Amigo Malkiel, ¡®my boy¡¯
Ella fue la m¨¢s sabia estudiosa de la literatura espa?ola cl¨¢sica. ?l, un hispanista jud¨ªo huido de Europa. Su correspondencia es una inteligente novela de amor con final feliz
"Una novela de amor, a ratos rosa¡±, dice Francisco Rico de la correspondencia intercambiada entre febrero de 1947 y el 23 de enero de 1948 por Mar¨ªa Rosa Lida y Yakov Malkiel, una fil¨®loga argentina (y jud¨ªa) y un fil¨®logo nacido en Rusia, educado en Alemania y emigrado en Estados Unidos, porque tambi¨¦n era jud¨ªo. Por supuesto, Rico ¡ª?que ha sido el promotor de este libro y su prologuista¡ª sabe muy bien que este epistolario tiene mucho m¨¢s alcance que el de permitirnos contemplar los ritos de cortejo (pedantes a veces, ingeniosos siempre) de dos fil¨®logos que ya no son veintea?eros: ella es ya una de las m¨¢s brillantes estudiosas de las letras espa?olas antiguas; ¨¦l profesa en Berkeley, ha publicado renovadores estudios sobre la historia del l¨¦xico espa?ol y tiene ideas propias sobre la escuela espa?ola de filolog¨ªa.
Pero sus cartas tienen un encanto de ayer que todav¨ªa nos fascina a muchos¡ Al comienzo ambos comparten confidencias de proyectos acad¨¦micos y alguna vez de sus or¨ªgenes y sus biograf¨ªas, porque ella tambi¨¦n prepara el traslado a Harvard, destino m¨¢s atractivo que el que sospecha en un pa¨ªs bajo la dictadura de Per¨®n desde 1944. ¡°Mi distinguida se?orita Lida¡± y ¡°muy se?or m¨ªo¡± pasan a ser pronto ¡°amigo Malkiel¡± y ¡°querida amiga¡±, a la vez que las confidencias aumentan y con ellas la tensa esgrima de jugueteos con las expresiones en lengua inglesa (ambos son extranjeros), bromas literarias, caprichos eruditos y citas de escritores.
Se conocieron en persona cuando se dieron cita en las Navidades de 1947, en Cambridge (Massachusetts), y el coup de foudre (como lo llaman) fue tan total como esperable; Lida ya le ha escrito, poco antes de que llegue, una ¨²ltima chanza metaliteraria muy divertida: ¡°Pongo fin a esta novela epistolar que su colega Charles E. Kany tendr¨¢ que insertar en la pr¨®xima edici¨®n de sus Beguinnings of the Epistolar Novel¡±. Lo que sigue es amor y filolog¨ªa, entreverado de declaraciones de afecto y buenos prop¨®sitos dom¨¦sticos: ¡°Ahora escribes¡±, se?ala Malkiel, ¡°como si me hablases, con menos pretensi¨®n literaria (¡). Te tengo menos miedo y m¨¢s afecto¡±. ?C¨®mo tenerlo a quien le ha escrito que ¡°tenemos que querernos mucho los dos, y ser buenitos, y comprendernos, y perdonarnos, y vivir limpia y buenamente?¡±.
Lida es una joven jud¨ªa tan pudorosa comm¡¯il faut, tan segura en su trabajo como t¨ªmida en lo dem¨¢s (a Victoria Ocampo le ha escrito que ¡°usted, con Jorge Luis Borges, me reducen con su sola presencia a la afasia instant¨¢nea y total¡±), y, sin embargo, es capaz de enviarle a su velado unos pocos poemas que Francisco Rico ha comentado con humor y llamado con raz¨®n ¡°cantigas de amor¡±, aunque los modelos con que la enamorada juega a ser poeta no sean solamente los versos galaico-portugueses, sino tambi¨¦n el famoso madrigal de Gutierre de Cetina, las solemnes octavas de Juan de Mena o el m¨¢s famoso poema trovadoresco de Guillermo de Aquitania: humor y filolog¨ªa, en este caso.
Tan importante como esto es lo que se lee entre l¨ªneas. Aqu¨ª est¨¢ presente la brillante y trunca historia del Instituto de Filolog¨ªa de la Universidad de Buenos Aires, dirigido por el inolvidable Amado Alonso y desmantelado por el receloso peronismo. Y la adaptaci¨®n de los intelectuales emigrados de Europa a la vida acad¨¦mica norteamericana (Malkiel escribe con orgullo: ¡°Somos un poco como los griegos en Roma. Podemos fecundar la historia de este pa¨ªs¡±, a la vez que proclama: ¡°Atenas y Jerusal¨¦n: tal es el problema central de la vida intelectual y emocional de cada jud¨ªo¡±). Y no faltan las huellas de la turbaci¨®n espiritual de la clase media hebrea de todo el mundo ante lo que sucedi¨® en 1933 y 1945 (Lida escribe: ¡°La historia externa de mi vida ha sido feliz, inmerecidamente feliz, comparada con la enorme mayor¨ªa de mis contempor¨¢neos. El desconcierto me alcanza ahora¡±). Y est¨¢ presente algo todav¨ªa m¨¢s importante que no quiero callar: entre los a?os veinte ¡ªdizque felices¡ª y el decenio de los sesenta transcurri¨® una edad de oro de la filolog¨ªa rom¨¢nica, cuando esta era una ambiciosa disciplina human¨ªstica de signo orgullosamente historicista, enriquecida por la mejor estil¨ªstica e irrenunciablemente volcada al comparatismo como raz¨®n de ser. De ella surgi¨®, casi al final del ciclo, el gran libro de Lida, La originalidad art¨ªstica de ¡®La Celestina¡¯, el mejor que se ha escrito nunca sobre la obra de Rojas. Aquel esplendor vino de la fecunda crisis del positivismo; luego le sucedieron ¡ªsuele ocurrir¡ª otros positivismos acad¨¦micos, el estructuralismo o la semi¨®tica, que jam¨¢s estuvieron a su altura.
Queda dicho que a Francisco Rico se debe el designio de este precioso libro. A Miranda Lida, sobrina y bi¨®grafa de la protagonista, una ce?ida ¡®Historia de un epistolario y un exilio¡¯. A Juan Miguel Valero, una copiosa aunque pertinente anotaci¨®n al contenido de las cartas, que se ha tenido el buen tino de que no interrumpa su lectura y que parece emular la infinita capacidad de Mar¨ªa Rosa y Yasha de agotar todas las posibles alusiones literarias que sal¨ªan a su paso.
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Autor:?Mar¨ªa Rosa Lida & Yakov Malkiel. Pr¨®logo de Francisco Rico.
Editorial: Acantilado (2017).
Formato: tapa blanda (336 p¨¢ginas).
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