El sonido de Europa
La orquesta de jovenc¨ªsimos talentos que ide¨® Claudio Abbado, la Gustav Mahler, sigue igual de viva

Obras de Sch?nberg, Berlioz, Schumann, Berg, Schubert y Bruckner. Christian Gerhaher (bar¨ªtono). Joven Orquesta Gustav Mahler. Dir.: Daniel Harding. Auditorio Nacional, 20 y 21 de marzo.
Hace treinta a?os Claudio Abbado tuvo un sue?o que, tras su muerte, sigue igual de vivo: una orquesta integrada por jovenc¨ªsimos talentos musicales de toda Europa. La bautiz¨® con el nombre de Gustav Mahler y existen pocos term¨®metros m¨¢s fiables para calibrar el espectacular avance que ha vivido la educaci¨®n musical del continente en estas tres d¨¦cadas: las nuevas hornadas de instrumentistas se suceden sin descanso y su preparaci¨®n t¨¦cnica es cada vez mayor. Es necesario, claro, aunar voluntades y eso se realiza en encuentros celebrados en distintas ciudades, con profesores encargados de moldear a las distintas familias instrumentales y con un director musical a cargo de cada gira de conciertos, que sirven de culminaci¨®n de estos per¨ªodos de intenso trabajo colectivo.
Esta vez el elegido ha sido el brit¨¢nico Daniel Harding, en su d¨ªa apadrinado por el propio Abbado, un director de carrera irregular y en el que confluyen a un tiempo una musicalidad innata (es un caso extra?o de autodidacta encima de un podio) como lo que parece, al menos hasta ahora, una cierta incapacidad para ofrecer interpretaciones verdaderamente excepcionales. Tampoco parece la batuta m¨¢s adecuada para hacer que una reuni¨®n coyuntural de excelentes instrumentistas j¨®venes suene como una orquesta cohesionada y con algunos ?m¨¢s no puede pedirse? rasgos personales. Dice mucho de su buen gusto los dos programas tan atractivos y bien construidos que ha tra¨ªdo a Madrid despu¨¦s del per¨ªodo de ensayos en Lisboa. La l¨¢stima es que se ha puesto el list¨®n demasiado alto y han sido justamente esos mismos programas los que han dejado al descubierto sus carencias.
Lo mejor de ambos conciertos ha sido, muy probablemente, la versi¨®n de los Altenberg-Lieder de Alban Berg, la obra que desencaden¨® un esc¨¢ndalo may¨²sculo en la Musikverein vienesa el 31 de marzo de 1913. Hoy ya no asustan a nadie, pero conservan intacta su rebeld¨ªa, comprimida en cinco ef¨ªmeras grageas que Harding supo transmitir con una convicci¨®n y un cuidado por la distribuci¨®n de timbres y texturas que estuvieron en gran medida ausentes el d¨ªa anterior en las Cinco Piezas para orquesta, op. 16 de Arnold Sch?nberg. Le ayud¨®, claro, contar con un solista de la talla de Christian Gerhaher, el mayor liederista actual, que, a pesar de sus problemas f¨ªsicos, supo dar entidad de gran poes¨ªa a estos cuasihaikus escritos por Peter Altenberg en tarjetas postales. El alem¨¢n posee un don para la dicci¨®n, que en sus labios se convierte en un elemento musical crucial. Lejos de su idioma, el martes cant¨® tambi¨¦n admirablemente Les nuits d¡¯¨¦t¨¦ de Berlioz, regalando algunos finales prodigiosos (especialmente en Le spectre de la rose y Au cimeti¨¨re). L¨¢stima que Harding no lo envolviera con la sensualidad, la melancol¨ªa y las fragancias que rezuman estas canciones.?
En los dos platos fuertes sinf¨®nicos de ambos programas, la Segunda de Schumann y la Quinta de Bruckner, Harding patin¨® en ambos Scherzi, demasiado alambicados, y choc¨® contra el muro de los dos movimientos extremos de la sinfon¨ªa del austr¨ªaco, exigent¨ªsimos y esquivos salvo para los m¨¢s grandes. Schumann tuvo mayor coherencia formal, pero Bruckner son¨® en general deslavazado, falto de trabaz¨®n y, sobre todo, de claridad. El debe es m¨¢s achacable a Harding que a una orquesta inexperta por naturaleza, muchos de cuyos miembros se entremezclaron con el p¨²blico cuando no ten¨ªan que tocar ?un s¨ªmbolo elocuente? y todos los cuales se fundieron en abrazos sobre el escenario al acabar ambos conciertos. As¨ª es como suena una Europa joven, solidaria, ilusionada y unida m¨¢s all¨¢ de las fechor¨ªas de sus pol¨ªticos.
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