La extinci¨®n luminosa

Envejecemos a velocidad variable: hay personas cuya edad cronol¨®gica frisa los setenta que son 30 a?os m¨¢s j¨®venes desde el punto de vista inmunol¨®gico. El invierno se les viene encima m¨¢s tarde gracias a su alimentaci¨®n, a que tratan con gente de edades diversas y a como se toman lo que les acontece. En La velocidad del oto?o, Eric Coble habla de c¨®mo encarar la ¨²ltima etapa dela existencia. Alejandra, su protagonista, se resiste a que uno de sus hijos la env¨ªe a una residencia: quiere marchitarse en su barrio, entre lo que le es m¨¢s querido.

Inspir¨¢ndose en la vejez de su madre y en el valor que a la edad provecta le dan las tribus ind¨ªgenas, el dramaturgo estadounidense (criado en la naci¨®n de los indios navajo hasta los quince a?os de edad) ha escrito una comedia sensible y emocionante sobre la relaci¨®n entre Alejandra y su hijo pr¨®digo, que regresa tras veinte a?os de ausencia.

La delgada an¨¦cdota argumental da pie a reflexiones f¨¦rtiles sobre cuanto importa acompa?ar en su recta final a quienes tutelaron nuestros primeros pasos. La velocidad del oto?o, que pas¨® inadvertida injustamente en su estreno espa?ol en 2015 (protagonizada por Esperanza Elipe y Javier Mart¨ªn) est¨¢ cosechando un ¨¦xito clamoroso en esta producci¨®n nueva, dirigida por Mag¨¹i Mira e interpretada por Lola Herrera y Juanjo Artero, espl¨¦ndidos en los momentos ¨¢lgidos. La Herrera da el do de pecho cuando Alejandra sufre un ataque de fragilidad y dolor, y Artero, al iniciar el relato de la escena mortal que su personaje contempl¨®: la funci¨®n es cat¨¢rtica a partir de ese momento.