El extravagante Llorens
En el mundillo de la distribuci¨®n del cine hemos visto a lo largo del tiempo personajes de todo tipo y color, desde aut¨¦nticos enamorados de pel¨ªculas que consideraban deber¨ªan ser degustadas por el resto de los espa?oles, para lo que con frecuencia invert¨ªan unos dineros que no ten¨ªan, llegando a arruinarse en ocasiones. As¨ª le ocurri¨® a uno de los m¨¢s arriesgados e imaginativos del gremio, Francisco Hoyos, a quien TVE dej¨® con un palmo de narices, con un contrato sin cumplir y con muchas pelis sin ver.
Muchos de estos distribuidores proven¨ªan de los cineclubs, aquellos lugares catac¨²mbicos donde se ve¨ªan pel¨ªculas que estaban prohibidas. Poco a poco su relaci¨®n se fue ampliando, fueron viendo la luz y hasta pudimos ver pel¨ªculas de ¨¦xito popular. Fueron tambi¨¦n comprendiendo que ten¨ªan un negocio entre manos. As¨ª fue como pudimos ver, por ejemplo, La mujer de rojo, algo que hubiera sido imposible sin ese distribuidor intr¨¦pido que fue Antonio Llorens. O Cyrano de Bergerac, la versi¨®n francesa que distribuy¨® con mucho arrojo Paco Hoyos, o tant¨ªsimas pel¨ªculas de ese eximio distribuidor que es Enrique Gonz¨¢lez Macho. Son tres nombres que por unas u otras razones han ido decayendo en el panorama de la distribuci¨®n espa?ola. Unos porque fueron enga?ados por sus propios socios. Otros porque tuvieron mala suerte o pecaron de ambiciosos. Otros, finalmente, por razones que no se conocen del todo. Ahora se nos ha ido el catal¨¢n Antonio Llorens, que de entre todos ellos era el m¨¢s, por llamarlo de alguna manera, pintoresco. No hablaba ingl¨¦s, ni franc¨¦s, ni nada que no fuera su propia lengua materna. Chapurreaba de todo y casi siempre a voz en grito, pero lograba hacerse entender por todo el mundo. Si t¨² eres el que paga, todos te entienden, sol¨ªa decir con humor y consigui¨® que Miramax le dejara todas sus pel¨ªculas, incluida la fastuosa lista de Woody Allen. Presum¨ªa Antonio Llorens de ser muy amigo suyo, de Budy Jalen, dec¨ªa, o de Espiljer, como ¨¦l pronunciaba. No se aten¨ªa a ninguna norma idiom¨¢tica ni ortogr¨¢fica de ning¨²n tipo. Gan¨® dinero con muchas pel¨ªculas. Ahora ha fallecido un poco en el anonimato, recordado solo por algunos. Y es que no siempre se hace justicia a estos hombres heroicos y estupendos gracias a los cuales hemos podido ser menos burros y mucho mejores cin¨¦filos.
Babelia
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