¡°Preferimos el riesgo, aunque perdamos al 80% del p¨²blico¡±
El tr¨ªo escoc¨¦s Biffy Clyro act¨²a la pr¨®xima semana en Barcelona y Madrid
Hay un tatuaje que une a Biffy Clyro. Literalmente. Una serie de l¨ªneas sinuosas se enredan por los hombros del bater¨ªa, Ben Johnston, se precipitan por la espalda de su hermano, el bajista James, y terminan su viaje en el muslo izquierdo de Simon Neil, cantante de la banda. ¡°Cuando tres se convierten en uno¡±, escribi¨® el grupo rock escoc¨¦s junto con la imagen en las redes sociales del ¨²ltimo dibujo pintado sobre sus cuerpos. Se trataba, al fin y al cabo, de lanzar un mensaje, al mundo y a s¨ª mismos. Tras a?os de ascensos, y alg¨²n momento horribilis, Biffy Clyro estaba de vuelta, m¨¢s unido que nunca.
?Por qu¨¦ Biffy Clyro?
Periodistas, fans, amigos. Demasiadas veces le han preguntado a Biffy Clyro por qu¨¦ su grupo se llama as¨ª. Aburridos ante el aluvi¨®n de interrogantes, los escoces optaron por inventar historias cada vez distintas. Aqu¨ª van algunas:
_Era un jugador del equipo de f¨²tbol de su ciudad, el Ayr United F. C.
_Era otro futbolista, finland¨¦s, y, ojo, del siglo XVII.
_En una noche de borrachera, uno de los miembros del grupo explic¨® mal, mezclando los nombres, que ten¨ªa un bol¨ªgrafo del m¨²sico Cliff Richards.
_Ser¨ªa el acr¨®nimo de "Big Imagination For Feeling Young 'Cos Life Yearns Real Optimism".
_Mezcla el apodo del esp¨ªa en el que estaban inspiradas las novelas de James Bond y el nombre de una ciudad galesa donde el grupo sol¨ªa veranear.
_As¨ª se llamaba un escoc¨¦s que construy¨® su propio cohete y fue el primer hombre de la historia en viajar al espacio.
Y as¨ª pretende demostrarlo al p¨²blico espa?ol, en sus actuaciones del pr¨®ximo 25 de enero en Barcelona y, al d¨ªa siguiente, en Madrid. All¨ª llevar¨¢ su directo enfurecido y su ¨²ltimo disco, Ellipsis, todo un punto de inflexi¨®n. Grabado en Los ?ngeles, en los estudios The Sound Factory por donde pasaron The Black Keys o Morrisey, se trata del s¨¦ptimo ¨¢lbum de un grupo que concibe los proyectos por trilog¨ªas: es decir, un nuevo inicio, tanto que los tres aparecen desnudos en posici¨®n fetal en la car¨¢tula. Y un producto peculiar, que junta uno de sus temas m¨¢s heavy, Wolves of Winter, canciones country o boogie-woogie y hasta una balada pop, Rearrange, que ¡°podr¨ªa sonar como Justin Bieber¡±, como admit¨ªa Neil, poco antes de un concierto en noviembre en Glasgow ¡ªal que EL PA?S fue invitado por Warner Music¡ª.
La comparaci¨®n dejar¨¢ alucinados a muchos seguidores de los gritos y el furor de Biffy Clyro. Sin embargo, no es de extra?ar. ¡°Jam¨¢s querr¨ªa presentar un ¨¢lbum que fuera reemplazable por otro. Me gustar¨ªa que dijeran: ¡®Si te ha encantado el segundo, odiar¨¢s el quinto¡¯. Queremos que nuestros fans no sepan nunca qu¨¦ vamos a hacer. Entiendo a las bandas que cogen el camino f¨¢cil y repiten el mismo disco. Pero para nosotros ser raros es m¨¢s importante. Preferir¨ªamos asumir un riesgo y perder al 80% de nuestro p¨²blico¡±, asevera Neil. Y los tres miembros del grupo insisten una y otra vez en este concepto. Los hechos tambi¨¦n van en esa direcci¨®n: pueden lanzar de repente un ¨¢lbum de 20 canciones, como Opposites, desaparecer para un a?o sab¨¢tico o prometer que, cuando tengan 60, seguir¨¢n saliendo desnudos al escenario.
Al rev¨¦s que en El gatopardo, Biffy Clyro lo cambia todo en sus canciones para que todo cambie de verdad. Y con su caza del peligro, los escoceses quieren diplomarse en la universidad de la m¨²sica. Ya han vendido millones de discos, tocado en grandes festivales y superado crisis internas. Se inspiran en Nirvana o Foo Fighters y han sido teloneros de grupos como Muse, Rolling Stones, Queens of the Stone Age o The Who. Pero aspiran a dejar su propia gran huella en el rock.
En la vida, en cambio, no han modificado casi nada. A¨²n residen en su Ayrshire natal, en la Escocia profunda, donde el tiempo se par¨® ¡°hace d¨¦cadas¡±. Ver a los granjeros salir cada d¨ªa a partirse la espalda en los campos refuerza su convicci¨®n de esmerarse en su trabajo. ¡°De joven, piensas que vas a dejar tu casa lo antes posible y no mirar nunca atr¨¢s. Cuando creces, te das cuenta de lo importante que es¡±, explica Neil. Por eso, juran, siguen siendo aquellos chavales que se conocen desde los siete a?os, tocaban de adolescentes ante ¡°cuatro sesentones y un perro¡± y tienen las mismas novias y amigos.
¡°En cierto sentido, nos hemos mantenido infantiles y na¨ªfs¡±, defiende James Johnston. Por eso, quiz¨¢s, Neil suelta una oda sentimental al poder de la m¨²sica: ¡°Claro que puede cambiar el mundo. En estos d¨ªas donde la gente se vuelve m¨¢s separada, puede unir y abrir las mentes. Va a sonar rid¨ªculo pero no me enter¨¦ de la violencia en Los ?ngeles hasta escuchar a Black Cats. Y Rage Against the Machine te dan ganas de salir a cambiar las cosas¡±.
Dramas personales
En su propio camino, Biffy Clyro super¨® luchas dram¨¢ticas. Como cuando, la noche antes de grabar su sexto ¨¢lbum, Ben desapareci¨®. Se march¨® a un bar, bebi¨® una cerveza y su memoria fue engullida por un agujero negro. Aunque los otros dos recuerdan perfectamente c¨®mo reapareci¨® a la ma?ana siguiente: perdido y con la cara ensangrentada. Los tres amigos se sentaron, y pensaron si rendirse. Finalmente, su pasi¨®n musical y su amistad le ganaron la batalla al alcoholismo de Johnston.
¡°La vida puede ser un viaje duro. La gente muere, hay enfermedades, momentos buenos y p¨¦simos. En esas situaciones, cuenta m¨¢s nuestra relaci¨®n que la banda. Hemos aprendido a mantener aunque sea un pel¨ªn de nosotros fuera del grupo¡±, enfatiza Neil. ?l mismo pas¨® por cinco semanas de crisis art¨ªstica y mental, donde el ¡°terror¡± le imped¨ªa salir de casa, as¨ª como escribir canciones que le parecieran dignas. Hasta que un d¨ªa compuso tres temas y se los envi¨® a los Johnston. ¡°Son jodidamente incre¨ªbles¡±, contestaron. Y as¨ª empez¨® Ellipsis.
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