Cinco razones por las que Benjamin Black est¨¢ en el olimpo de la novela negra
El alter ego de John Banville prueba en 'Las sombras de Quirke' su maestr¨ªa literaria y prolonga su idilio con la ficci¨®n criminal
Admito que no recuerdo la ¨²ltima vez que me pens¨¦ tanto algo, pero mientras le¨ªa la ¨²ltima novela de Benjamin Black me preguntaba, continuamente, si es el mejor entre los vivos, si es mi preferido, si hay alguien por encima. Por distintas razones, me surg¨ªan algunos nombres: el po¨¦tico James Sallis, el inmenso James Ellroy, Dennis Lehane y alguno m¨¢s que me dejar¨¦, claro, pero pocos a la altura. Con Las sombras de Quirke (Alfaguara, traducci¨®n de Nuria Barrios) John Banville (Wexford, Irlanda, 1945) alias Benjamin Black, vuelve a desplegar su cat¨¢logo de habilidades literarias. La s¨¦ptima historia del pat¨®logo forense nos demuestra que el bueno de Banville est¨¢ encantado de convertirse en Black y regalarnos, entrega tras entrega, excelentes muestras de la capacidad literaria del g¨¦nero negro.
Aqu¨ª les resumo en cinco motivos, mi predilecci¨®n por este irland¨¦s de porte tan elegante como su prosa.
1.- En sus novelas no pasa nada. Algunos lectores y amigos a los que he recomendado sus obras, y no pocos fans m¨¢s especializados, aseguran que son novelas lentas en las que pasa m¨¢s bien poco. Lo que en realidad ocurre es que a trav¨¦s de las aventuras de Quirke, de sus inmersiones en las tramas criminales organizadas por el lado m¨¢s oscuro de la sociedad irlandesa, est¨¢ pasando todo. La vida, como dec¨ªa una buen amiga librera, est¨¢ en estas novelas. Y, si uno se fija, hay frases devastadoras sobre por ejemplo el amor aqu¨ª y all¨¢, en una conversaci¨®n, en un interrogatorio.
2.- Phoebe. En una entrevista en el Hay Festival en Segovia, Black me dec¨ªa que su agente le acusaba de estar enamorado de Phoebe. ?Qui¨¦n es? La hija de Quirke, una chica taciturna, brillante y honesta que deja curiosamente que la vida pase a su lado. De aspecto monjil y vestida siempre de negro, le gusta sentarse en la oscuridad a ver pasar el tiempo, trabaja en empleos modestos a pesar de sus posibilidades, tiene mucho dinero pero vive de manera estoica. A trav¨¦s de sus contradicciones, de sus di¨¢logos con Quirke y su evoluci¨®n a lo largo de la serie, vemos la capacidad de Black para crear personajes complejos, alejados de cualquier t¨®pico, interesantes en s¨ª mismos, sin necesidad de vivir aventuras imposibles o tener cualidades heroicas.
3.- Quirke (y Hackett). ¡°Nunca he sabido lo que quer¨ªa, ese ha sido mi problema, Rose¡±, asegura en un momento de Las sombras de Quirke este pat¨®logo de curiosidad enfermiza, atractivo a su manera, con un hast¨ªo permanente, inteligente, cabezota y con una extra?a forma de ser honesto. Desde que vi la serie de la BBC, cada libro que leo veo a Gabriel Byrne en su rostro. Un aspecto magn¨ªfico de las novelas es que no van a saber de ¨¦l o de cualquier otro por largas descripciones sino a trav¨¦s de los ojos de los dem¨¢s, de frases sueltas que los definen al mil¨ªmetro. Aqu¨ª, en un inusual mon¨®logo interior, el propio protagonista habla de su eterna b¨²squeda:
¡°Quirke permaneci¨® en silencio. Las palabras de Hackett le hab¨ªan sorprendido. Seg¨²n su criterio, ¨¦l no era m¨¢s curioso o indagador que cualquiera. No obstante, tal vez Hackett tuviera raz¨®n ?C¨®mo explicar si no qu¨¦ hac¨ªa en una resplandeciente ma?ana de verano pateando esas calles desoladoras en pos de la estela de aquel polic¨ªa de pies planos, en busca de una joven que, por lo que ¨¦l sab¨ªa, no deseaba que la encontraran? Era consciente de que no hab¨ªa en ¨¦l sed de justicia y de resoluci¨®n de agravios. No se hac¨ªa ninguna ilusi¨®n sobre la necesidad de poner orden en el mundo, o por lo menos, no de ponerlo ¨¦l, que era incapaz de ordenar su propia vida¡±.
De Hackett, el polic¨ªa que aparece y desaparece de la escena para formar una extra?a pareja con Quirke, hablaremos otro d¨ªa.
4.- Black es Banville. Vaya obviedad, ?verdad? Lo que quiero decir es que en su faceta negrocriminal se nota que estamos ante uno de los mejores escritores de la actualidad, que por las rendijas de los casos y las pesquisas se cuelan los grandes temas de Banville, que puedo sentir el agobio por el paso del tiempo o la dificultad para encontrar sentido a la vida, igual que en El mar o en Los infinitos.
5.- Magn¨ªficas y lentas tramas. Pues s¨ª, resulta que en las novelas de Quirke pasan cosas. Lo que ocurre es que aqu¨ª nada es trepidante o vertiginoso. Pero el submundo en el que la iglesia teje sus redes, el robo de ni?os, el incesto y otros cr¨ªmenes est¨¢n perfectamente relatados. Hay lugar tambi¨¦n para el misterio cl¨¢sico, recuerden aquella magn¨ªfica En busca de April, la pornograf¨ªa y otras tramas criminales, los asesinatos chuscos, etc. Todo a un ritmo que solo alguien con esa escritura se puede permitir.
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