Esperpento y ternura

Sabes que el festival de Cannes posee derecho de pernada sobre la cosecha del cine mundial, que puede elegir en su programaci¨®n lo m¨¢s selecto del mercado, que los directores con vocaci¨®n de autor¨ªa o que ya cuentan con numerosos e indomables feligreses entre la cr¨ªtica anhelan que su criaturas cinematogr¨¢ficas sean bautizadas all¨ª. Y, por supuesto, all¨ª te encuentras de todo en funci¨®n de tus gustos, valoraciones y man¨ªas. Aunque la mayor¨ªa de esas pel¨ªculas que compiten en Cannes pertenezcan a esa categor¨ªa tan enf¨¢tica de estreno mundial, siempre llegan anticipados rumores y opiniones contrastadas sobre la calidad o la sorpresa que contienen algunas de ellas.

En la ¨²ltima edici¨®n del festival se filtr¨® que exist¨ªa en la secci¨®n oficial una muy divertida, original y extravagante comedia alemana. Se titula?Toni Erdman y la firmaba la directora Maren Ade, de la que no ten¨ªa referencias. De entrada, es inevitable mostrarte esc¨¦ptico ante la posibilidad de encontrarte con una hilarante comedia alemana, ya que este g¨¦nero no forma parte de la tradici¨®n del cine alem¨¢n. O al menos, yo no recuerdo haberme partido de risa o sonre¨ªr en exceso con esa filmograf¨ªa, que posee muchos meritos, pero que no se ha distinguido ancestralmente por su sentido del humor. Sin embargo, tengo muy clara la tradici¨®n y el significado de las grandes comedias del cine norteamericano (aunque gran parte de ellas fueran realizadas por directores europeos, como sus Majestades Ernst Lubitsch y Billy Wilder), ingl¨¦s e italiano.

Los que anticipaban la gracia y el encanto de Toni Erdmann ten¨ªan raz¨®n. Es una comedia ins¨®lita en el mejor sentido, habitada por gags esplendidos y situaciones que provocan risa, dotada de poder de observaci¨®n, retratando personajes muy cre¨ªbles, mezclando realismo y surrealismo, esperpento y soterrada ternura. Y tiene defectos. Por ejemplo: su excesiva duraci¨®n. Hubiera sido aconsejable que alguien con criterio e inmejorables intenciones le hubiera sugerido a la directora que acortase esos excesivos 162 minutos, que hay momentos en el centro de la trama que se tornan repetitivos, secuencias fatigosamente rematadas. Pero remonta en la parte final, todo vuelve a fluir en una fiesta ins¨®lita y jocosa en la que su alborotada protagonista decide que todos los estupefactos invitados acudan desnudos.

Esta agridulce pel¨ªcula describe la finalmente salvadora relaci¨®n entre un padre m¨¢s que histri¨®nico y aficionado a los disfraces con su hija, una triunfadora profesional y social que en el fondo est¨¢ muy solita y no lo sab¨ªa, incapaz de exprimir las alegr¨ªas que a veces ofrece la vida. El padre tambi¨¦n est¨¢ solo, ha perdido a su perro, su respiraci¨®n es angustiosa, pero no ha perdido humanidad ni su afici¨®n a montar n¨²meros. Y su farsa permanente motivar¨¢ que su brillante, pragm¨¢tica y g¨¦lida hija ese al borde del ataque de nervios viendo peligrar su carrera, pero tambi¨¦n aprender¨¢ a sentir, a re¨ªr, a vivir. No existe ¨¦nfasis en esta relaci¨®n, ni a la redimida dama le espera en el futuro el para¨ªso, paro algo habr¨¢ aprendido mediante el amor y el cuidado que le dedica ese padre destroyer. Ha sido grato y a rato delicioso acompa?arles en su disparatado viaje. Pero repito: pod¨ªa ser m¨¢s corto.