La ¡®banlieue¡¯ apuesta por el arte para contrarrestar la marginaci¨®n
Museos y fundaciones pugnan contra la estigmatizaci¨®n social y econ¨®mica de los suburbios de Par¨ªs
Parece un complejo arquitect¨®nico m¨¢s en un rinc¨®n cualquiera de la denostada banlieue parisiense: un edificio de 13 plantas pegado a otro m¨¢s peque?o, de siete niveles, ejemplo de manual de la envejecida construcci¨®n de los setenta. La Torre Utrillo, as¨ª llamada en honor al pintor que triunf¨® en Montmartre hace algo menos de un siglo, irrumpe ante los ojos en la frontera entre los municipios de Montfermeil y Clichy-sous-Bois, all¨ª donde arranc¨® la gran revuelta de las barriadas de la periferia de la capital francesa en 2005.
Hace seis a?os, en un gesto sin precedentes, el Estado franc¨¦s decidi¨® comprar el edificio e instalar all¨ª un ambicioso proyecto: la llamada Villa M¨¦dicis de la banlieue, como una copia de la fastuosa residencia de la Academia Francesa en Roma, que ha albergado a numerosos artistas de paso por la capital italiana desde hace dos siglos.
Emblema de la marginaci¨®n social y econ¨®mica en los bordes de Par¨ªs, la torre desaparecer¨¢ del paisaje antes de que termine este a?o. Dejar¨¢ lugar a un centro de arte contempor¨¢neo y residencia para j¨®venes artistas. El proyecto, rebautizado como Ateliers M¨¦dicis, abrir¨¢ en 2023 entre nuevas residencias, zonas verdes y una estaci¨®n encargada a la arquitecta Benedetta Tagliabue, que conectar¨¢ el lugar con el centro de Par¨ªs. ¡°Este centro ser¨¢ un laboratorio nacional¡±, explica la ministra de Cultura francesa, Audrey Azoulay, a EL PA?S. Representa una oportunidad ¨²nica para cuestionar el modelo institucional franc¨¦s, teniendo en cuenta la dimensi¨®n del proyecto y el territorio en que se inscribir¨¢, e inventar un espacio cultural conectado con el siglo XXI y sus nuevas formas de producci¨®n y consumo del arte. Se trata, en todos los aspectos, de renunciar a lo conocido, de desbrozar para despu¨¦s reinventar¡±.
La ministra lo considera tambi¨¦n ¡°un buen ejemplo de descentralizaci¨®n cultural¡± en un pa¨ªs extremadamente centralista. La din¨¢mica de diversificaci¨®n de la oferta art¨ªstica arranc¨® en los ochenta con la llegada de Fran?ois Mitterrand al poder, pero solo salpic¨® de lejos a los barrios pobres en renta per c¨¢pita y faltos de equipamientos p¨²blicos. El tiempo ha demostrado que esa dejadez tiene tambi¨¦n efectos pol¨ªticos. Un estudio reciente demostraba que el voto al Frente Nacional crece a medida que uno se aleja de Par¨ªs. A diez kil¨®metros de la capital, el resultado del partido de Marine Le Pen se situaba en 2015 ocho puntos por encima. A m¨¢s de ochenta kil¨®metros, se multiplicaba por cuatro.
No es el ¨²nico movimiento detectado en la banlieue. A la iniciativa p¨²blica se le empieza a sumar la privada. Hace cinco a?os, dos reputados galeristas ¡ªLarry Gagosian y Thaddaeus Ropac¡ª abrieron dos sucursales en el conflictivo departamento de Sena-Saint Denis. En Romainville, otra localidad situada a escasa distancia, abrir¨¢ en 2018 la nueva Fundaci¨®n Fiminco, impulsada por el grupo inmobiliario del mismo nombre. ¡°Acoger¨¢ exposiciones gratuitas de arte contempor¨¢neo, una librer¨ªa-caf¨¦ y veinte ateliers para artistas de todas las edades y nacionalidades¡±, explica su director art¨ªstico, Mathieu Leli¨¨vre. Durante el pasado fin de semana, el lugar abri¨® sus puertas por primera vez a modo de preestreno, exhibiendo obras de artistas emergentes como Maxime Rossi, Mikala Dwyer o Lara Almarcegui.
El centro se instalar¨¢ en un antiguo laboratorio farmac¨¦utico de 10.000 metros cuadrados, en medio de una zona todav¨ªa algo siniestra, pero que ya ha despertado el apetito inmobiliario: junto al nuevo centro de arte, se construir¨¢n 1.600 pisos, un parque empresarial y un invernadero agr¨ªcola. ¡°La cultura es indispensable en este paisaje. Es lo que permite que las personas crezcan, tambi¨¦n en dignidad¡±, responde la alcaldesa de Romainville, Corinne Valls, hija de un republicano catal¨¢n exiliado. ¡°Quien considere que el proyecto es elitista, no ha entendido que el arte es un sentimiento. No hace falta encontrarle explicaciones. La fundaci¨®n no ser¨¢ un lugar cerrado, sino abierto a los artistas locales, con quienes se establecer¨¢ un di¨¢logo provechoso para ambas partes¡±.
En realidad, la periferia de Par¨ªs ya cuenta con numerosas instituciones dedicadas al arte contempor¨¢neo. A menudo, con una programaci¨®n m¨¢s experimental y menos sometida a la exigencia de seducir a un p¨²blico masivo. Entre los espacios con m¨¢s solera figura La Galerie, centro municipal de arte en Noisy-Le-Sec, otro humilde municipio del antiguo cintur¨®n rojo de Par¨ªs. Su directora desde 2012 es ?milie Renard, quien tom¨® como primera medida abrir su oficina un d¨ªa a la semana para interactuar con sus visitantes. ¡°Quer¨ªa que cualquier persona pudiera venir a expresar sus desacuerdos respecto a la programaci¨®n o que cualquier artista de Noisy me pudiera ense?ar su trabajo¡± se?ala Renard.
El centro tambi¨¦n encarga visitas guiadas a ciudadanos an¨®nimos y organiza numerosas actividades con ni?os y adolescentes. ¡°Son los m¨¢s abiertos al arte contempor¨¢neo y a disciplinas como el v¨ªdeo o la performance, porque no tienen los prejuicios que puede tener un adulto¡±. Renard reconoce que, cuando fue nombrada, era esc¨¦ptica sobre el poder del arte para provocar un cambio social. ¡°Consideraba que eran solo buenas intenciones, pero he cambiado de opini¨®n¡±, admite. ¡°Ahora entiendo el impacto pol¨ªtico que puede tener un centro de arte. El arte despierta una transformaci¨®n ¨ªntima que siempre termina provocando un efecto¡±.
El ejemplo del Mac/Val
En Vitry-sur-Seine, a unos cuatro kil¨®metros al sur de Par¨ªs y junto a una escultura de Jean Dubuffet, emerge el ¨²nico museo especializado en arte contempor¨¢neo franc¨¦s. El Mac/Val cumpli¨® hace poco una d¨¦cada de existencia con una colecci¨®n de 2.200 obras, entre las que figuran trabajos de Christian Boltanski, Pierre Soulages o Annette Messager. Su lema es este: "Que el arte se vuelva m¨¢s accesible", en palabras de su directora, Alexia Fabre, ide¨®loga de un programa que apuesta por la pedagog¨ªa y la apertura a todas las clases sociales. Por ¨¦l pasan cada a?o m¨¢s de 70.000 visitantes. Un 70% de ellos proceden de la banlieue, un ¨¦xito considerable en un territorio que parec¨ªa herm¨¦tico a la creaci¨®n contempor¨¢nea. "Hay pocos ejemplos de museos tan s¨®lidos y bien implantados como este", afirma el core¨®grafo Boris Charmatz, que vivi¨® durante a?os en la localidad vecina de Montreuil y que forma parte del programa de esta temporada. "No basta con venir a bailar a la banlieue, como tampoco basta con abrir un museo. Pero cada gesto cuenta, incluso cuando es muy peque?o", concluye.
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