Cumbre del arte isl¨¢mico
Resultan inquietantes las declaraciones de autoridades responsables de su custodia tratando de extirparle sus principales valores
Los historiadores del arte y las personas que se acercan a esta espl¨¦ndida obra Patrimonio Mundial, la Mezquita de C¨®rdoba, al contemplarla y analizarla sin animadversiones por motivos de raza o religi¨®n, encontramos en ella un rico universo art¨ªstico y simb¨®lico digno de aprecio y admiraci¨®n. La vinculaci¨®n de la arquitectura y las artes omeyas con las de Bizancio y la Antig¨¹edad grecorromana son bien conocidas y advertidas por la historiograf¨ªa del arte, de la misma manera que los art¨ªfices del primer estado del Islam, el Estado Omeya oriental, crearon un nuevo lenguaje art¨ªstico para la nueva fe.
La relaci¨®n de la C¨²pula de la Roca de Jerusal¨¦n y de la Mezquita Omeya de Damasco con el arte bizantino y el romano, es decir, con el lenguaje art¨ªstico de los habitantes de esta parte del imperio bizantino ocupado por el Islam es evidente, como tambi¨¦n son evidentes las innovaciones art¨ªsticas y simb¨®licas de la nueva religi¨®n. La historia de la Humanidad y del arte es una concatenaci¨®n de pervivencias, rupturas y transformaciones. El arte bizantino tiene, a su vez, mucho de griego y romano. Y en el orden de las creencias, el propio Islam incluye un importante componente jud¨ªo y cristiano al asumir la tradici¨®n abrah¨¢mica, a la vez que ¨¦l mismo propone como culminaci¨®n de dicha tradici¨®n monote¨ªsta.
A diferencia del rechazo que hacia lo isl¨¢mico muestran algunas autoridades cristianas de nuestro pa¨ªs, es conveniente recordar c¨®mo muchos artistas, intelectuales y ciudadanos cristianos de Jerusal¨¦n y de Palestina admiran la C¨²pula de la Roca, sometida adem¨¢s a continuas agresiones y amenazada de destrucci¨®n por el ej¨¦rcito ocupante, y c¨®mo los cristianos palestinos aprecian y conservan las tradiciones y artes relacionadas con la C¨²pula de la Roca m¨¢s all¨¢ del estricto uso cultural que le profesan sus hermanos musulmanes. Y c¨®mo muchos musulmanes protegen a su vez la herencia cristiana y se enfrentan a los que de uno u otro signo intentan cercenarla en aquella convulsa zona del planeta.
Tampoco est¨¢ de m¨¢s recordar aqu¨ª el mudejarismo de tantas iglesias espa?olas y el uso de formas art¨ªsticas isl¨¢micas andalus¨ªes en una gran cantidad de lugares de culto cristianos de nuestro pa¨ªs. En el caso de la Mezquita de C¨®rdoba, no estamos ante una mezquita m¨¢s, lo que ya de por s¨ª la convierte directamente en una obra isl¨¢mica, sino que tenemos la suerte de contar con una de las construcciones arquitect¨®nicas m¨¢s ricas y elaboradas del arte isl¨¢mico. Los cordobeses disfrutan de la mezquita mayor mejor conservada de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica, pr¨¢cticamente la ¨²nica que nos ha llegado casi al completo, habi¨¦ndose salvado de la destrucci¨®n a que se sometieron todas las dem¨¢s al ser transformadas en catedrales.
Gracias a ello, podemos admirar la magn¨ªfica creaci¨®n de arcos encabalgados y de dos ¨®rdenes que idearon los arquitectos de Abd al-Rahm¨¢n I, junto con el elegante arco de herradura cordob¨¦s bicrome, que confieren al edificio un signo de identidad y distinci¨®n que ha perdurado a trav¨¦s de los siglos, y cuya plasticidad, sensaci¨®n de movimiento y multiplicaci¨®n de la masa arquitect¨®nica en altura ha sido elogiado por arquitectos actuales como Rafael Moneo, y por muchos otros, como un prodigio de ingenio y atrevimiento art¨ªstico.
Pero a esto hay que sumar la impresionante ampliaci¨®n de al-Hakam II en la que se construyen las primeras c¨²pulas monumentales de arcos cruzados de la historia y se a?aden espectaculares combinaciones de arcos de herradura, de medio punto y lobulados, que no s¨®lo se encabalgan sino que ahora tambi¨¦n se entrecruzan, configurando una maqsura que para no pocos historiadores del arte es una de las cumbres indiscutibles de la arquitectura isl¨¢mica en la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica.
Los mosaicos de tradici¨®n bizantina, como tambi¨¦n lo son los de la C¨²pula de la Roca y los de la Mezquita de Damasco, y los que perviven en la Mezquita de al-Aqsa y en algunos de los palacios omeyas de Oriente, se aplican no s¨®lo a ornar con delicadas formas arb¨®reas, vegetales y geom¨¦tricas la alquibla y el mihrab de al-Hakam II, y no s¨®lo a conmemorar la figura del califa y el nombre de los supervisores, encargados de las obras y la fecha de ejecuci¨®n de las obras, sino tambi¨¦n a exhibir extensos pasajes cor¨¢nicos relacionados con los principios del islam, la oraci¨®n y la doctrina malik¨ª (tendencia interpretativa del sunnismo isl¨¢mico prevalente en al-Andalus).
Es cada vez m¨¢s acuciante la necesidad de intervenci¨®n de las instituciones p¨²blicas para asegurar la conservaci¨®n, el estudio y la adecuada difusi¨®n de los valores
Estas magn¨ªficas caligraf¨ªas c¨²ficas cor¨¢nicas, valoradas y reproducidas ya en el siglo XVIII por Jos¨¦ de Hermosilla y el equipo que realiz¨® para la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando las Antig¨¹edades ?rabes de Espa?a, pueden ser disfrutadas hoy por los cordobeses y por los miles de visitantes del monumento. El Emirato y el Califato cordob¨¦s no s¨®lo costearon las obras de la Gran Mezquita de Occidente, la Mezquita omeya de C¨®rdoba, sino que los soberanos que ordenaron la construcci¨®n y sus sucesivas ampliaciones se rodearon de excelentes arquitectos, decoradores, cal¨ªgrafos y operarios para erigir un edificio de notabil¨ªsima originalidad y categor¨ªa art¨ªstica con formas, espacios y valores est¨¦ticos inexistentes en las artes de culturas precedentes (algunos tipos de arcos, arquer¨ªas, c¨²pulas nervadas, caligraf¨ªas c¨²ficas cor¨¢nicas, efectos ¨®pticos de diafanidad espacial y dinamismo¡)
Y entre los muros de la gran aljama de C¨®rdoba ense?aron, adem¨¢s, importantes sabios andalus¨ªes que son todav¨ªa hoy referencia para la hermana cultura ¨¢rabe e isl¨¢mica. Por todo esto, que es de acervo com¨²n, resultan inquietantes las declaraciones de autoridades eclesi¨¢sticas directamente responsables de la custodia y uso de este gran legado art¨ªstico menospreci¨¢ndolo y tratando de extirparle sus principales valores, lo que denota m¨¢s que ignorancia una exacerbada animadversi¨®n hacia otra cultura tenida por diferente y hostil. De ah¨ª que sea cada vez m¨¢s acuciante la necesidad de intervenci¨®n de las instituciones p¨²blicas locales, auton¨®micas y estatales de nuestro pa¨ªs para asegurar la conservaci¨®n, el estudio y la adecuada difusi¨®n de los valores de tan singular e importante monumento declarado Patrimonio Mundial.
Jos¨¦ Miguel Puerta V¨ªlchez es profesor de Historia del Arte de la Universidad de Granada.?
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