Los oficios invisibles de la escena
Iluminadores, escen¨®grafos, regidores, utileros, maquinistas, peluqueros, sastres y muchos otros profesionales hacen posibles los sue?os de los dramaturgos y directores de escena. EL PA?S charla con algunos en el D¨ªa Mundial del Teatro
Lleva 44 a?os trabajando encima de un escenario, pero el p¨²blico jam¨¢s lo ha visto. Siempre ha estado en la penumbra, oculto a la mirada del espectador, dirigiendo la funci¨®n que se desarrolla a susurros entre bastidores: actores entrando y saliendo, utileros corriendo entre cajas, maquinistas moviendo poleas, sastres cosiendo botones de urgencia¡ Todos obedecen sus ¨®rdenes, pues una vez subido el tel¨®n quien manda no es el director de la obra, sino ¨¦l. ¡°Soy como un controlador a¨¦reo. No puedes dejarte llevar por los nervios. Si algo falla, tienes que saber improvisar para que el espect¨¢culo llegue siempre hasta el final¡±, explica Jos¨¦ Mar¨ªa Labra, regidor del Centro Dram¨¢tico Nacional desde hace tres d¨¦cadas. El D¨ªa Mundial del Teatro, que se celebra hoy, es tambi¨¦n su fiesta.
Labra es toda una instituci¨®n en el teatro espa?ol. Dicen que hace posibles los sue?os m¨¢s complicados de los directores art¨ªsticos y es respetado como maestro de varias generaciones de t¨¦cnicos. Ha escrito dos libros sobre los entresijos de su profesi¨®n y hace un mes recibi¨® con gran emoci¨®n el premio Adolfo Marsillach, que otorga cada a?o la Asociaci¨®n de Directores de Escena a un profesional que destaque por su ¡°labor teatral significativa¡±. Es la primera vez que este galard¨®n recae en un t¨¦cnico, lo que significa tambi¨¦n un reconocimiento a todos esos oficios teatrales sin relumbre pero sin los cuales el espect¨¢culo ser¨ªa imposible.
Hay mucho trabajo detr¨¢s de un escenario. Y tambi¨¦n mucha formaci¨®n. Pepa Hern¨¢ndez, regidora del Teatro Real de Madrid, aprendi¨® el d¨ªa a d¨ªa de su oficio como ayudante de Labra, pero adem¨¢s ha tenido que hincar los codos. ¡°Siempre so?¨¦ con dirigir el ¡®espect¨¢culo total¡¯ que es la ¨®pera, donde los decorados son m¨¢s grandes y m¨¢s complejos y donde se mezcla una gran cantidad de colectivos art¨ªsticos distintos: coro, m¨²sicos, bailarines, solistas, escolan¨ªas, actores... Para eso no bastan los conocimientos t¨¦cnicos. Tienes que estudiar idiomas, m¨²sica, estar siempre al d¨ªa con las nuevas tecnolog¨ªas¡±, explica Hern¨¢ndez.
Del meritoriaje a las aulas
Tradicionalmente las profesiones t¨¦cnicas del teatro no han tenido una formaci¨®n reglada en Espa?a, se aprend¨ªan por v¨ªa familiar o gremial. Pero en la d¨¦cada de los sesenta del siglo pasado los cambios en las normativas laborales empezaron a impedir el acceso a los puestos de trabajo a trav¨¦s del meritoriaje, por lo que la transmisi¨®n del oficio por relevo generacional comenz¨® a quebrarse y se produjo un gran d¨¦ficit de trabajadores en el sector.
Para afrontar esta situaci¨®n y la falta de formaci¨®n reglada, el Ministerio de Cultura cre¨® en 1987 el Centro de Tecnolog¨ªa del Espect¨¢culo, primera entidad en Espa?a que ofreci¨® una ense?anza especializada en las labores t¨¦cnicas del teatro sin perder de vista la necesidad de formar profesionales sensibles al arte: es decir, capaces de convertir destrezas mec¨¢nicas en herramientas de creaci¨®n.
Desde entonces han pasado por sus aulas no solo nuevos aprendices, sino profesionales en activo con necesidad de convalidar su experiencia pr¨¢ctica o reciclarse. Las ense?anzas se dividen en cinco grandes ¨¢reas: iluminaci¨®n, realizaci¨®n de vestuario, sonido, construcci¨®n de decorados y maquinaria, producci¨®n y caracterizaci¨®n. En Barcelona se cre¨® un instituto similar en 1997.
En la ¨®pera los regidores pueden llegar a dar varias ¨®rdenes consecutivas por minuto. Una locura. ¡°Durante los ensayos se registran todas las acciones de forma cronol¨®gica y se les asigna un n¨²mero que se anota en la partitura musical en el punto que el director decide. De esta forma durante las funciones todo est¨¢ sistematizado¡±, explica Hern¨¢ndez. ?No le pone nerviosa que todo dependa de sus ¨®rdenes? ¡°Si no te gusta asumir responsabilidades no puedes hacer este trabajo. Hay que tener mucha ¡®psicolog¨ªa¡¯, como dice mi maestro Labra¡±, bromea. ¡°En los veinte a?os que llevo en el Real solo hemos tenido que suspender una funci¨®n porque se fue la luz. Nuestro lema siempre es: el espect¨¢culo debe continuar¡±, a?ade.
Otros no controlan tanto sus nervios. El dise?ador de iluminaci¨®n Juan G¨®mez-Cornejo es incapaz de ver en el patio de butacas el estreno de una obra en la que haya participado. Se coloca siempre cerca de la salida pensando que va a tener que salir corriendo. Y eso que lleva 30 a?os en la profesi¨®n y gan¨® el Premio Nacional de Teatro en 2011, otra de esas escasas veces en las que un galard¨®n de prestigio reconoce a profesionales que no sean actores, directores o dramaturgos. ¡°La luz es el principal veh¨ªculo de comunicaci¨®n entre el escenario y el espectador. Por eso un iluminador tiene que escuchar al director y saber qu¨¦ pretende hacer con la obra. Me gusta participar en la narraci¨®n dram¨¢tica¡±, comenta G¨®mez-Cornejo.
A la escen¨®grafa Beatriz San Juan, colaboradora habitual del director Andr¨¦s Lima, lo que m¨¢s le gusta de su profesi¨®n es el trabajo colectivo. ¡°Yo estudi¨¦ Bellas Artes, pero la soledad del estudio me pesaba. Disfruto much¨ªsimo ese proceso tan abierto que ofrece el teatro: me encanta ir a los ensayos, hablar con el director y los actores, que todo est¨¦ tan vivo. Me gusta jugar e ir creando poco a poco en equipo¡±, proclama.
San Juan solo le ve una pega a su oficio: ¡°Me cuesta disfrutar de una obra como espectadora. No puedo evitar analizar los decorados, los trajes¡ Tiene que ser muy bueno el argumento para que me deje llevar. ?Deformaci¨®n profesional!¡±, r¨ªe. No obstante, tiene grandes recuerdos tanto detr¨¢s del escenario como en patios de butacas. ¡°Ya de peque?a iba mucho al teatro con mi familia. Y fue a los 14 a?os, viendo el espect¨¢culo Antaviana de Dagoll Dagom, cuando empec¨¦ a plantearme dedicarme a esto. Era fascinante aquel espect¨¢culo, magia pura. Cuando lo vi me dije: yo quiero hacer eso¡±, relata.
Junto a los escen¨®grafos colaboran estrechamente los dise?adores de vestuario. De hecho, en muchos espect¨¢culos son la misma persona: a veces por motivos art¨ªsticos, pero tambi¨¦n por razones econ¨®micas. ¡°Sobre todo en ¨¦pocas de crisis. A la hora de ahorrar, los primeros que caemos somos nosotros¡±, advierte San Juan, que firma tanto escenograf¨ªas como vestuarios.
Felype de Lima, brasile?o afincado en Madrid, compagina tambi¨¦n los dos oficios, que ¨¦l define como ¡°pura poes¨ªa visual¡±. ¡°Me apasiona investigar sobre una obra y plantear un universo est¨¦tico concreto¡±, comenta De Lima. El momento m¨¢s emocionante para este artista fue cuando el afamado director esloveno Tomaz Pandur, fallecido el a?o pasado, se fij¨® en su trabajo y lo llam¨® para que formara parte de su equipo. ¡°Firm¨¦ el vestuario de tres montajes suyos y disfrut¨¦ momentos inolvidables con ¨¦l¡±, recuerda.
En la ¨®pera los regidores pueden llegar a dar varias ¨®rdenes consecutivas por minuto: una locura
Otro apellido muy conocido en el mundo teatral es Calder¨®n. O mejor dicho, las Calderonas: una familia de mujeres que vive entre patrones, telas y m¨¢quinas de coser. Mar¨ªa Calder¨®n, la madre, estudi¨® Qu¨ªmicas para dedicarse a la industria textil, pero el desmantelamiento del sector en Espa?a le llev¨® a buscar otras opciones y comenz¨® a te?ir telas para espect¨¢culos. Ahora trabajan con ella sus hijas, Sandra y M¨®nica, una como costurera y otra como asesora hist¨®rica.
Mar¨ªa acaba de te?ir 500 metros de tela para una obra de Alfredo Sanzol, Sandra tiene pendiente de coser 26 trajes para Fuenteovejuna y M¨®nica ha estado asesorando las ¨²ltimas series hist¨®ricas de televisi¨®n. ¡°Los actores tienen que estudiar, pero nosotras tambi¨¦n. Para hacer cualquier prenda tienes que ambientarte en la ¨¦poca y conocer los diferentes tipos de tejidos que se utilizaban en cada momento¡±, explica la madre. ¡°Cuando ves en el escenario los trajes que han salido de tus manos te sientes muy orgullosa. Quiz¨¢ no sea lo m¨¢s importante para que una obra salga redonda, pero algunos de los aplausos que reciben los actores los sentimos nuestros¡±, asegura su hija Sandra.
Muchos profesionales como Sandra llegan al teatro por tradici¨®n familiar. Otros por vocaci¨®n. Y otros por puro azar. Eva Fern¨¢ndez, que hoy tiene 45 a?os, ten¨ªa 18 a?os cuando un cliente de la peluquer¨ªa en la que trabajaba se prend¨® de su estilo y le propuso ser su ayudante en el Liceo de Barcelona. All¨ª aprendi¨® el oficio y se form¨® adem¨¢s como maquilladora, lo que la ha convertido en una caracterizadora de gran prestigio. ¡°Ha sido un recorrido muy largo. Cuando yo empec¨¦ ni siquiera aparec¨ªamos en los programas de mano. Poco a poco se van reconociendo estos oficios¡±, dice.
Fern¨¢ndez sufri¨® en primera persona uno de los episodios m¨¢s dram¨¢ticos de la historia reciente de las artes esc¨¦nicas: el incendio que arras¨® el antiguo edificio del Liceo de Barcelona en 1994. La prensa recogi¨® infinidad de lamentos de directores, cantantes de ¨®pera, m¨²sicos, pol¨ªticos¡ pero no tantos de otros profesionales menos conocidos. ¡°Todos lloramos por la destrucci¨®n de un recinto tan emblem¨¢tico, pero adem¨¢s muchos de los que trabaj¨¢bamos all¨ª de forma an¨®nima perdimos nuestro empleo. Me recolocaron como recepcionista en unas oficinas provisionales, pero cuando expir¨® mi contrato de temporada me fui a la calle¡±, recuerda. Ella deber¨ªa haber estado peinando pelucas en la quinta planta del Liceo cuando empez¨® el fuego, pero no fue porque ten¨ªa fiebre. Habr¨ªa sido dif¨ªcil sacarla de all¨ª.
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