El mejor agente doble solo fall¨® una misi¨®n: asesinar a Franco
Enrique Bocanegra gana el premio Comillas de biograf¨ªa con la primera investigaci¨®n sobre Kim Philby en la Guerra Civil espa?ola
Kim Philby, un ingl¨¦s de clase alta, estudiante de Cambridge, renunci¨® a todo para convertirse en un agente sovi¨¦tico en los a?os treinta. Una de las primeras misiones que recibi¨® fue viajar a Espa?a durante la Guerra Civil y, utilizando la tapadera de periodista en el bando fascista, asesinar a Franco. No se sabe por qu¨¦ nunca llev¨® a cabo esta misi¨®n, ni siquiera si lleg¨® a recibir la orden, s¨®lo que Franco sobrevivi¨® al conflicto y que Philby se convertir¨ªa en el mejor agente doble de todos los tiempos, tambi¨¦n en el topo m¨¢s da?ino que haya tenido nunca el servicio secreto exterior brit¨¢nico, el MI6. El periodista Enrique Bocanegra (Sevilla, 1973) ha rastreado durante cuatro a?os todos los documentos posibles para tratar de seguir los pasos de este esp¨ªa en Espa?a, un territorio que sus bi¨®grafos apenas hab¨ªan explorado hasta ahora. Su ensayo, titulado Un esp¨ªa en la trinchera. Kim Philby en la Guerra Civil espa?ola, ha recibido el premio Comillas de historia y biograf¨ªa, que otorga la editorial Tusquets, y saldr¨¢ a la venta este martes.
"No sabemos lo que pas¨®", explica Bocanegra en una cafeter¨ªa madrile?a cerca de la Academia de Cine, donde trabaja desde hace diez a?os como coordinador de actividades culturales. "Sabemos que a principios de marzo de 1937, el controlador de Philby en Londres recibi¨® la orden de enviar a alguien a Espa?a para espiar en el bando nacional, sobre todo la actividad de los militares alemanes e italianos; pero tambi¨¦n deb¨ªa matar a Franco. ?Ten¨ªa Philby la capacidad para cometer el magnicidio? No hab¨ªa recibido ning¨²n entrenamiento militar, no sab¨ªa manejar un arma, adem¨¢s de toda la protecci¨®n que rodeaba a Franco", prosigue. No se sabe si lo intent¨® y no pudo; si no se atrevi¨® o si, como sospecha el autor, nunca lleg¨® a recibir la orden. Es uno de los muchos puntos oscuros del paso de Philby por Espa?a.
Mientras que en Inglaterra pudo encontrar muchos documentos, recuperar todas las cr¨®nicas que public¨® en The Times ¨Cno era una misi¨®n sencilla porque no estaban firmadas y los documentalistas del diario brit¨¢nico tuvieron que cotejarlas una a una con los cables originales que todav¨ªa conservaban¨C, en los archivos espa?oles no queda pr¨¢cticamente ning¨²n papel, solamente alg¨²n telegrama. Otro misterio, porque Philby lleg¨® a ser un periodista muy conocido, enviado de uno de los diarios m¨¢s influyentes del mundo en ese momento, The Times, y, lo que es todav¨ªa m¨¢s importante, fue condecorado por Franco. "?Se quemaron en los a?os sesenta cuando se descubri¨® que Philby trabajaba para los sovi¨¦ticos?", se pregunta el historiador.
Philby lleg¨® a Espa?a en febrero de 1937, despu¨¦s de que en ocho meses de guerra The Times hubiese tenido cuatro corresponsales diferentes, que acabaron enfrent¨¢ndose a los jefes de prensa del bando franquista. Como en la vida de todo esp¨ªa, una serie de golpes de suerte le permitieron cumplir su misi¨®n. Por un lado, gracias a los contactos de su padre, un aventurero, diplom¨¢tico y escritor llamado St John Philby, logr¨® que el diario conservador brit¨¢nico le fichase ¨Cluego qued¨® muy contento con su cobertura¨C. Otro golpe de suerte evit¨® que le pillasen el papel donde escond¨ªa los c¨®digos durante un registro y un tercero le convirti¨® en el ¨²nico superviviente del impacto de un ob¨²s contra el coche en el que viajaba con otros tres colegas en Caud¨¦, en el frente de Teruel. La propaganda fascista utiliz¨® la muerte de los periodistas extranjeros y convirti¨® a Philby en un h¨¦roe, que fue recibido y condecorado por Franco. Eso le permiti¨® moverse con toda la libertad posible ¨Cque tampoco era mucha¨C dentro de las filas de los golpistas.
Bocanegra cont¨® con la ayuda de dos bi¨®grafos de Philby, dos cl¨¢sicos del periodismo brit¨¢nico, Patrick Seale y Phillip Knightley. Ambos fallecieron mientras estaba escribiendo el libro. Los dos, relata, fueron muy generosos con su tiempo, con sus conocimientos, pero tambi¨¦n con sus documentos. En el caso de Seale, que fue amigo de Philby cuando ambos se encontraban en Beirut, mientras estaba entrevist¨¢ndole en su casa de Londres, le confes¨® al autor que estaba muy enfermo. "Me dijo que ten¨ªa que ir al hospital y me dej¨® solo en su casa con una maleta en la que pon¨ªa Philby y que conten¨ªa numerosos documentos sobre ¨¦l. All¨ª me qued¨¦ todo el d¨ªa, fotografiando papeles como hab¨ªa hecho el esp¨ªa tantas veces durante su vida".
El libro no s¨®lo sigue los pasos de Philby durante la Guerra Civil, sino que traza un retrato del espionaje comunista en los a?os treinta cuando agentes de Stalin como Alexander Orlov trataban de extender, sin piedad, la dominaci¨®n sovi¨¦tica sobre el bando republicano. Al final, ellos mismos se encontraron amenazados por las mismas purgas que hab¨ªan ayudado a desatar. Sin embargo, nada de eso, ni siquiera el pacto entre la Alemania nazi y la URSS, hicieron que Philby rompiese su compromiso con el comunismo. Espa?a fue solo el principio.
El ¨²ltimo viaje
"Normalmente los agentes dobles aguantan cinco a?os, diez como mucho. ?l sobrevivi¨® 30", explica Enrique Bocanegra sobre la extraordinaria carrera en el espionaje de Kim Philby (1912-1988). Como no pod¨ªa ser de otra forma con alguien que bas¨® toda su existencia en la mentira y el enga?o, los misterios en torno a su vida son todav¨ªa numerosos, pese a que se han escrito muchos libros sobre ¨¦l, entre ellos el excelente Un esp¨ªa entre amigos (Cr¨ªtica), de Ben Macintyre. Philby form¨® parte del c¨ªrculo de Cambridge, un grupo de j¨®venes que, por idealismo, decidieron espiar para Mosc¨². Fue el m¨¢s h¨¢bil de todos ellos, el ¨²ltimo en ser descubierto, que logr¨® esquivar a los interrogadores del MI6 cuando todo indicaba que era un traidor y escabullirse finalmente a la URSS.
Cuando fue despedido del servicio secreto brit¨¢nico, en 1951, por las sospechas que pesaban sobre ¨¦l tras la fuga de dos de sus colegas de Cambridge, Guy Burgess y Donald MacLean. Qued¨® libre porque Londres no encontr¨® pruebas de que era un agente doble y entonces, en mayo de 1952, realiz¨® un viaje de mes a Espa?a que sigue siendo un misterio. "?Con qui¨¦n mantuvo contactos? ?D¨®nde se aloj¨®? ?Qu¨¦ lugares visit¨®? ?Por qu¨¦ alguien en su situaci¨®n, sin trabajo, sin dinero, sospechoso de ser un comunista, viaj¨® a la Espa?a de Franco, el pa¨ªs m¨¢s pobre y atrasado de Europa? ?Fue una operaci¨®n de inteligencia?". Otro misterio dentro de un enigma.
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