Jos¨¦ Luis Sampedro proyecta su luz por calles y plazas
Los amigos reivindican la obra literaria del escritor en su centenario
Al otro lado del tel¨¦fono, una voz responde: ¡°Jos¨¦ Luis Sampedro, d¨ªgame¡±. Hay que pasar la impresi¨®n inicial para descubrir que el escritor a¨²n vive en el instituto de educaci¨®n secundaria de Tres Cantos (Madrid) que lleva su nombre y que hoy celebra con lecturas y debates los 100 a?os que no cumpli¨® cuando viv¨ªa. Esos alumnos leen sus libros cada a?o, analizan sus textos y muchos de ellos llegaron a escuchar la teor¨ªa de la cometa, con la que Sampedro (Barcelona, 1 de febrero de 1917 -Madrid, 8 de abril de 2013) les explic¨® en el aula la raz¨®n de que la libertad y la responsabilidad vayan de la mano. ¡°?l les dec¨ªa que la cometa volaba al viento, pero que no lo har¨ªa sin una mano que la controlara y guiara¡±, recuerda Carmen Morag¨®n, jefa del departamento de Lengua y Literatura del instituto.
La asociaci¨®n Amigos de Jos¨¦ Luis Sampedro quiere celebrar su centenario llev¨¢ndolo a sus lectores, dici¨¦ndoles a todos esos j¨®venes que sacaron a la calle en los ¨²ltimos a?os de su vida el pensamiento y las humanas doctrinas econ¨®micas del activista que todo eso est¨¢ en sus libros. Ya no hay conferencias clarividentes, ni conversaciones en la tienda del pueblo, ni paseos a comprar la prensa, ni clases magistrales; pero quedan sus libros. ¡°Nos tememos que no se lee suficiente entre los j¨®venes, que la ¨²ltima etapa de su vida tuvo tanta proyecci¨®n pol¨ªtica y p¨²blica que quiz¨¢ haya ocultado un poco su faceta de escritor¡±, barrunta Jos¨¦ Manuel Luc¨ªa, de la asociaci¨®n Amigos de Jos¨¦ Luis Sampedro.
Puede que los j¨®venes no se acerquen a su sonrisa etrusca o su vieja sirena o al r¨ªo que nos lleva, pero no deja de tener su aquel que remocen su legado esparciendo en las plazas su teor¨ªa econ¨®mica: la que descubri¨® las grietas de los enfoques cl¨¢sicos y los enmend¨® a?adi¨¦ndoles un acercamiento a la realidad y los factores que operan e interrelacionan en ella. ¡°Eso fue a finales de los cincuenta, cuando Espa?a era un p¨¢ramo. Despu¨¦s incorpor¨® una visi¨®n innovadora en su an¨¢lisis sobre el desarrollo y el subdesarrollo, en la que expuso que el segundo es consecuencia del primero, de las relaciones de poder y dependencia en un solo pa¨ªs y entre unos y otros¡±, se afana en resumir Jos¨¦ ?ngel Moreno, del patronato de Economistas sin Fronteras. ¡°Ese modelo no solo genera pobreza material, sino problemas medioambientales, carencias culturales, deterioro de la calidad de vida y de la cultura del ser humano¡±, sigue Moreno.
Todo ello, expuesto en los setenta con fuertes ecos en Latinoam¨¦rica, cal¨® hondo en los ¨²ltimos tiempos entre los que ocupaban las plazas ¡°en contra del consumismo y de la mercantilizaci¨®n. Y de ah¨ª hacia una reflexi¨®n econ¨®mica multidisciplinar donde el ser humano quede comprendido¡±: la metaeconom¨ªa que preconiz¨® el profesor. ¡°Siempre fue un activista, ¨¦l hac¨ªa a?os que ven¨ªa entonando la canci¨®n que ha cantado la juventud¡±, a?ade Moreno.
En su balneario
Sampedro vive tambi¨¦n en Alhama de Arag¨®n, donde pasaba verano tras verano en la misma habitaci¨®n del mismo balneario que le curaba su lumbalgia y le cuidaba la inspiraci¨®n. Una exposici¨®n permanente recuerda su memoria a trav¨¦s de manuscritos y dibujos, audiovisuales... ¡°Un d¨ªa le llev¨¦ Octubre octubre para que me lo dedicara y me dijo ¡®hale, a ver si tienes el valor de terminarlo... Y s¨ª s¨ª, es densa, es que ¨¦l empleo 20 a?os de su vida en esa obra, hay que tener paciencia¡±, relata Elena Gra?ena, que cuida la exposici¨®n de Alhama. ¡°Siempre sal¨ªa por el pueblo con su bolsa y su libreta de notas, compraba la prensa, se sentaba y observaba. Aqu¨ª ven¨ªa hasta su nieto. Un d¨ªa de fiesta le pusieron el traje de ma?ico y lo llevaron con los dem¨¢s a la ofrenda a la Virgen. A ¨¦l no le gust¨® mucho aquello, las misas... Fue cosa de las mujeres, que somos m¨¢s zancocheras¡±, se r¨ªe Elena.
Y vive, tambi¨¦n, el profesor en el tiempo presente que usa el fil¨®sofo Emilio Lled¨® cuando lo recuerda. ¡°Como novelista, como profesor, y yo lo conozco hace muchos a?os, es un ejemplo, una conciencia cr¨ªtica, la que filtra y analiza, la que busca un horizonte de justicia y de verdad, un horizonte ut¨®pico esencial para avanzar. El pensamiento cr¨ªtico no se conforma. Como el agua y la tierra sustentan la naturaleza, la justicia y la verdad sustentan la cultura. Fue para m¨ª la luz de la solidaridad humana. Quiero ser optimista como ¨¦l, en estos tiempos en que andamos desmoralizados...¡±.
Y tanto. Olga Lucas, su viuda, viene a decir lo mismo. ¡°Le echo tanto en falta al o¨ªr las noticias... Nos entend¨ªamos tanto... las o¨ªamos cogidos de la mano, nos horroriz¨¢bamos juntos, ahora me horrorizo sola¡±. Ella, m¨¢s que nadie, parece percibir que ya no est¨¢. Pero queda ¡°su compromiso, el del profesor y escritor que sabe que no puede estar ajeno a lo que ocurre a su alrededor¡±, dice el que fue alumno y amigo, el economista Carlos Berzosa. ¡°Los j¨®venes lo adoraban, lo aplaud¨ªan en pie en la universidad. No era solo la econom¨ªa, el ya era escritor antes de ser economista. Y sus libros lo dicen todo¡±.
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