Sophie Auster: ¡°La m¨²sica fue siempre un juego de chicos¡±
La cantante busca consolidar su carrera con su nuevo disco y act¨²a en Madrid
Sophie Auster (Nueva York, 1987) espera sentada en un lustroso butac¨®n de uno de los salones del Palacio Duarte Pinto Coelho, una joya arquitect¨®nica del siglo XVII, ubicado en una de las callejuelas del barrio de La Latina, en el centro de Madrid. ¡°Maravilloso, ?no?¡±, comenta mientras teclea en el m¨®vil con agilidad adolescente. Vestida de negro, con una elegante boina francesa, transmite una serenidad contagiosa. Es como si ese lujoso palacete, que visitaron Maria Callas o Truman Capote y que ahora sirve de sala de fiestas privadas de la jet set nacional e internacional, le perteneciese. ¡°De mis padres he aprendido a trabajar muy duro y a creer en m¨ª misma. Me lo he tomado al pie de la letra desde que comenc¨¦ a tener mi vida¡±, asegura.
Sus padres son los escritores Paul Auster y Siri Hustvedt, dos personajes relevantes de la cultura estadounidense, nombres que pueden abrir puertas, pero tambi¨¦n convertirse en losas que sepulten cualquier intento de emancipaci¨®n art¨ªstica. No es el caso de esta hija ¨²nica que antes de cumplir la mayor¨ªa de edad ya hab¨ªa grabado sus primeras canciones con ayuda de m¨²sicos de clubes de Brooklyn, el barrio neoyorquino donde todav¨ªa vive: ¡°Sobre el escenario me siento yo misma y, sobre todo, muy libre¡±.
A sus 30 a?os, preserva esa libertad con arrojo y distinci¨®n. Esta noche toca en Conde Duque, donde adelantar¨¢ alguna composici¨®n de su pr¨®ximo disco, Next Time, que se publica en verano y cuenta con la producci¨®n de Tore Johansson, quien antes trabaj¨® con New Order, Franz Ferdinand o Martha Wainwright. ¡°Llevo a las canciones las experiencias de mi vida. Los viajes que hago, por ejemplo, son muy inspiradores¡±, confiesa la cantante, que ayer en el Palacio Duarte Pinto Coelho inaugur¨® la iniciativa de conciertos Mi mundo, mis reglas. Su anterior ¨¢lbum, Dogs and Men, naci¨® fruto de una dolorosa ruptura sentimental. La primera importante de su vida. ¡°Ese disco se mov¨ªa en dos dimensiones. Los perros representan tal vez algo seguro, una especie de fidelidad emocional. Y los hombres¡ los hombres representan hombres, ?entiendes?¡±, explica con una risotada que retumba por la estancia.
"Yo he sentido c¨®mo se fijan en mis actitudes o palabras mucho m¨¢s por el mero hecho de ser mujer. Pero estoy segura de m¨ª misma"
M¨¢s all¨¢ de su apellido, su condici¨®n de mujer tambi¨¦n ha sido un obst¨¢culo en el mundo de la m¨²sica. ¡°Yo he sentido c¨®mo se fijan en mis actitudes o palabras mucho m¨¢s por el mero hecho de ser mujer. Pero estoy segura de m¨ª misma¡±, dice. ¡°La m¨²sica siempre ha sido un juego de chicos. Parec¨ªa imposible ver mujeres que tocasen la bater¨ªa. Pero hay que estar orgullosa de ser mujer. Creo en la igualdad. No creo que esto sea una competencia entre chicos y chicas. Joni Mitchell, Roberta Flack, Carole King, Nina Simone, Peggy Lee, Billie Holiday¡ Ellas moldearon mis gustos¡±.
Tampoco ha ayudado para que se la tomen en serio su condici¨®n de actriz y modelo, sin reparar los m¨¢s cr¨ªticos en su indie-rock suave con ligeros toques de soul blanco, en la l¨ªnea de Fiona Apple, que salpica de referencias l¨ªricas de los poetas surrealistas franceses. ¡°La m¨²sica definitivamente es mi opci¨®n vital m¨¢s importante. Es incre¨ªblemente excitante. Siento que conecto con una comunidad. En las giras me encuentro gente triste que entiende las canciones. Eso es ¨²nico¡±.
Babelia
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