Este no es pa¨ªs para profetas
En el campo de Podemos juega de interior este joven revolucionario Su bautismo fue la manifestaci¨®n contra la OTAN a la que le llevaron sus padres
??igo Errej¨®n naci¨® en Madrid, el 14 de diciembre 1983, en la colmena de la plaza de los Cubos, el bosque animado de la movida, en cuyos s¨®tanos las discotecas inici¨¢ticas expand¨ªan latidos del infierno; cerca de los vagabundos dormidos bajo cartones de embalaje saltaba el ganado de punkis, que se lo montaban de t¨¦tricos; en la puerta del VIP ped¨ªa limosna para un bocata con voz gangosa aquella joven princesa de Sabina hecha ahora una p¨¢lida ruina. Y en el cine Alphaville pon¨ªan la pel¨ªcula Entre tinieblas, de Almod¨®var, donde aparec¨ªan las monjas drogotas, sor Esti¨¦rcol, sor Perdida, sor V¨ªbora y sor Rata de Callej¨®n. En un apartamento de esa colmena la madre de ??igo acunaba a su beb¨¦ cant¨¢ndole Gr?ndola, Vila Morena,aquella canci¨®n de la Revoluci¨®n de los Claveles, como una nana para que se durmiera.
Puede que ??igo Errej¨®n no haya podido zafarse de este caldo de cultivo. Su padre, funcionario de carrera y alto cargo en la Administraci¨®n, hab¨ªa sido verde y mao¨ªsta; la madre era bi¨®loga y militante feminista, de las de tijera. Por supuesto no se hab¨ªan casado y llegado el momento tambi¨¦n cumplieron el rito de separarse como es debido. L¨®gicamente Errej¨®n no fue bautizado ni tom¨® la primera comuni¨®n, pero esto no significa que el ni?o no recibiera estos mismos sacramentos bajo otro sello m¨¢s indeleble. Su bautismo fue la manifestaci¨®n contra la OTAN a la que lo llevaron sus padres en cochecito, con gorro de lana y bufanda tejida por la abuela. Era entonces un ni?o rollizo y nada presagiaba el esp¨¢rrago fibroso en que se convertir¨ªa de mayor, aunque los gritos de protesta de la multitud tal vez se le quedaron grabados en alguna mucosa para siempre. Despu¨¦s, con cinco a?os, el 14 de diciembre de 1988, aniversario de su nacimiento, recibi¨® la primera comuni¨®n bajo la hostia consagrada de la huelga general de la UGT y de CC OO contra el gobierno socialista de Felipe Gonz¨¢lez a cuya manifestaci¨®n tambi¨¦n lo acarre¨® su padre, esta vez encaramado en los hombros.
La camiseta de Buyo
Muy pronto la familia abandon¨® el ruido y la furia de la plaza de los Cubos y se fue a vivir a una urbanizaci¨®n de clase ejecutiva, con jaula de tenis y piscina nefr¨ªtica, de Pozuelo de Alarc¨®n en cuyo instituto Errej¨®n altern¨® sobresalientes y una primera novia con pompa de chicle en la boca, el movimiento libertario estudiantil y la camiseta del portero Buyo del Real Madrid a medias con el pa?uelo de boy scout. Sus padres pensaron que el escultismo era ideol¨®gicamente blando, pero mejor que al chaval le diera el aire de la sierra a que pasara las tardes de domingo con las manos en los bolsillos dando patadas a un bote en la calle y que un camello le regalara la primera papelina.
El sacramento de la confirmaci¨®n marca la entrada del h¨¦roe en la edad n¨²bil y te permite cambiar de nombre. A ??igo comenzaron a llamarle Eneko, solo porque sonaba a vasco y era entonces lo ¨²ltimo que se llevaba. El h¨¦roe creci¨® flaco y nervioso como un Tint¨ªn revolucionario y fue midiendo sus armas sucesivamente con el Prestige, en la huelga general contra la LOU, en el No a la Guerra, contra las vallas acorazadas de las cumbres del G-8 en Escocia, en Barcelona y Sevilla. El estallido de escaparates, los contenedores ardiendo y la luz cobalto de los furgones de polic¨ªa iluminaron sus libros de texto de la facultad de Pol¨ªticas de la Complutense, su Erasmus en Holanda, su estancia con su novia Eli en Girona, su tesis doctoral sobre la construcci¨®n de la hegemon¨ªa en Bolivia, su vida en Los ?ngeles en 2008 y los viajes en compa?¨ªa de su novia catalana a Tijuana donde vivi¨® la experiencia de las novelas negras de frontera entre chacales, burros pintados de cebra y cabarets de carne barata que no ten¨ªan puertas.
Mientras tanto en Madrid se iba incubando la ira popular hasta que se produjo la espiral del 15 de mayo de 2011 en la Puerta del Sol. Ese d¨ªa ??igo Errej¨®n regresaba de Quito y reci¨¦n aterrizado con jet lag recibi¨® una llamada de su nueva pareja, Rita Maestre. No era como otras veces, le dijo. Era la explosi¨®n que se produjo, sin saber por qu¨¦, al entrar en contacto 12 tribus urbanas igual de cabreadas.
Ya se sabe qu¨¦ ha pasado. Como portavoz de Podemos, ??igo Errej¨®n aparece ahora en el Congreso de los Diputados sentado en medio de la pareja sentimental que forman Pablo Iglesias e Irene Montero, amigos y adversarios declarados, ya a cara de perro, imagen excitante donde las haya. Parece evidente que este pol¨ªtico por un lado se niega a convertirse en un funcionario como su padre y por otro se resiste a ser un profeta como el l¨ªder del partido. Entre exigir en pol¨ªtica el Todo que conduce a la Nada y contar votos como si fueran lentejas en la cocina sobre el mantel de hule, hay un espacio pragm¨¢tico en que la izquierda, radical o moderada, sin el pesado fardo del comunismo, tiene que seducir a la clase media para llegar al gobierno y conquistar cotas concretas de poder, de otra forma inalcanzables. En el campo embarrado de Podemos juega de interior este joven revolucionario.
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