Sophia Loren: ayer, hoy, ma?ana¡­ y siempre

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Setenta a?os de un creador de sue?os

¡°Una mujer emancipada es una mujer que trabaja¡±, recordaba ante los periodistas Sophia Loren en 1994, cuando le concedieron en el Festival de cine de Berl¨ªn un Oso de oro por toda su carrera. La actriz italiana sab¨ªa perfectamente de lo que estaba hablando porque el trabajo, la emancipaci¨®n y la b¨²squeda del reconocimiento, tanto personal como art¨ªstico, han sido las constantes de su vida.

Una vida que comenz¨® el 20 de septiembre de 1934 en la maternidad para madres solteras de la cl¨ªnica Santa Margherita de Roma. Su padre era un joven romano con lejanos or¨ªgenes aristocr¨¢ticos que le dio a rega?adientes su apellido, Scicolone. Romilda, su madre, una eterna aspirante a actriz, volvi¨® a su localidad natal, Pozzuoli, cerca de N¨¢poles, cuando se desvanecieron sus sue?os de convertirse en estrella de cine y en la leg¨ªtima mujer del hombre que le hab¨ªa dejado embarazada.

La peque?a Sof¨ªa creci¨® durante la guerra y la posguerra, t¨ªmida y desgarbada, entre bombardeos y carencias. En 1949 particip¨® en un concurso de belleza. No sali¨® elegida como reina del concurso, pero s¨ª fue una de las princesas, de las damas de honor, y as¨ª comenz¨® su leyenda. Dio unas clases de interpretaci¨®n; hizo algunas pruebas fotogr¨¢ficas y se march¨® a Roma para participar como extra en una gran superproducci¨®n: Quo Vadis, el film que protagonizaban Robert Taylor y Deborah Kerr. En la capital italiana sali¨® retratada en fotonovelas con el nombre de Sof¨ªa Lazzaro e intervino con peque?os papeles en el cine. Fue el director Goffredo Lombardo quien eligi¨® su nombre art¨ªstico. Necesitaba un apellido corto y f¨¢cil. En su oficina hab¨ªa un cartel con una actriz sueca llamada M?rta Toren y decidi¨® cambiar la T por una L. As¨ª naci¨® Sophia Loren.

De la mano del productor Carlo Ponti, que se convertir¨ªa despu¨¦s en su marido, comenz¨® a rodar sus primeros ¨¦xitos como El oro de N¨¢poles o La ladrona, su padre y el taxista. Pronto dio el salto a Hollywood. ¡°Cuando me fui a Estados Unidos era muy joven. Ten¨ªa 22 a?os cuando llegu¨¦ as¨ª que tuve que aprender mucho y tuve que adaptarme a c¨®mo trabajaban. Intent¨¦ asimilar el m¨¦todo que ellos usaban, pero, al final, cuando trabajaba en una pel¨ªcula, el equipo parec¨ªa italiano porque me segu¨ªan a todas partes, hiciera lo que hiciera¡±, explic¨® sonriendo en Berl¨ªn.

Sus pel¨ªculas junto a Marcello Mastroianni, Matrimonio a la italiana, Los girasoles o Una jornada particular, entre otras muchas, se han convertido en una de las se?as de identidad del cine italiano. ¡°Yo he trabajado toda mi vida y mi forma de trabajar me ha hecho sentir como un hombre, con mucha responsabilidad en cosas importantes. Si eso me da derecho a ser feminista pues soy feminista¡±, afirmaba tajante ante los periodistas la mujer que dese¨® durante a?os convertirse en madre y formar una familia, algo que logr¨® despu¨¦s de mucho sufrimiento y frustraciones.

Su autobiograf¨ªa se titula como uno de sus grandes ¨¦xitos en el cine: Ayer, hoy y ma?ana, el film de Vittorio de Sica que rod¨® en 1963 junto a su querido Marcello Mastroianni, pero habr¨ªa que a?adir la palabra ¡°Siempre¡± para que el retrato de esta napolitana universal quedara eternamente incompleto, que nunca se cerrara, abierto para que las futuras generaciones aprecien infinitamente su descomunal talento art¨ªstico.