Nuevos movimientos y rimas para ¡®The Get Down¡¯
Netflix estena la segunda parte de la primera temporada de Baz Luhrmann ambientada en el hip hop
Baz Luhrmann es de los que se crece ante las dificultades. Lo ¨²ltimo que quer¨ªa para su primera incursi¨®n televisiva era dividirla en dos. Es de los que se cri¨® con series como Ra¨ªces (1977) y Holocausto (1978) y quer¨ªa lo mismo para The Get Down, una experiencia televisiva ¨²nica, indivisible e inolvidable. Pero ahora, cuando llega el estreno de la segunda parte de la primera temporada de The Get Down en Netflix (los cap¨ªtulos estar¨¢n disponibles el viernes 7 en Netflix), el realizador australiano no puede estar m¨¢s contento. ¡°En cuanto acabe con esto me vuelvo al cine, que la televisi¨®n va a acabar conmigo¡±, afirma a este peri¨®dico. Lo dice con honestidad.
Una de las razones por las que supuestamente Netflix quiso dividir la serie en dos partes es que no se fiaban de que el director de Moulin Rouge pudiera tener todos los episodios de esta ambiciosa serie listos para su emisi¨®n en un tiempo razonable. Luhrmann llevaba una d¨¦cada queriendo hacer realidad el proyecto centrado en el Bronx neoyorquino de los setenta en el que naci¨® lo que hoy llamamos hip hop, en sus comienzos bautizado como the get down. La idea fue imposible de adaptar al cine y en televisi¨®n solo este compromiso lo hizo posible. ¡°As¨ª que ya te digo, ha sido una inesperada bendici¨®n la forma en la que mi sue?o se ha hecho realidad¡±, acepta. ¡°Me siento rejuvenecer¡±.
Al final la serie ser¨¢n 11 episodios y no los 13 que encarg¨® Netflix o los 12 anunciados (el ¨²ltimo cap¨ªtulo ser¨¢ m¨¢s largo, con una duraci¨®n de 75 minutos). Y el descanso ¡ªlos primeros seis los subi¨® a su plataforma el pasado verano¡ª no solo le ha dado una nueva vida al realizador, sino a la serie. Poco dada a compartir datos de audiencia, Netflix no ha confirmado las informaciones que describen The Get Down como su show m¨¢s visto entre hispanos y negros. Y su popularidad est¨¢ igualmente acompa?ada de cr¨ªticas, especialmente las que subrayan su elevado costo que algunos cifran muy por encima de los 80 millones de euros presupuestados. ¡°No somos la serie m¨¢s cara. No dir¨¦ que es barata, pero The Crown nos gana. Se lo voy a preguntar a Stephen Daldry, que es amigo¡±, se defiende buscando el respaldo del director de la serie brit¨¢nica.
La nueva tanda que llega ahora arranca un a?o despu¨¦s de los seis primeros episodios, en el Nueva York de 1978, con una ciudad en bancarrota y dominada por mafiosos en la que el sue?o art¨ªstico de unos pocos lucha por sobrevivir. ¡°Fue ese momento en el que dejaron las armas para hacer m¨²sica, o las cambiaron por aerosoles de pintura para expresar en los trenes lo que antes dec¨ªan de manera violenta¡±, resume del periodo del que se ha enamorado.
Una ¨¦poca que ahora narra no solo con sus actores o con los numerosos testimonios gr¨¢ficos de entonces, echando mano de retransmisiones de anta?o, sino con animaciones, un elemento con el que desea a?adir poes¨ªa a unos episodios menos hist¨®ricos que los seis anteriores. ¡°Me sigo sintiendo el custodio de esta historia real y esa es la mayor presi¨®n. No el dinero, no el medio. Al contrario que Moulin Rouge o El gran Gatsby, esta es una historia viva¡±, aclara. Pero en The Get Down hay un elemento narrativo que prevalece sobre todos: su m¨²sica. ¡°?Que si me gusta el hip hop? Claro. Lo mismo que la ¨®pera. A m¨ª me gusta la m¨²sica y en ese sentido solo hago una diferenciaci¨®n, la buena de la mala¡±, resume de su ¨²ltimo concierto visual.
La posible segunda temporada
De cara a una posible segunda temporada, The Get Down se encuentra con el mismo problema que en la primera entrega: la falta de un m¨¢ximo responsable detr¨¢s de la serie. "La idea que me vendieron es que yo hac¨ªa los primeros episodios y luego encontraban a alguien que me copiara. Lo intentaron pero no fue as¨ª", recuerda Luhrmann. ?l solo dirigi¨® los dos primeros episodios pero su presencia fue constante durante el resto. "No me quejo pero llevo dos a?os sin un solo fin de semana libre", a?ade.
El australiano sugiri¨® un importante realizador negro del que prefiere no dar nombre en su lugar pero la idea no cuaj¨®. Eso no entorpecer¨¢ su marcha. Como confes¨® a la revista Vulture, ya est¨¢ desarrollando el comienzo de esa posible segunda temporada. Como le dijo la vicepresidenta de producci¨®n propia en Netflix, Cindy Holland, "uno no crea personajes as¨ª para tirarlos". Lo ¨²nico que le falta es el showrunner adecuado. "Yo ni sab¨ªa lo que era un showrunner. Y necesito recuperar mi vida", resumi¨® el realizador.
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