Primer asalto, primer minuto
Esther Garc¨ªa Llovet muestra en 'C¨®mo dejar de escribir' que es una escritora de golpe preciso cuando dialoga y evoca con im¨¢genes
Esther Garc¨ªa Llovet (M¨¢laga, 1963), que hasta ahora hab¨ªa publicado Coda (2003), Las crudas (2009) o Mamut (2013), y que prepara en estos momentos su primera incursi¨®n como directora cinematogr¨¢fica, deslumbr¨® en el ¨²ltimo Premio ?Herralde. No gan¨® ni qued¨® finalista, pero el jurado recomend¨® su publicaci¨®n. Un acierto ya que esta novela ¡ªquiz¨¢ demasiado breve para hacer indiscutible su talento y ganar el certamen¡ª es un cegador primer asalto, primer minuto.
Garc¨ªa Llovet es una pegadora certera, de buen juego de piernas y golpe preciso cuando dialoga, evoca con im¨¢genes, cruza las calles sin mirar o dobla las esquinas: la sorpresa de quien escribe sin mapa contagia al lector que lee a ciegas. La novelista sabe que si ha de ganarnos con esta historia del joven Renfo, hijo del gran Ronaldo (un barrunto chileno de Bola?o, quiz¨¢, como simple espejismo), en un Madrid noct¨¢mbulo, de frase corta y casa tomada en Arturo Soria, el combate no puede ser largo. Garc¨ªa Llovet gestiona su aliento breve o de poeta a mucha honra y nos lleva entre ceja y ceja. Sabe lo que quiere contar o lo intuye m¨¢s bien, porque todo parece ser un pretexto para hacernos sentir, para meternos en el t¨²nel de Alicia en el Madrid que no amanece, m¨¢s verdad que el canallesco. Un lugar donde la gente se busca y se esconde. Como cualquier otra ciudad. Cada palabra utilizada por la escritora parece ser la justa. Cada idea, cada pincelada alrededor de un argumento pero que conforma el misterio que es escribir, acercarse a lo escrito por otro, al Padre, al Mito.
C¨®mo dejar de escribir es un edificio sostenido en un lenguaje, una respiraci¨®n musicada y en unos cuantos personajes bien construidos. El ya mencionado Relfo, su amigo Curto, empe?ados ambos en encontrar el manuscrito perdido de Ronaldo, fallecido en accidente de avi¨®n, referente literario, fantasma hamletiano. Tambi¨¦n est¨¢ Claudia, la chica de ayer, el parado Vips o Pascal, el abuelo de Relfo y padre de Ronaldo. Y un Madrid con mucho de hospicio, fiesta y albergue. Un Madrid de hoy d¨ªa, pero dibujado con un pulso ochentero, de homenaje, invenci¨®n o mero regreso al futuro. Un Madrid que es tambi¨¦n laberinto. Un escenario y unos personajes que se deslizan con una prosa que parece falsamente inmediata. Una novela breve, nada perezosa, que quiz¨¢ precipita su final, aunque ni eso enturbia su lectura ni el buen sabor al acabar.
C¨®mo dejar de escribir. Esther Garc¨ªa Llovet. Anagrama, 2017. 128 p¨¢ginas. 15,90 euros
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