Daniil Trifonov, las manos que hacen magia
El joven pianista ruso abre ma?ana la 22? temporada de la Fundaci¨®n Scherzo en el Auditorio Nacional
En origen era simplemente un ni?o que quer¨ªa crear su propia m¨²sica. Y encontr¨® un interlocutor ideal en el piano. ¡°Pero fueron las competiciones pian¨ªsticas las que me alejaron de la composici¨®n¡±, asegura Daniil Trifonov (Nizhni N¨®vgorov, 1991) en conversaci¨®n telef¨®nica con EL PA?S. Su primer ¨¦xito lleg¨® con ocho a?os en el concurso Anna Artobolevskaya tocando precisamente una pieza propia. ¡°Me instal¨¦ entonces con mis padres en Mosc¨² para estudiar en la Escuela Estatal de M¨²sica Gnessin¡±, recuerda. Y llegaron numerosos premios como pianista, que culminaron, tras unos a?os en Cleveland, con el prestigioso Premio Chaikovski en 2011. ¡°A pesar de que estren¨¦ hace poco mi primer concierto para piano, la composici¨®n ha terminado por convirtirse en un hobby¡±, reconoce. El joven ruso abre ma?ana jueves la 22? temporada del Ciclo de Grandes Int¨¦rpretes de la Fundaci¨®n Scherzo en el Auditorio Nacional, despu¨¦s de actuar el pasado lunes en Barcelona.
Trifonov vive por y para su instrumento. Y lo practica hasta con la imaginaci¨®n. ¡°Me gusta tocar en la piscina bajo el agua para aumentar mi flexibilidad¡±, confiesa. Su prodigiosa t¨¦cnica combina la dulzura con lo diab¨®lico hasta conformar una variante sorprendente de la famosa escuela rusa. ¡°Sus manos hacen magia¡±, afirm¨® el realizador Christopher Nupen en un reciente documental sobre el pianista. Pero Trifonov admite que su t¨¦cnica es herencia de sus maestros. ¡°Mis dos profesores, Tatiana Zelikman y Serguei Babayan, se formaron con disc¨ªpulos de Neuhaus, aunque ambos son muy diferentes¡±, aclara.
Sus ¨ªdolos pian¨ªsticos pertenecen al pasado y tampoco forman parte de la tradici¨®n de Neuhaus. Se confiesa m¨¢s de Cortot y Horowitz que de Guilels y Richter. Elude pronunciarse sobre pianistas vivos y proclama a Vladimir Sofronitsky como su favorito. ¡°A trav¨¦s de sus grabaciones descubr¨ª la m¨²sica de Scriabin, que es mi compositor predilecto¡±, reconoce. Pero a Trifonov le interesan especialmente los registros sonoros de los compositores que toca. Y habla con pasi¨®n de los rollos de pianola de Scriabin y las grabaciones de los conciertos de Rajm¨¢ninov. ¡°Es muy interesante verificar c¨®mo no siempre hacen lo que est¨¢ escrito en sus propias partituras¡±.
Rajm¨¢ninov es hoy uno de los focos centrales de su repertorio, aunque no lleva mucho tiempo tocando su m¨²sica. ¡°Hasta los 21 no toqu¨¦ por vez primera sus obras. Se trata de un compositor que necesita una madurez f¨ªsica para sentirlo confortable¡±, indica. Trifonov deslumbr¨® con su primera grabaci¨®n dedicada a Rajm¨¢ninov en Deutsche Grammophon junto la Orquesta de Filadelfia y N¨¦zet-S¨¦guin, pero tambi¨¦n hace pocas semanas tocando el Tercer concierto en Berl¨ªn con Rattle y la Filarm¨®nica en el famoso Concierto de San Silvestre.
El pianista ruso se ha enfrentado en su ¨²ltimo lanzamiento en DG al reto de grabar los estudios de Liszt. Pero no con el objetivo de impresionar con su t¨¦cnica, sino de contar una historia. ¡°Me interesa ahondar en la experiencia de la audici¨®n, en c¨®mo se concentra el contenido emocional. Me sucede tambi¨¦n en la lectura de Tolstoi y Dostoievski¡±, indica.
Su programa de ma?ana establece paralelismos en ambas partes entre Schumann y la m¨²sica rusa del siglo XX. ¡°Pretendo contraponer las posibilidades expresivas de la huella de Bach en Schumann y Shostak¨®vich, a trav¨¦s de Kreisleriana y los Preludios y Fugas, pero tambi¨¦n la representaci¨®n del virtuosismo entre Toccata del alem¨¢n y los movimientos de Petrushka, de Stravinski¡±, aclara. Trifonov volver¨¢ a Madrid en mayo para tocar el Concierto en sol de Ravel junto a la Staatskapelle de Dresde y Christian Thielemann en Iberm¨²sica, aunque sus conciertos favoritos sea los de m¨²sica de c¨¢mara: ¡°Me encanta compartir con varias personas la m¨²sica. Por ello en mi pr¨®ximo disco he grabado tr¨ªos de Rajm¨¢ninov y mi pr¨®xima composici¨®n ser¨¢ un quinteto¡±.
Babelia
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