Arriaga: ¡°Siento, pienso y act¨²o como un cazador¡±
El guionista de filmes como '21 gramos' o 'Amores perros', publica su cuarta novela, 'El Salvaje'
Guillermo Arriaga (Ciudad de M¨¦xico, 1958) lleva m¨¢s de cuatro d¨¦cadas cazando. Una vez se le hizo de noche persiguiendo la huella de un venado y durmi¨® al raso bajo una tormenta en la sierra de Tamaulipas. Al despertar estaba empapado y cubierto por una costra de garrapatas. ¡°Garrapatas hasta en las enc¨ªas, en los parpados, dentro de las orejas, garrapatas en la lengua¡±, dice mientras apura una Coca-Cola Light sentado en el restaurante de un hotel de Ciudad de M¨¦xico.
Antes de la caza, jugaba al f¨²tbol y se pegaba en las calles del barrio bravo donde creci¨®. ?l y su hermana siempre estudiaron en colegios privados y biling¨¹es. En su cuarta y ¨²ltima novela, El Salvaje (Alfaguara), hay muchas constantes de sus celebrados guiones dirigidos por Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu como Amores perros, 21 gramos o Babel: muerte, cicatrices, historias entrelazadas, redenci¨®n, culpa, un puzle de saltos narrativos, abandono y esperanza. Tambi¨¦n hay un cazador obsesionado con un lobo gris y un adolescente mexicano, Juan Guillermo, que vive en un barrio con narco-pistoleros en las azoteas pero que va a un colegio de pago, que pierde a toda su familia como en una maldici¨®n b¨ªblica, odia a los Beatles y adora a Jimi Hendrix
Pregunta. ?Cu¨¢nto hay de autobiogr¨¢fico en El Salvaje?
Respuesta. Este es b¨¢sicamente es un libro vivencial. Nunca he cazado un lobo, pero mis experiencias de la cacer¨ªa que est¨¢n ah¨ª adentro. Crec¨ª en la Unidad Modelo de Iztapalapa, que no era una favela, pero estaba pegada a otra zona m¨¢s brava, que se cuenta en el libro, donde los coches no pod¨ªan entrar. Tampoco la polic¨ªa, los francotiradores se pon¨ªan en los techos para vigilar la zona. Fui de los pocos ni?os en el barrio que iba a la escuela privada gracias al esfuerzo de mis padres. Hab¨ªa muchas contradicciones, como los Beatles, que me siguen pareciendo fres¨ªsimas (pijos).
P. ?Qu¨¦ lecci¨®n aprendi¨® de la caza para la vida y la literatura?
R. Cazar me ha dado una visi¨®n del mundo. Yo siento, pienso y act¨²o como cazador. Me ha ense?ado la paradoja y lo extremo que hay en la naturaleza. Somos seres contradictorios, parad¨®jicos y extremos. Cazar significa tambi¨¦n paciencia, espera, pasi¨®n y un profundo amor por los animales. Puedo estar 15 d¨ªas de cacer¨ªa, levant¨¢ndome a las la 4 ma?ana con temperaturas extremas. Todo cazador entiende al capit¨¢n Ahab. Esta cosa de ir hasta el final, hasta que no acaba. Y por supuesto, toda mi obra, tanto pel¨ªculas como guiones, est¨¢ vinculada con la cacer¨ªa. Mis personajes se comportan como cazadores.
Casi metro noventa, pelo al uno, barba blanca y mirada azul de arponero de Moby Dick, Arriaga endurece a¨²n m¨¢s el gesto al hablar de las fotos de gatitos en las redes sociales. ¡°En este mundo alienado, la gente ve a los animales solo con ternurita. Cute ,cute, cute. Siempre la palabra es qu¨¦ lindo, qu¨¦ tierno. Y compadre, as¨ª no es. Te puedo ense?ar otro v¨ªdeo donde un lobo se est¨¢ comiendo a un venado que est¨¢ casi en un trance pac¨ªfico, como diciendo ¡°ya me lleg¨® la muerte¡±. El ritual de la muerte, del cortejo, de la venganza, del cuidado, de la paz. Su libro est¨¢ plagado de rituales animales interpretados por humanos.
P. El Salvaje tambi¨¦n es una novela de iniciaci¨®n y una elogio de la juventud de los sesenta. ?C¨®mo vivi¨® la represi¨®n pol¨ªtica de la ¨¦poca?
Era una juventud con esperanza, con rebeld¨ªa con deseos de cambiar cosas. Y fuimos masacrados. Y no solamente en M¨¦xico. Estabas jugando en la calle y llegaba la Julia ¨Cpatrullas policiales- y si llevabas el pelo largo te lo cortaban ah¨ª mismo. Hab¨ªa grupos paramilitares de ultraderecha. Todas las se?oras los amaban. Tan bien vestidos, muy atildados, no dec¨ªan graser¨ªas, iban a misa. T¨² no pod¨ªas estar en la calle. Viv¨ªamos en las azoteas. Las salt¨¢bamos y compet¨ªamos a ver qui¨¦n llegaban m¨¢s lejos.
P. ?Alguna vez pas¨® alg¨²n accidente?
R. A mi no pero una vez un amigo quiso caminar por el tragaluz del edificio de mi familia y cay¨® de rodillas sobre el coche de mi padre. Los amortiguadores lo salvaron. Yo vi al tipo con los f¨¦mures sali¨¦ndole por las rodillas.
P. Ha vuelto al relato fragmentado. ?Cu¨¢ndo merece la pena ce?irse a la estructura lineal cl¨¢sica?
R. La historia manda. La estructura est¨¢ al servicio de la historia. Como tengo d¨¦ficit de atenci¨®n siempre me cost¨® armar un discurso de manera l¨®gica. Yo usaba est¨¢s estructuras desde mi primer libro (Retorno 201), que escrib¨ª a los 20 a?os. Lo ven¨ªa haciendo inconscientemente desde chavo. Cuando vi que Faulkner lo hac¨ªa me sent¨ª liberado. En este libro, solo ten¨ªa planeado hasta la p¨¢gina cinco (Sangre tiene 693 p¨¢ginas). Todo lo dem¨¢s es un proceso de descubrimiento. No hay mapa, no hay br¨²jula.
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Una charla sobre violencia con Tarantino
La pareja I?¨¢rritu/Arriaga ¡ªdirecci¨®n y gui¨®n¡ª revolucion¨® el panorama del cine mexicano y lleg¨® en 2000 a rozar el Oscar con Amores perros. El matrimonio art¨ªstico acab¨® mal. Arriaga reconoce que no ha visto ni piensa ver las ¨²ltimas pel¨ªculas de su excompa?ero. En una de sus visitas a Hollywood el guionista tuvo una charla sobre la violencia con Quentin Tarantino. "Le dije que la diferencia entre nosotros es que para mi la violencia s¨ª tiene consecuencias. Cuando has tenido a un amigo tres d¨ªas abierto en canal por los narcos, deja de ser chistoso filmar como le cortan la cabeza a alguien".
Tarantino respondi¨® que para ¨¦l no es m¨¢s que el juego cinematogr¨¢fico de un adicto a la cine serie b. Desde ni?o, Arriaga tiene el cuerpo de un quarterback de futbol americano y s¨ªndrome de d¨¦ficit de atenci¨®n "Desde los 13 a?os ya med¨ªa lo que mido ahora. Como ten¨ªa d¨¦ficit de atenci¨®n no calculaba bien las consecuencias de mis actos y en el barrio llegaban tipos del doble de mi edad a romperme el hocico por grandote".
Babelia
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