. Pero Sherlock merece un final a una altura mayor. A su altura. ?Con un cap¨ªtulo especial? ?Otra temporada? Lo que sea, pero queremos m¨¢s Sherlock.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.