Una mezquita para sorprender a Al¨¢

¡°Mand¨® el imam al-Mustansir (...) -?Allah le beneficie!- tras la asistencia de Allah en lo que erigi¨® de este mihrab, revestirlo de m¨¢rmol, anhelando abundante recompensa y excelente lugar de retorno (en la otra vida)¡±. Es un fragmento de la inscripci¨®n que corona el z¨®calo marm¨®reo del mihrab de la Mezquita de C¨®rdoba, seg¨²n transcribe el investigador Manuel Oca?a. Un texto que revela c¨®mo se mand¨® construir uno de los elementos m¨¢s representativos de este patrimonio mundial reconocido por la Unesco en 1984 como "ejemplo sobresaliente de la arquitectura religiosa del Islam¡±. Pero estos d¨ªas, el obispo de C¨®rdoba, Demetrio Fern¨¢ndez, en el en¨¦simo intento de vincular el monumento con la cristiandad, ha declarado para la revista 17...: ¡°El arte no es musulm¨¢n. (...) Es cristiano bizantino, los moros solo pusieron el dinero¡±.

Los expertos le contradicen: "De la mezquita hemos escuchado muchas barbaridades. Pero es una evidencia que es un edificio que solo se puede entender en coordinadas ¨¢rabes e isl¨¢micas del 711 en adelante", detalla Eduardo Manzano, profesor investigador del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), hastiado de lo que considera continuados intentos de la Iglesia de minimizar su presencia isl¨¢mica. Con el visitante musulm¨¢n Nobal Alamudi, ha funcionado: ¡°Esto es muy emocionante. Por un lado sientes conexi¨®n con el pasado y la historia de tu religi¨®n, pero por otro, solo lo veo como arquitectura, la espiritualidad se ha ido¡±, dice bajo las dobles arquer¨ªas apenas unos segundos antes de que empiece a sonar un ¨®rgano de fondo.

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¡°No hay la m¨¢s m¨ªnima evidencia que vincule la mezquita con el arte bizantino. Lo ¨²nico similar es el mosaico del mihrab, del que las fuentes dicen que el califa orden¨® que se contrataran a especialistas en concreto para esto¡±, a?ade Manzano en relaci¨®n con la composici¨®n de teselas de vidrio al estilo de las de Constantinopla encargadas a mediados del siglo X. ¡°El arte de aquel territorio era de tradici¨®n tardorromana, com¨²n al desarrollado en las orillas del Mediterr¨¢neo, incluidas la pen¨ªnsula Ib¨¦rica y Siria¡±, coincide en se?alar Susana Calvo, historiadora del arte de la Universidad Complutense de Madrid. "Los mosaicos eran un elemento de prestigio y no por eso todas la obras que los usaran son bizantinas", a?ade Calvo. ¡°Se sabe que es una antigua mezquita, no entiendo c¨®mo el obispo puede decir eso. Es un monumento compuesto, con la dificultad de haber pasado por varias fases y de conversi¨®n¡±, apunta Isabelle Poutrin, profesora de la Universidad Par¨ªs Este Cr¨¦teil.

Un desfase que no es el ¨²nico resaltado por los investigadores. Manzano critica tambi¨¦n el uso del t¨¦rmino ¡°moro¡± como una simplificaci¨®n despectiva de los ¨¢rabes, los musulmanes o los mauris (bereberes). ¡°Es inaceptable se hable as¨ª de los moros. Adem¨¢s, aplicado a la mezquita es inexacto, porque ignora que los impulsores fueron los omeyas, de origen ¨¢rabe¡±, matiza Manzano. El obispo, que ha declinado atender a este diario en varias ocasiones, referencia que fueron los moros los que pusieron el dinero para el monumento. Alejandro Garc¨ªa Sanju¨¢n, profesor de Historia Medieval de la Universidad de Huelva, ha realizado su tesis doctoral sobre los m¨¦todos de financiaci¨®n de las mezquitas.

¡°En el caso de la de C¨®rdoba, los ingresos se obten¨ªan de dos formas durante la ¨¦poca de la dinast¨ªa Omeya. Por un lado mediante un sistema de tributos sujeto al control del Estado, y por otro seg¨²n los llamados legados piadosos o bienes habices, que eran donaciones de tierras o inmuebles de los fieles¡±, apunta el investigador, que avanza que no hay datos cuantificables de las arcas de la mezquita en ese periodo, pero que estima muy elevadas.

La Historia habla. Las investigaciones reflejan que la mezquita la orden¨® construir en el a?o 786 Abderram¨¢n I, un pr¨ªncipe alto y tuerto de la dinast¨ªa de los Omeyas que tuvo que huir de Siria y se instal¨® en C¨®rdoba bajo el sobrenombre de El inmigrado. Los escritos revelan que ten¨ªa un singular lunar en el rostro, y que, en su af¨¢n por otorgar lugar de culto, comenz¨® la obra de los caracter¨ªsticos arcos bicolor que son se?a e identidad del estilo hispanomusulm¨¢n. Despu¨¦s seguir¨ªan las ampliaciones de Abderraman II, que mantuvo la est¨¦tica; y de Abderraman III, que agrand¨® el Patio de los Naranjos y erigi¨® un alminar convertido en referencia de minaretes almohades y campanarios mud¨¦jares.

En 962 prosigui¨® Alhaken II, que apost¨® por el valioso mihrab orientado excepcionalmente hacia el Sur, y culmin¨® a finales del siglo X con la orden de Almanzor de aumentar el espacio al Este. Fue a principios del siglo XIII cuando comenz¨® el periodo cristiano. En cualquier caso, la riqueza de este patrimonio est¨¢ reconocida tambi¨¦n por la Unesco por testimoniar ¡°un importante intercambio de valores humanos¡±.