Qu¨¦ hacer con dos madres lesbianas cuando tu padre quiere la custodia

La ni?a avanza por el patio del colegio. Se cruza con gritos y aspavientos. Atraviesa el latido del recreo. La ni?a no es tan ni?a. Sus piernas denotan ese pre¨¢mbulo adolescente y el cuerpo nos avisa de que algo est¨¢ a punto de entrar en erupci¨®n. Va a cumplir 13 a?os. Tiene una hermana menor empe?ada en adoptar a Nica, un gato callejero. Y, en casa, dos madres¡­

¡°En el fondo esta es una pel¨ªcula sobre una preadolescente ¨Cde d¨®nde vendr¨¢ este t¨¦rmino- que no sabe d¨®nde celebrar su cumplea?os: si en casa de mam¨¢ o de pap¨¢¡±, comenta como punto de partida objetivo de Rara, Pepa San Mart¨ªn (Curic¨®, Chile, 1974). Es lo que a lo largo de la historia del arte ha dado pie a grandes obras maestras. La sencillez de planteamiento. ?De qu¨¦ va Pl¨¢cido m¨¢s que de un tipo que al final del d¨ªa debe ingeni¨¢rselas para pagar la letra de su motocarro? A partir de ah¨ª, Luis Garc¨ªa Berlanga y Rafael Azcona te contaban Espa?a. ¡°Todo depende del c¨®mo¡±, afirma la directora.

Al menos a ella, le da pie para que a partir de esa duda crucial en la vida de Sara (Julia L¨¹bert), indagar en el hilo fino de esa revoluci¨®n cotidiana que supone la lucha por los derechos civiles. Sobre todo de lo que tiene cerca, su pa¨ªs, Chile. All¨ª, asegura, ¡°no se trata tanto de hablar de los derechos de los homosexuales sino de los de la propia ni?a, de todos los ni?os que viven en un limbo sin ley que los asista¡±. Cabe esperar que los pol¨ªticos reaccionen al ritmo de una sociedad que demanda reconocimientos: ¡°Los de una sociedad que avanza m¨¢s r¨¢pido que sus estructuras de poder¡±.

San Mart¨ªn estrena hoy en Espa?a su primera pel¨ªcula con ese fondo. Lo hace despu¨¦s de haber triunfado en festivales como Berl¨ªn (Premio del Jurado), San Sebasti¨¢n (premio mejor filme en Horizontes Latinos) y de haberla vendido en varios pa¨ªses europeos o haber triunfado y generado debate en Am¨¦rica Latina.

Rara se basa en la historia de la jueza Karen Atala, lesbiana, que luch¨® por la custodia de sus hijos? y la gan¨® en la corte interamericana

¡°No estamos en Nueva York: esto es Vi?a del Mar¡±, le dice su madre a Paula (Mariana Loyola). Aunque la historia parte de un caso real que se dio en Villarrica, una ciudad del sur. All¨ª, la jueza Karen Atala, lesbiana, luch¨® por la custodia de sus hijos ante su marido. La perdi¨® en Chile pero la gan¨® en la corte interamericana, donde se acept¨® su demanda despu¨¦s de una lucha en los tribunales que dur¨® cuatro a?os. ¡°El caso levant¨® las alarmas y provoc¨® un sonoro debate nacional¡±, asegura San Mart¨ªn.

A ella le ha servido de inspiraci¨®n para abordar una radical historia cotidiana. El tel¨®n de una convivencia donde se come pizza en el jard¨ªn y los futuros adultos adquieren conciencia de su diferencia. ¡°No hay buenos ni malos. El que se supone que podr¨ªa serlo, el padre, no llega a tal en absoluto. Yo imagino a ese personaje como un tipo de clase media universitaria con una fuerte visi¨®n sobre c¨®mo deber¨ªan ser las cosas. Creo que su conflicto con su anterior mujer debi¨® surgir al tener las hijas y plantearse c¨®mo las educaban, cosas as¨ª¡±.

Pepa San Mart¨ªn ha huido en su pel¨ªcula de los aquelarres y se ha centrado en la vida com¨²n, con sus jirones, sus contradicciones, sus escasas clarividencias, sus feromonas en las clases de gimnasia y sus vaivenes sobre conversaciones en los sof¨¢s. ¡°Esa ha sido mi arma, no condenar a nadie ni lamentarme como a veces ocurre entre gentes de mi ambiente gay de lo mal que nos trata el mundo. He huido de victimizar a los homosexuales a la manera de Hollywood. Tambi¨¦n, a veces, nos equivocamos¡±.