Los robots se ponen a leer y escribir
La industria cultural introducir¨¢ t¨¦cnicas de reconocimiento facial antes de lo que sospecha
Imagine que entra en su librer¨ªa de toda la vida y ve una c¨¢mara de reconocimiento facial. Piensa en una c¨¢mara de seguridad, pero su librero le explica que ha sido instalada para darle un mejor servicio en pr¨®ximas visitas. Al volver, al cabo de unos d¨ªas, la c¨¢mara ha reconocido su cara puesto que le dio permiso al librero para incluir su ficha en su sistema operativo donde figura su historial de compra, afinidades lectoras y dem¨¢s datos relacionados con sus lecturas. Tras reconocerle, una pantalla t¨¢ctil le destaca una relaci¨®n de libros que cree que usted deber¨ªa tener en cuenta. Las recomendaciones est¨¢n basadas en el comportamiento de otros lectores con sus mismas afinidades. La c¨¢mara habr¨¢ grabado qu¨¦ libros tocaron, qu¨¦ cubiertas les sorprendieron detectando sus emociones, qu¨¦ sensaciones transmit¨ªa su cara al hojear las p¨¢ginas y qu¨¦ expresiones transmitieron al comprar los libros sugeridos. Los expertos en reconocimiento facial indican que los humanos transmiten m¨¢s de un 90% de sus emociones a trav¨¦s de la comunicaci¨®n no verbal (cara, gesticulaci¨®n...).
No es ciencia-ficci¨®n. Los tel¨¦fonos m¨®viles vendr¨¢n pr¨®ximamente con un sensor, conectado v¨ªa inal¨¢mbrica a la piel del usuario, que detectar¨¢ sus estados de ¨¢nimo. Dependiendo de si se est¨¢ triste, alegre o cansado, los algoritmos de recomendaci¨®n de librer¨ªas y bibliotecas que utilicen esas tecnolog¨ªas sensoriales podr¨¢n sugerir a sus clientes leer un libro, escuchar un audiolibro o leer una poes¨ªa seg¨²n su estado de ¨¢nimo. La industria cultural introducir¨¢ esas t¨¦cnicas de reconocimiento facial antes de lo que sospecha porque son ya realidad en otros sectores como el farmac¨¦utico, donde se utilizan para prevenir infartos o derrames cerebrales registrando el estado an¨ªmico de las personas en relaci¨®n con su vida diaria, dieta alimenticia, estr¨¦s...
La inteligencia artificial se est¨¢ convirtiendo en una de las apuestas digitales de las grandes compa?¨ªas tecnol¨®gicas con el fin de gestionar el gran oc¨¦ano de informaci¨®n en la Red: cada d¨ªa se crean 2,5 trillones de bytes de datos. Esa nueva frontera digital se ha convertido en El Dorado para empresas como Google, Amazon, Facebook y Apple (GAFA), donde van a ir destinados sus desarrollos tecnol¨®gicos de los pr¨®ximos a?os. Facebook quiere ayudar a las personas ciegas a ver a trav¨¦s de la inteligencia artificial. Por su parte, Apple ha adquirido la tecnolog¨ªa Emotient, que detecta emociones a trav¨¦s del reconocimiento facial. Google sigue mejorando su algoritmo, cada vez m¨¢s inteligente. Su ¨²ltimo invento: la herramienta Deep Dream, capaz de crear im¨¢genes bas¨¢ndose en otras im¨¢genes.
Tecnolog¨ªas como Siri o Google Now, basadas en la inteligencia artificial y big-data, ayudan a navegar de una forma m¨¢s humanizada por la inmensidad de la Red. Las incursiones de algoritmos inteligentes en la creaci¨®n de contenidos culturales est¨¢n dando los primeros y sorprendentes resultados. La plataforma de cine y series de televisi¨®n Netflix analiza a diario (un equipo de 70 personas) el comportamiento y gustos de sus subscriptores para determinar sus pr¨®ximas recomendaciones: realizan m¨¢s de 200 pruebas anuales para mejorar la experiencia de descubrimiento de contenidos en su plataforma. Algo parecido hacen plataformas de m¨²sica como Spotify o Pandora para ayudar a sus abonados a descubrir la siguiente canci¨®n. Esas recomendaciones no son siempre perfectas, pero su evoluci¨®n es impresionante. Pronto los algoritmos inteligentes se convertir¨¢n en los grandes prescriptores de contenidos culturales. Los libreros y los cr¨ªticos literarios o de cine no desaparecer¨¢n, pero tendr¨¢n que aportar otro valor a?adido.
Editoriales m¨¢s ¡®inteligentes¡¯
Para las editoriales, hasta hace poco, los datos que pod¨ªan tener sobre el comportamiento de sus libros en el mercado eran m¨¢s que limitados: apenas sab¨ªan en qu¨¦ librer¨ªas estaban colocados y cu¨¢ntas ventas se hab¨ªan conseguido de cada t¨ªtulo. De eso se ha pasado a conocer el comportamiento de sus lectores sobre un libro (qu¨¦ se ha le¨ªdo y subrayado, cu¨¢les son las emociones y sensaciones que transmite una lectura...), todo en tiempo real.
Esos nuevos algoritmos van m¨¢s all¨¢ de agregar los datos de las listas de los m¨¢s vendidos, metadatos de las editoriales o puntuaciones con estrellas que no contemplan los matices an¨ªmicos del lector. Ya ahora mismo tecnolog¨ªas basadas en inteligencia artificial, como Tekstum, Trayectory o Komilibro, ayudan a editores, libreros y bibliotecarios a descubrir las emociones, sentimientos y sensaciones que una obra transmite a sus lectores, proporcionando un an¨¢lisis cient¨ªfico en tiempo real de las opiniones y rese?as que los lectores realizan en plataformas literarias, blogs y redes sociales. Gracias a estos nuevos algoritmos, los profesionales del mundo del libro pueden saber en tiempo real, por ejemplo, el tiempo promedio de lectura de un libro, si se ha acabado de leer, d¨ªas y horas de mayor lectura, qu¨¦ p¨¢rrafos han sido m¨¢s subrayados o c¨®mo los lectores interact¨²an con libros de ciertos g¨¦neros. O, por geolocalizaci¨®n, saber d¨®nde concentran m¨¢s seguidores. O reordenar el cat¨¢logo a partir de emociones y no por temas o g¨¦neros como hasta ahora...
La mayor¨ªa de las plataformas de venta de libros por internet est¨¢n recomendando a sus clientes la lectura de otros libros bas¨¢ndose s¨®lo en la variable compra: personas que han comprado un determinado libro tambi¨¦n han comprado estos otros que le pueden interesar. Los lectores saben que las recomendaciones basadas en esa variable les han permitido descubrir libros y autores, pero tambi¨¦n se quejan de que el algoritmo falla: la mera compra no conlleva un alto grado de satisfacci¨®n de su lectura.
Para mejorarlo, la nueva generaci¨®n de tecnolog¨ªas de recomendaci¨®n que se nutre de afinidades reales entre libros se convertir¨¢ en la principal prescriptora en la Red. El nuevo concepto es el de ¡°libros que recomiendan otros libros¡±. Para los editores, esta nueva vanguardia tecnol¨®gica significa que podr¨¢n aconsejar a sus lectores otros t¨ªtulos de su cat¨¢logo de forma mucho m¨¢s ¨²til. Cuanto mayor bibliodiversidad tenga una librer¨ªa o biblioteca, m¨¢s completas ser¨¢n las sugerencias de lecturas relacionadas.
Pronto los algoritmos inteligentes se convertir¨¢n en los grandes prescriptores de contenidos culturales
Los beneficios lo son tanto para lectores como para profesionales. Plataformas como Inkitt o Authors.me aportan a los expertos una visi¨®n m¨¢s amplia del comportamiento del mercado, as¨ª como de la estructura, tono y estilo de los manuscritos que reciben. Con esa informaci¨®n, los editores pueden gestionar mejor su inmensa oferta para atender las diferentes afinidades culturales, as¨ª como elaborar estrategias de marketing y comercializaci¨®n con m¨¢s probabilidades de ¨¦xito al saber el historial lector de los usuarios.
En esa linea, el a?o pasado un manuscrito redactado por un ordenador pasaba la primera fase de un premio literario en Jap¨®n. El jurado se sorprendi¨® al enterarse de que la historia hab¨ªa sido producida por una m¨¢quina. La novela era de un equipo de investigadores encabezado por Hitoshi Matsubara, profesor de la Universidad del Futuro-Hakodate, e imitaba el estilo de Shinichi Hoshi, autor reconocido por sus obras de ciencia ficci¨®n.
Los autores del libro C¨®digo Bestseller han identificado cerca de 3.000 patrones asociados con libros que se han convertido en superventas: n¨²mero de p¨¢ginas, ritmo de la trama, n¨²mero de personas, escenas de sexo, estilo de escritura... Bas¨¢ndose en esos patrones, su algoritmo detecta con un 80% de ¨¦xito si un manuscrito puede ser un best-seller o no... Pero uno de los riesgos de un uso abusivo del rastreo de datos es que la futura publicaci¨®n de libros se limite a atender solo las supuestas demandas del mercado. El reto ser¨¢ equilibrar voces y puntos de vista.
Los futuros algoritmos de libros basados en la inteligencia artificial permitir¨¢ a los lectores recomendar de forma muy personalizada
Librer¨ªas f¨ªsicas ¡®ciegas¡¯
Actualmente, la mayor¨ªa de las librer¨ªas desconoce el perfil de quienes les visitan. No saben si son ¨¢vidos lectores o s¨®lo buscan un regalo para otro. El valor a?adido que aporta Internet es el conocimiento directo del cliente y su comportamiento durante la compra, as¨ª como el an¨¢lisis posterior de la lectura del libro vendido. Porque la compra de un volumen no implica que le haya gustado al lector. Un 60% de los e-books comprados no se terminan de leer nunca y el lector en pantalla no difiere tanto del de papel. Seg¨²n la plataforma Kobo, un 24% de los lectores descubren su siguiente lectura a trav¨¦s de un algoritmo.
?C¨®mo un buen librero o bibliotecario recomendar¨¢ un libro si desconoce el grado de satisfacci¨®n de la anterior lectura? Los futuros algoritmos de libros basados en la inteligencia artificial les permitir¨¢n recomendar de forma muy personalizada porque esas nuevas tecnolog¨ªas analizan si se ha le¨ªdo un libro hasta el final o no, qu¨¦ cap¨ªtulos se han saltado o si se relee un determinado autor cada a?o. Tambi¨¦n podr¨¢n analizar qu¨¦ se ha subrayado y anotado, as¨ª como qu¨¦ partes del libro (personajes, trama, etc.) se han compartido con otros lectores en un club de lectura online o en una red social. Esos datos sobre el comportamiento y el grado de satisfacci¨®n reales del lector se convertir¨¢n en el principal activo de las librer¨ªas y bibliotecas en la nueva era digital.
Espacios culturales m¨¢s inteligentes
La inteligencia artificial, la realidad virtual y el big-data tendr¨¢n tambi¨¦n un gran impacto en la forma en que se descubrir¨¢n libros de papel en espacios f¨ªsicos. Afortunadamente, el concepto de librer¨ªa y biblioteca en el siglo XXI va m¨¢s all¨¢ del propio espacio f¨ªsico. Una marquesina de autob¨²s o una farola pueden convertirse en una librer¨ªa o biblioteca online. Cualquiera de esos lugares servir¨¢ para que le puedan colocar sensores inteligentes que ofrezcan a los lectores contenidos relevantes para ellos, ya que han sido geocontextualizados gracias a sus m¨®viles. Cada vez hay m¨¢s librer¨ªas y bibliotecas que incorporan tecnolog¨ªas de proximidad, como beacons o sensores NFC (dispositivos de conexi¨®n bluetooth para comunicar con m¨®viles), para enriquecer la experiencia de compra de libros de papel.
En este contexto de integraci¨®n del mundo f¨ªsico y online, los denominados bots (programa inform¨¢tico que imita a un humano) tambi¨¦n ayudar¨¢n. La p¨¢gina de HarperCollins tiene ya un bot encargado de recomendaciones: es BookGenie, el cual pregunta al usuario si quiere que le recomiende un libro o saber sobre alg¨²n autor. En el caso de pedir alguna recomendaci¨®n, el bot pregunta cu¨¢l ha sido la ¨²ltima lectura. A partir de ¨¦l, inicia las recomendaciones. Los m¨®viles tendr¨¢n todo tipo de apps basadas en chatbot (robot capaz de simular conversaciones con una persona) que resultar¨¢n muy ¨²tiles para responder a preguntas sobre libros que se buscan. La evoluci¨®n tecnol¨®gica de estos bots ser¨¢ la implementaci¨®n de programas de procesamiento del lenguaje natural, que incluyen las emociones, nuestro estado an¨ªmico, el doble sentido del lenguaje... Tambi¨¦n ser¨¢ muy com¨²n ver en las librer¨ªas y bibliotecas robots que asumir¨¢n toda clase de tareas. Existen ya robots de aspecto humanoide, como Pepper, dispuestos a resolver dudas y facilitar las compras a los clientes en una librer¨ªa o tienda de un museo.
Se dice que estamos ante la ¨²ltima generaci¨®n d¨®nde el humano ser¨¢ m¨¢s inteligente que las m¨¢quinas. Y eso tendr¨¢ su impacto en el mercado laboral: los informes m¨¢s tranquilizadores (Cognizant) indican que la inteligencia artificial destruir¨¢ un 12% de los empleos actuales, pero que crear¨¢ un 13% de nuevos. La edici¨®n no quedar¨¢ ajena a esas proporciones.
En cualquier caso, un mundo con coches sin conductores, casas inteligentes, sensores que analizan el sue?o y el ejercicio, robots en hospitales y hasta en museos y teatros¡ ?se ha de suponer que el mundo del libro seguir¨¢ siendo igual?
Javier Celaya es socio fundador de Dosdoce.com
Babelia
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