La sensibilidad taurina del PSOE huele a chamusquina
La tauromaquia se debate entre el maquillaje de la sangre y los cambios en profundidad
Es curiosa, al menos, la intenci¨®n de la Junta de Andaluc¨ªa de que la fiesta de los toros se modernice, -¡®se humanice¡¯- y elimine ¡®la sangre innecesaria¡¯ a fin de que ¡®podamos explicar a nuestros hijos que la tauromaquia es patrimonio cultural¡¯, en palabras de un alto cargo del gobierno auton¨®mico. Se tratar¨ªa, en principio, -parece ser-, de que, sin alterar la esencia de las corridas, se redujera la duraci¨®n de los festejos, -que es excesiva, es verdad- y se buscaran alternativas al uso reiterado del descabello y la puntilla porque ¡®a veces, la muerte del animal se convierte en un espect¨¢culo poco edificante¡¯. En fin, que ¡®si no modernizamos el mundo del toro, fracasaremos¡¯.
Aunque el prop¨®sito sea bueno, as¨ª, de pronto, huele a chamusquina. Que el PSOE, en una de las comunidades m¨¢s taurinas de este pa¨ªs, lance el globo sonda de que ¡®ser¨ªa bueno y deseable que nos sent¨¢ramos para que la fiesta responda a la sensibilidad del siglo XXI¡¯ no es un planteamiento tranquilizador.
Si la Junta andaluza apoya de verdad la fiesta de los toros y est¨¢ convencida de que debe evolucionar al ritmo de los tiempos, equivoca el camino. Son muchos los problemas que arrastra la tauromaquia moderna como para reducirlos a la desagradable visi¨®n de la sangre en el tramo final de la lidia de un toro.
La semana pasada, en este mismo blog, el ganadero Victorino Mart¨ªn lo explicaba de manera meridiana: ¡°Si vamos a hablar de toros, seamos serios; hablemos de todo y no solo de un brindis al sol para contentar a los antitaurinos del partido que pretende abrir el debate¡±.
C¨®mo se explica que el PSOE defienda la fiesta en Andaluc¨ªa y se al¨ªe con los antitaurinos en el Parlamento nacional
Si los socialistas andaluces quieren proteger la fiesta, que trabajen para imponer a sus compa?eros -s¨ª, imponer, que es lo que hacen las ejecutivas de los partidos cuando se trata de sacar adelante cualquier iniciativa en el Parlamento- la defensa de los toros. ?C¨®mo es eso de que ¡®defendemos la fiesta a pesar de las distintas sensibilidades que sabes que existen en el seno del Partido Socialista¡¯? ?Desde cu¨¢ndo se admiten en el PSOE ¡®distintas sensibilidades¡¯ en una cuesti¨®n que, al menos, importa a un tercio de los espa?oles? ?C¨®mo se puede entender que los socialistas andaluces apuesten de manera decidida por la tauromaquia y pretendan erigirse en paladines de su renovaci¨®n hist¨®rica mientras hace a?os que los grupos parlamentarios socialistas del Congreso y el Senado se sienten alejados de todo aquello que huela a toros? Cansados est¨¢n de votar en contra o abstenerse en toda cuesti¨®n taurina, ya sea la ley para la regulaci¨®n de la tauromaquia como patrimonio cultural, o la presencia de los toros en la televisi¨®n p¨²blica o la tra¨ªda y manipulada posverdad de las subvenciones al sector.
?No ser¨¢ que el PSOE es un partido atrapado por sus complejos modernos, y trata, como dice Victorino, de contentar a sus militantes y simpatizantes antitaurinos, que deben ser muchos, con propuestas cosm¨¦ticas que no ser¨¢n m¨¢s que el inicio de una ofensiva que, antes o despu¨¦s, pondr¨¢ en marcha contra la tauromaquia?
No tiene sentido alguno que el PSOE sea taurino en Andaluc¨ªa y anti en el Parlamento. O s¨ª lo tiene: quiz¨¢, en el sur se emociona con la lidia porque el toro forma parte del paisaje, genera riqueza y puestos de trabajo, y es parte sustancial de la tradici¨®n y el medio ambiente. Dicho de otro modo, el toro es un elemento electoral a tener en cuenta, y en modo alguno desde?able por quienes pretendan gobernar en esta tierra. (M¨¢s vale ser taurino rancio que moderno animalista cuando de alcanzar el poder se trata).
Las propuestas cosm¨¦ticas no son m¨¢s el inicio de una ofensiva contra la fiesta de los toros
Si el argumento fuera verdadero (y as¨ª lo parece dadas las circunstancias), abrir ahora un debate sobre ¡®la sangre innecesaria¡¯ suena a una broma de mal gusto, y a un intento vano de maquillar burdamente un espect¨¢culo que pide a gritos una aut¨¦ntica renovaci¨®n.
Hace unos d¨ªas, y en este blog, Roberto Garc¨ªa Yuste, presidente de la Asociaci¨®n el Toro de Madrid, pon¨ªa el dedo en la llaga: ¡°No creo que la gente deje de ir a los toros por la visi¨®n de la sangre, sino porque se aburre¡±.
Que se enteren, pues, los socialistas andaluces: el problema de la tauromaquia es el toro, al que los taurinos y el p¨²blico han convertido en caricatura de s¨ª mismo; la p¨¦rdida de la emoci¨®n; el fraude permanente o, al menos, la sensaci¨®n constante de su existencia; la unidad del sector, convertida en una quimera desvergonzada; el reconocimiento real de la tauromaquia como patrimonio cultural; la presencia de los toros en la televisi¨®n p¨²blica y la cobard¨ªa de la administraci¨®n para conceder subvenciones p¨²blicas a un sector que paga sus impuestos.
Esa es la renovaci¨®n urgente y necesaria.
Todo lo dem¨¢s es hacerle el juego al enemigo, que no detendr¨¢ su ofensiva porque se acelere la agon¨ªa del animal en el ¨²ltimo tercio.
Si de eliminar sangre se trata, pedir¨¢n tambi¨¦n que se proh¨ªba la lidia de los toros ensabanaos, albah¨ªos, casta?os, coloraos, jaboneros, sardos o c¨¢rdenos claros, porque el l¨ªquido rojizo destaca m¨¢s en sus coloreadas capas que en la negra.
En fin, que el absurdo llevar¨¢ a la desaparici¨®n de la fiesta, que es el objetivo de muchos, entre ellos una legi¨®n de socialistas. Y si alguien lo duda, que repase las actas del Parlamento nacional.
Babelia
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