Secta criminal, dignidad pol¨ªtica

Lo peor que le puede pasar a una pel¨ªcula sobre un gran asunto, sobre un hecho real de m¨²ltiples vertientes, en lo social, en lo pol¨ªtico, en lo religioso, en lo criminal, es que mientras la ves tengas la sensaci¨®n de que el acontecimiento del pasado deb¨ªa tener mucho m¨¢s inter¨¦s que el relato ofrecido, que se ha escogido la v¨ªa m¨¢s banal en pos de lo supuestamente entretenido, que se han elegido las bajas pasiones en lugar de las altas presiones. Colonia, pel¨ªcula alemana de Florian Gallenberger, aborda el pol¨¦mico asentamiento sectario de Colonia Dignidad, fundado en Chile a principios de los a?os 60 por inmigrantes alemanes, con aspecto de centro socio-religioso de impecable prestigio de puertas para fuera, pero reconvertido en centro de detenci¨®n y tortura durante la dictadura de Pinochet, adem¨¢s de lugar para la ejecuci¨®n de las m¨¢s diversas atrocidades f¨ªsicas y morales, incluida la pedofilia, de puertas para dentro.

Un esc¨¢ndalo con ramificaciones en tres pa¨ªses, adem¨¢s de Chile y Alemania, tambi¨¦n Argentina, ya que en su interior se fabricaban armas de todo tipo, incluidas las bacteriol¨®gicas, para una posible guerra con el pa¨ªs vecino. Sobre gobiernos en dictadura, como el de Chile, pero tambi¨¦n en democracia, como el de Alemania, cuyos servicios secretos podr¨ªan haber estado complicados en su construcci¨®n, y cuyos diplom¨¢ticos no ofrecieron cobijo a los que huyeron y denunciaron. Y que sin embargo Gallenberger cuenta de forma harto t¨®pica, como un thriller de intriga rom¨¢ntica, aderezado de pel¨ªcula de huida de campo de concentraci¨®n, protagonizado por una pareja de j¨®venes alojada en el infierno.

Como un Argo de baja calidad, superficial, indolente y por momentos rid¨ªculamente melodram¨¢tico, Colonia ni siquiera se esmera en la aplicaci¨®n de un c¨®digo para filmar en un idioma com¨²n: o la ruedas en ingl¨¦s, o en alem¨¢n, o con los personajes hablando en su idioma correspondiente, pero filmar secuencias con discursos p¨²blicos en ingl¨¦s y respuestas de la plebe en espa?ol es rid¨ªculo.

Y, sin embargo, el poder del cine, incluso del m¨¢s discreto, es a veces inabarcable: en abril de 2016 se celebr¨® un acto de contrici¨®n p¨²blico, en el que el gobierno alem¨¢n pidi¨® una disculpa hist¨®rica a las v¨ªctimas de Colonia Dignidad por los errores cometidos. Y, textualmente, el acto lo provoc¨® "lo que narra esta pel¨ªcula".