La Zaranda reincide en sus abismos
La m¨ªtica compa?¨ªa teatral estrena ¡®Ahora todo es noche¡¯ y hurga en s¨ª misma para celebrar su 40? aniversario
¡°Aqu¨ª est¨¢ el universo de una compa?¨ªa, sus heridas y cicatrices, su desamparada imaginer¨ªa, su desgarrada voz, sus personajes desahuciados¡±. As¨ª define su nuevo espect¨¢culo La Zaranda, una de las pocas compa?¨ªas de culto que quedan en Espa?a, con seguidores por medio mundo, y premios (el Nacional de Teatro en 2010) acumulados en distintos pa¨ªses. Cumple 40 a?os y ajusta cuentas consigo misma. La autoexploraci¨®n ha producido Ahora todo es noche (Liquidaci¨®n de existencias), que estren¨® el pasado viernes en el Teatro Principal de Zaragoza, y ha vuelto a dejar al p¨²blico con el est¨®mago encogido.
Una coproducci¨®n con el Teatro Romea, de Focus, en la que, en palabras del autor de cabecera de la compa?¨ªa, Eusebio Calonge, hay ¡°eco de liturgia, tintes esperp¨¦nticos y regusto de tragedia, un humor perturbador y un compromiso po¨¦tico insobornable¡±. Esta vez la poes¨ªa y el ritual se han puesto, por parte de Paco de la Zaranda, el director del grupo, al servicio de los perdedores, de los desplazados, de los sin techo y para ello han transitado por su propia historia durante cuatro d¨¦cadas, por la actualidad m¨¢s brutal, por las calles que acogen a los que lo han perdido todo y hasta por los cl¨¢sicos del teatro, a trav¨¦s de personajes a los que les arrebataron sus reinos: Segismundo, Prometeo y el rey Lear, aqu¨ª convertidos en tres desahuciados, tres mendigos. ¡°De alguna manera en nuestra profesi¨®n siempre bordeamos esas situaciones¡±, dice Paco de La Zaranda, ¡°hay una precariedad brutal en el oficio, y si desde fuera lo que se ve son muchos premios y mundo del famoseo, lo que se oculta detr¨¢s es una precariedad absoluta¡±.
¡°Hemos tratado de poner la mirada en el horizonte de nuevas formas de hablarle al alma de cada hombre¡±, dicen Calonge y Francisco S¨¢nchez (como firma el director cuando figura como actor), quienes por primera vez transforman su sobrenombre de Teatro Inestable de Andaluc¨ªa la Baja en Teatro Inestable de Ninguna Parte. Junto a S¨¢nchez en el escenario est¨¢n Gaspar Campuzano y Enrique Bustos, formando ese tr¨ªo de actores que ha logrado, como nadie, convencer a los espectadores de que no tiene necesidad de recrear personajes, sino simplemente salir a escena y ser ellos mismos transitando por los propios desgarros, las propias miserias, de manera tan perturbadora que pueden al mismo tiempo arrancar carcajadas o provocar un nudo en la garganta.
¡°Hemos intentado que el montaje sea una met¨¢fora de nuestra trayectoria. Hay un poco de todo nuestro lenguaje y una injerencia en la construcci¨®n del trabajo; aunque la intencionalidad es que fuera algo m¨¢s desnudo, porque con la edad obsesiona ir a lo esencial¡±, se?ala el autor. Quer¨ªan hacer algo sobrio. Pero no termin¨® de salir, seguramente por la dificultad de deshacerse de ese universo por el que se han movido durante 40 a?os, repleto de im¨¢genes, objetos, cachivaches desahuciados al igual que personajes, tantas veces transformados en clowns pasados por el tamiz desgarrador de La Zaranda. Lo que s¨ª les ha salido, una vez m¨¢s, es un trabajo marcado por el riesgo: ¡°Si no nos pusi¨¦ramos en el alambre y no nos la jug¨¢ramos, no ser¨ªamos La Zaranda¡±.
El espect¨¢culo inicia una gira que, de momento, visitar¨¢ Valladolid, Sevilla, Granada, M¨¢laga, Barcelona (desde septiembre en el Teatre Romea), C¨¢diz y otras poblaciones. Gira que, como es costumbre en ellos, terminar¨¢ ampli¨¢ndose por diferentes pa¨ªses.
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