La vida sexual del vegetal

Componer una pel¨ªcula asentada en la condici¨®n f¨ªsica de "vegetal" de un enfermo, seg¨²n expresi¨®n coloquial cada vez m¨¢s en desuso, y en los paralelismos entre las funciones b¨¢sicas inconscientes de un joven y las plantas del t¨ªtulo, para acabar hablando del descubrimiento del sexo de una adolescente de 17 a?os, del cuerpo propio y del de los dem¨¢s, incluyendo primeros planos expl¨ªcitos de miembros masculinos erectos en pleno ejercicio de la masturbaci¨®n, es apuntar alto en el ¨ªndice de capacidad para la controversia.

Si adem¨¢s hablamos de una obra de debut que, a su descripci¨®n cotidiana y absolutamente realista, a?ade elementos sobrenaturales con influencia del c¨®mic acerca de una supuesta invasi¨®n de esp¨ªritus vegetales capaces de poseer cuerpos humanos, la gr¨¢fica del atrevimiento se sale directamente del cuadro. Hasta ah¨ª, todo fenomenal en Las plantas, ¨®pera prima del chileno Roberto Doveris. Asunto distinto es su desarrollo.

Doveris, con la imprescindible ayuda de la envolvente banda sonora de la cantante Violeta Castillo, tambi¨¦n actriz protagonista en la pel¨ªcula, demuestra universo propio, suficiencia para la composici¨®n de atm¨®sferas turbias e ideas ins¨®litas que, sin embargo, se quedan en meros esbozos. Como una gran idea para un cortometraje que se torna caprichosa cuando, a fuerza de reiteraci¨®n, se llega a pocos lugares m¨¢s all¨¢ del desconcierto.

Que por una vez sea la mirada femenina (aunque escrita y filmada por un hombre: el propio Doveris) la que domine un conjunto en el que el sexo masculino es el que se visualiza constantemente, quiz¨¢ con m¨¢s provocaci¨®n que espontaneidad, resulta un aspecto destacable, pero la dimensi¨®n inicial de la pel¨ªcula, prometedora, inaudita y con posibilidades de raigambre social, es finalmente mucho m¨¢s encomiable que sus insustanciales efectos.