Morena, ?unidad o congruencia?
Personajes como Ad¨¢n Augusto y Monreal, procedentes del PRI e incorporados a Morena no por convicci¨®n ideol¨®gica, sino por c¨¢lculo profesional, responden a la segunda opci¨®n, y est¨¢n empujando la nave a la playa equivocada
Es explicable que la presidenta Claudia Sheinbaum haya solicitado a los dos coordinadores de Morena en las c¨¢maras dejar atr¨¢s sus rencillas y operar con la unidad que necesita el proyecto de la Cuarta Transformaci¨®n. La exhibici¨®n de los trapos sucios de Ad¨¢n Augusto L¨®pez, l¨ªder en la c¨¢mara de Diputados, y Ricardo Monreal, su equivalente en la de Senadores, constituy¨® la delicia de la oposici¨®n y de la prensa cr¨ªtica. Al llamarlos a la concordia, Sheinbaum asume que la enorme responsabilidad que el Gobierno de M¨¦xico tiene por delante para responder a Trump 2.0 y el desaf¨ªo de despabilar a una econom¨ªa que tiende al estancamiento, no admiten desgastes innecesarios ni fracturas.
Pero justamente, por la magnitud de tales retos, habr¨ªa que preguntarse si estos son los mandos que requiere tan exigente tarea. Es verdad que Monreal y Ad¨¢n Augusto han conseguido 13 de las 18 reformas contempladas en el Plan C de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, en apenas cuatro meses de actividades legislativas. Pero lo han obtenido a partir de mayor¨ªas constitucionales c¨®modas y con la delicadeza de un elefante en sembrado de girasoles. Madruguetes, negociaciones vergonzantes a la vista para obtener el voto de Yunes, dict¨¢menes apresurados, cargados de vicios, votaciones cuestionadas, desaseo en el desempe?o de las comisiones previas. Por ning¨²n lado aparece la operaci¨®n pol¨ªtica fina, la que lleva a depurar una iniciativa controvertida hasta hacerla viable, convincente y de menor costo de imagen para el partido gobernante. Por el contrario, esta aplanadora ha dejado a su paso la ingente tarea de convertir a las leyes secundarias en tapa hoyos de las incongruencias; obligan a los actuales o futuros responsables a resolver un entuerto por las dificultades log¨ªsticas o las imposibilidades financieras ignoradas por los legisladores.
Hay que decirlo, el uso pol¨ªtico que ambos coordinadores han hecho de estas mayor¨ªas legislativas hace recordar al viejo PRI, y en nada prefiguran una vida p¨²blica m¨¢s sana, ¨¦tica o justa como la que pregona la 4T.
El problema de emprender la larga marcha del sexenio con estos operadores es doble. El obradorismo en el poder puede arribar a dos muy distintas playas dependiendo de las decisiones que se impongan en la ruta. Puede, como se lo ha propuesto Claudia Sheinbaum, profundizar y ampliar las bases para buscar una sociedad m¨¢s equilibrada, justa y viable econ¨®micamente o convertirse en una maquinaria destinada al encumbramiento de una camarilla en el poder. Es eso lo que est¨¢ en juego. Personajes como Ad¨¢n Augusto y Monreal, procedentes del PRI e incorporados a Morena no por convicci¨®n ideol¨®gica, sino por c¨¢lculo profesional, responden a la segunda opci¨®n, y est¨¢n empujando la nave a la playa equivocada. La 4T de Monreal es la que encumbra a figuras como Pedro Haces; la de Ad¨¢n Augusto, la que concibe el poder como instrumento de control y sometimiento.
El exhorto a la unidad, a secas, puede entenderse como una llamada de atenci¨®n por las necesidades inmediatas, pero dejarlo as¨ª equivale a esconder el polvo bajo la alfombra. Recordemos que ambos se acusaban mutuamente de malas pr¨¢cticas, por no hablar de posibles delitos. Con eso de ¡°dejar atr¨¢s rencillas¡± no se construye una nueva sociedad ni se eliminan los vicios p¨²blicos, m¨¢s bien se profundizan.
Por otro lado, podr¨ªa pensarse que estos personajes son necesarios en lo inmediato, y que eventualmente ser¨¢n prescindibles. Por desgracia sucede justamente lo contrario. Ambos operan para ampliar sus redes, acomodar a sus incondicionales, establecer alianzas con gobernadores y l¨ªderes sindicales, definir candidaturas. Juegan a convertirse en alfiles imprescindibles, a generar la masa de poder pol¨ªtico necesario no solo para mantenerse, tambi¨¦n para aspirar a posiciones m¨¢s altas.
Insisto, no solo se trata de una disputa del poder entre distintos polos dentro de Morena; es m¨¢s que eso. Lo que est¨¢ en discusi¨®n es el proyecto de pa¨ªs al que aspira este movimiento.
Importante destacar la intervenci¨®n de Luisa Mar¨ªa Alcalde, presidenta de Morena. Tras la convocatoria de Palacio Nacional para tomarse la foto de concordia, Alcalde se?al¨® que no pod¨ªa dejarse en esos t¨¦rminos ni exime de una investigaci¨®n: ¡°Si se detectan irregularidades se tienen que presentar las denuncias, es obligatorio. Se tienen que abrir las carpetas de investigaci¨®n y, en su caso, se tienen que determinar las responsabilidades¡±.
Me parece que es un ¨²til llamado de atenci¨®n a lo que importa. Unidad o lealtad por encima o a costa de la honestidad, termina siendo un pacto de silencio que ahoga cualquier proyecto transformador.
Claudia Sheinbaum se debate entre las necesidades inmediatas de la gobernabilidad, la navegaci¨®n por as¨ª decirlo; y la congruencia con las aspiraciones del movimiento, es decir, el destino. Pero hay problemas cuando las decisiones de navegaci¨®n comienzan a comprometer el punto de llegada al que se aspira.
?Tiene Sheinbaum los tripulantes para prescindir de operadores que nunca han hecho suyo el proyecto de naci¨®n por el que votaron los electores? En materia econ¨®mica no tengo dudas, en el terreno pol¨ªtico habr¨ªa que cultivar nuevos elementos y fortalecer a los que ya existen. A la vista del reto, la presidenta requerir¨ªa una verdadera alianza con el resto de las fuerzas progresistas y de los sectores m¨¢s sanos de la sociedad. Un acuerdo pol¨ªtico con los dirigentes de Morena, para recomponer los cuadros del movimiento al margen de tanto expriista de cara mal lavada. Un titular de Gobernaci¨®n que sea percibido como un igual por esos alfiles empoderados en las C¨¢maras.
Claudia preside el poder ejecutivo; a sus rivales les fue otorgado el poder legislativo. Peor a¨²n, ?a esos rivales! Pero no olvidar que son coordinadores de diputados y senadores de Morena; se trata de un poder que les fue adjudicado por un movimiento pol¨ªtico que no les pertenece. No todav¨ªa. Por eso el reclamo de Alcalde, presidenta de Morena es importante. No s¨¦ si este punto de vista es compartido por su secretario de organizaci¨®n, Andr¨¦s L¨®pez Beltr¨¢n, y por ¡°Palenque¡±, quien los puso all¨ª por una decisi¨®n tomada hace a?o y medio. Si fuera as¨ª, es una oportunidad para Claudia Sheinbaum.
L¨®pez Obrador oper¨® con una l¨®gica que prioriz¨® la conquista del territorio y la consolidaci¨®n del proyecto contra todas las resistencias. Pocos o nulos filtros de reclutamiento frente a esta prioridad (Cuauht¨¦moc Blanco y similares). Hoy, con 24 gubernaturas, mayor¨ªa constitucional, oposici¨®n desplomada y niveles de aprobaci¨®n cercanos al 70% la realidad es otra. Las prioridades tambi¨¦n. Mejor el riesgo de perder una gubernatura que ganarla con un impresentable reci¨¦n convertido; preferible modificar una iniciativa para consensuarla que imponerla ¡°haiga sido como haiga sido¡±. ?C¨®mo pedir unidad a empresarios y actores pol¨ªticos frente a lo que se nos viene, cuando en las c¨¢maras se les juega de manera ventajosa?
Requerir¨¢ valor, estrategia pol¨ªtica, alianzas y tomar algunos riesgos. Pero est¨¢ claro que lo que no se haga pronto podr¨ªa hacerse imposible m¨¢s tarde, cuando la hiedra haya invadido la pradera. Es decir, cuando hayan colocado a muchos de los suyos como embajadores, titulares de organismos paraestatales e internacionales, candidatos a gobernadores, ministros y jueces, candidatos en las elecciones intermedias. Tiempo de decisiones.
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