Salvador Sobral, representante de Portugal en Eurovisi¨®n: ¡°Yo ya gan¨¦ el festival¡±

De pronto, ocurre un milagro en un mundo tan estereotipado como el de la m¨²sica televisiva. Portugal vibra en estos d¨ªas con la canci¨®n seleccionada para Eurovisi¨®n, Amar Pelos Dois. De pronto, s¨ª, a la televisi¨®n p¨²blica se le ocurri¨® pensar en la m¨²sica, en la m¨²sica de verdad, y seleccion¨® a una prestigiosa compositora, Luisa Sobral, que ha escrito una melod¨ªa, sencilla y sutil, para su hermano, el jovenc¨ªsimo cantante de jazz, Salvador Sobral. En su voz la canci¨®n adquiere la cualidad ¨ªntima de los viejos standards. Y hoy, el p¨²blico la canta sobrecogido de principio a fin en los conciertos del joven m¨²sico. Es una belleza. Y Salvador, un esp¨ªritu original y libre al que se ama la primera vez que se le escucha. Con insistentes rumores sobre su delicada salud (fue operado de dos hernias durante el proceso de selecci¨®n) y con la sorpresa que ha provocado su espont¨¢nea manera de actuar, la carrera de Sobral ha despuntado; seguro que pronto tararearemos una melod¨ªa que desde que naci¨® parece un cl¨¢sico. Sobral es ahora tan querido que lo llaman, Salvadorable, pronunciado en ingl¨¦s.

-Mi padre es anticuario pero siempre ha estado completamente obsesionado con la m¨²sica. Era muy del pop y el rock de los 60/70, de los Beatles, Simon & Garfulkel, Genesis. Siempre ¨ªbamos cantando en el coche de camino al Algarve. Antes de la autopista nueva, las cuatro horas que tard¨¢bamos en llegar, mi hermana y yo ¨ªbamos haciendo armon¨ªas, y mi padre ense?¨¢ndonos. Sol¨ªa decir, estos hijos m¨ªos son los mejores cantantes de Portugal. A¨²n lo sigue diciendo. Fue una infancia muy musical, siempre estuvimos estimulados en casa. Mi padre nos hac¨ªa atender a las letras, mirad, mirad aqu¨ª lo que dice John Lennon, pero fijaos en lo que de verdad quiere decir¡­ As¨ª aprendimos el ingl¨¦s tambi¨¦n.

-Yo estuve en un concurso de televisi¨®n (¡°?dolos 2009¡±) a los 18 a?os, cuando a¨²n no sab¨ªa ni qui¨¦n era. Estos no son en verdad programas de m¨²sica, son de entretenimiento y no recomiendo a nadie que le guste la m¨²sica que participe en un show de estos. Pero me toc¨® a m¨ª por hacer caso a una novia, que me inscribi¨®, y fue una experiencia muy traum¨¢tica. Me hice s¨²per popular sin saber qui¨¦n era ni como ser humano ni musicalmente. Es injusto que te exhiban de esa manera cuando no eres alguien maduro. As¨ª que, pens¨¦, voy a dedicarme a algo que no tenga nada que ver con la m¨²sica. Y me escap¨¦.

-Me fui a Mallorca de Erasmus a hacer el tercer a?o de psicolog¨ªa. Siempre me ha interesado la mente humana, por eso me fascinan las lenguas. Pens¨¦, tengo que salir de mi pa¨ªs y librarme de esa gente que se me dirige de esa manera. Por aquel entonces llegu¨¦ a pensar que la m¨²sica era eso, ese tipo de fama, cuando la realidad es que la m¨²sica no tiene nada que ver con un espect¨¢culo as¨ª. Pero estaba profundamente enfadado. Dije, me voy para Mallorca, donde nadie me conoce.

-Pero una noche fui a una Jam session de blues y sal¨ª a cantar con mi pinta de ni?o una canci¨®n de Ray Charles. Al terminar, el guitarrista me dijo, wow, mira, si quieres yo te puedo conseguir trabajo. Empec¨¦ a trabajar con ¨¦l much¨ªsimo por toda la isla, restaurantes, hoteles, bares. Y claro, ya no me pod¨ªa despertar a las 7 de la ma?ana para ir a la universidad y la dej¨¦. Pens¨¦ que mi futuro estaba en esa isla, feliz, cantando. Pero cuando lleg¨® el invierno, vi que all¨ª no se mov¨ªa nada, que encima yo no hab¨ªa ahorrado un euro. Mi madre me dej¨® de pasar dinero cuando abandon¨¦ la carrera. Me dijo, si es eso lo quieres hacer, por nosotros, estupendo. Ellos siempre me han dado libertad, pero tampoco son tontos. Entonces le dije a mis padres, esto lo que deseo de verdad, pero necesitar¨ªa saber qu¨¦ pasa en la m¨²sica por detr¨¢s, as¨ª que me financiaron mis estudios en el Taller de M¨²sics de Barcelona. Estuve dos a?os estudiando muy intensivamente, armon¨ªa, teor¨ªa, improvisaci¨®n.

-Un guitarrista argentino con el que cantaba en Mallorca me dijo, mira, Salvador, que s¨ª, que Jamie Cullum est¨¢ muy bien, pero tienes que escuchar esto, y me ense?¨® el ¡°But not for me¡± de Chet Baker. Me deslumbr¨®. Me pareci¨® de una angustia mezclada con esperanza, mezclada con melancol¨ªa, todo ah¨ª, en una sola persona, en la trompeta y en la voz. Me identifiqu¨¦ totalmente con ese tipo y con su estilo. Empec¨¦ a escuchar a Chet sin parar, me obsesion¨¦ con ¨¦l. Me le¨ª su biograf¨ªa dos veces, con la esperanza de que la segunda vez no muriera pero volvi¨® a morir. Quer¨ªa ser ¨¦l, caminaba igual, me vest¨ªa como ¨¦l, cantaba igualito. Por fortuna, no me enganch¨¦ a las drogas. Fue antes de crear mi propia personalidad vocal.

-Uno encarna una persona distinta en cada idioma que habla y yo me gusto como soy en espa?ol. Me encanta el humor en espa?ol.

-La vida en Barcelona fue estupenda, aprend¨ª much¨ªsimo, desde cocinar hasta cosas m¨¢s metaf¨ªsicas como estar bien conmigo mismo.

-Es parad¨®jico que yo que hu¨ª del famoseo me vea ahora inmerso en este festival que es el colmo de la m¨²sica popular. Sucedi¨® que un d¨ªa me llama mi hermana y me dice, mira, me llamaron de la RTP (la tele p¨²blica portuguesa) porque est¨¢n tratando de cambiar el sistema para elegir la canci¨®n eurovisiva, quieren que compositores emergentes presentemos canciones, ?quieres participar si yo te compongo una canci¨®n? Le dije que vale, porque hab¨ªa gente muy buena, pero cuando me ense?¨® la canci¨®n no hab¨ªa manera de decir que no. La canci¨®n es tan preciosa¡­ Y ella me quer¨ªa a m¨ª ah¨ª. Nunca pens¨¦ que fu¨¦ramos a ganar porque nuestro tema no tiene nada que ver con el mundo eurovisivo. Tal vez suene prejuicioso, pero el p¨²blico me sorprendi¨®, porque apoy¨® una canci¨®n sencilla pero rica arm¨®nicamente. A la gente le gustan ahora canciones con voces m¨¢s malabaristas.

-Mi forma de cantar no es exhibicionista, quiero llegar a la gente pero de otra manera, sin alardes. La m¨²sica para m¨ª es otra cosa.

-Nunca he medido lo que tengo que decir, y en el escenario a¨²n es peor, todo lo que me viene a la cabeza lo digo. Un d¨ªa est¨¢bamos tocando una balada, Nem Eu, y al acabar se hizo esa pausa preciosa antes del aplauso, ese momento que a m¨ª me encanta, y luego la gente empez¨® a aplaudir como loca. Yo dije, bueno, qu¨¦ silencio incre¨ªble que se hizo, menos mal que nadie se tir¨® un pedo. Unos cuantos se rieron, pero la gente no sab¨ªa c¨®mo responder. Soy muy inconveniente, siempre lo he sido, inoportuno tambi¨¦n. No miro las cosas que digo. Pero eso tambi¨¦n es el esp¨ªritu del jazz, la improvisaci¨®n, lo que te sale.

-Hoy en d¨ªa me importa menos lo que digan de m¨ª porque me siento seguro de quien soy. A veces, claro, me afecta un poco. Cuando dicen cosas que no son verdad. Por ejemplo, Salvador es un pedante, y no, no es cierto¡­ Eso me quita cuatro segundos de tranquilidad, ya despu¨¦s se me olvida. Por ejemplo, el otro d¨ªa dije que nuestra canci¨®n era -que no s¨¦ por qu¨¦ me sali¨® eso-, que era un tartar en medio de tantas hamburguesas. Entonces, ya se li¨®, que qu¨¦ prepotente. Yo dije, bueno, es un tartar por dos razones: por un lado es una canci¨®n cruda; por otro, un poco m¨¢s sofisticada, y alguien con una gota de sensibilidad tiene que sentirla por fuerza. Y la gente, ah, entonces si no siento tu canci¨®n soy un insensible. En fin, no entro esto en esto de las redes, me llegan las cosas filtradas ya, lo que me cuentan mi representante y mi hermana, y menos mal, porque si estuviera ah¨ª metido podr¨ªa afectarme.

-Mi hermana (Luisa Sobral) tiene solo dos a?os m¨¢s que yo pero parece mucho m¨¢s, es met¨®dica, muy organizada, todo lo opuesto a m¨ª. Yo vivo el presente. Cuando me despierto, siento que puedo respirar y que es un d¨ªa ganado a la vida. Ella me da consejos y yo pretendo como que me dan igual, pero no, es la persona a la que m¨¢s escucho y admiro. Ella me empuj¨® a estudiar m¨²sica, y a mi edad ya ten¨ªa tres discos y muy buenos.

-Como soy int¨¦rprete de jazz me gusta cantar las canciones de manera diferente cada vez, pero mi hermana me ha dicho, ¡°mira, en el festival quiero que cantes la melod¨ªa tal como es, hay que respetarla¡±, aunque yo en la promoci¨®n me quiero divertirme un poco y hago mil versiones.

-En Kiev me veo disfrutando al cantar, eso s¨ª, pero en el festival pienso que me voy a aburrir, sinceramente, es mucho tiempo y muchas canciones muy parecidas. Luego volver¨¦ a mis cosas. El Festival ya me ayud¨® todo lo que ten¨ªa que ayudarme, ya yo gan¨¦ con todo lo que ha pasado, porque me hacen un caso que antes no me hac¨ªan y mi disco (Excuse Me) se ha colocado ahora entre los m¨¢s vendidos. Es un poco agridulce porque lo llev¨¢bamos intentando desde hac¨ªa un a?o, hab¨ªa pocos auditorios apalabrados y en cambio ahora mismo tengo una cantidad brutal de conciertos. El festival difundi¨® mi m¨²sica. Yo estoy s¨²per agradecido.

-Yo soy un inquieto musical, necesito tener muchos proyectos. Estoy preparando un disco de boleros en jazz. Pero ahora me piden que me centre. Es un dolor de cabeza tener tantas facetas: acabar¨¦ por tener tantos heter¨®nimos como Fernando Pessoa.

-En la ¨¦poca de ¡°?dolos¡± se me acercaban unos fans como de telenovela, quer¨ªan saber cotilleos del programa, qui¨¦n era un cabr¨®n, qui¨¦n se hab¨ªa liado con quien; hoy en d¨ªa la gente me aborda con respeto para decirme que les gusta la canci¨®n y desearme buena suerte. Es un abordaje pac¨ªfico.

-Estos d¨ªas, cuando salgo al escenario respondo a los medios amarillistas sobre lo que dicen de m¨ª. Sobre un solo de bater¨ªa yo grito lo que ellos publican: ¡°?Salvador sobral tiene en riesgo su vida, puede morirse en cualquier momento! ?Dinos, Salvador, ?vas a morir? ?Dinos qu¨¦ d¨ªa vas a morir para ampliar la tirada!¡± La gente aplaude, me apoya, porque entienden que yo estoy pasando por esto y que tengo que canalizar esa rabia.

-En el escenario es donde todo est¨¢ bien. Ah¨ª no hay problemas de salud, ni de dinero. Todos estamos dialogando, eso es el jazz, esa onda de improvisaci¨®n, de que todo en la vida es posible.

Nos despedimos de este ser original, tan ang¨¦lico como ir¨®nico. Uno de esos m¨²sicos que hacen falta en el mundo previsible de la actual m¨²sica popular. Salvador, qu¨¦ buen nombre tienes.