?Orden¨® Franco bombardear Gernika?
Historiadores y expertos debaten sobre las relaciones entre el dictador y los jefes de la Legi¨®n C¨®ndor en el 80 aniversario del bombardeo a la poblaci¨®n vasca
Asom¨® por entre los montes el rugido de los monstruos de acero. Los Junker Ju 52 y los Heinkel He 51 de la Legi¨®n C¨®ndor, los Savoia-Marchetti S.81 Pipistrello y los Fiat CR 32 de la Aviazione Legionaria Italiana. Gernika no ten¨ªa defensas antia¨¦reas. Apenas un poblach¨®n de 5.000 almas indefenso y confiado. Viajeros esperando al tren, pelotazales en el front¨®n cubierto (el m¨¢s grande del mundo en aquella ¨¦poca), baserritarras y amas de casa atiborrando el mercado de los lunes y ni?os jugando en Artekalea, la calle principal. 26 de abril de 1937.
Empezaron a caer las bombas. Las primeras explosiones se produjeron junto al puente de Renteria y en la estaci¨®n de trenes. Durante m¨¢s de tres horas los escuadrones comandados por Wolfram von Richthofen y Hugo Sperrle masacraron la ciudad-s¨ªmbolo de los vascos. El Ayuntamiento, destruido. La iglesia de San Juan, destruida. El matadero, la alh¨®ndiga, el teatro Liceo¡ todo reducido a escombros. Todo, menos la Casa de Juntas y el c¨¦lebre ?rbol de Guernica, s¨ªmbolos del nacionalismo vasco (aunque tambi¨¦n referente para no pocos carlistas vascos enrolados en las filas de Franco). Tampoco la f¨¢brica de armas Astra result¨® tocada (un buen bot¨ªn una vez tomada la ciudad). Misterios de la guerra¡ aunque no tanto.
¡°Gritos de ni?os, gritos de mujeres, gritos de p¨¢jaros, gritos de flores, gritos de vigas y de piedras, gritos de ladrillos, gritos de muebles, de camas, de sillas, de cortinas, de vasos¡¡±. Palabra de Pablo Picasso, que ley¨® en L¡¯ Humanit¨¦ la cr¨®nica del periodista sudafricano George Steer antes publicada por The Times, y empez¨® a poner en pie Guernica, la obra de arte m¨¢s triste de la historia.
M¨¢s de 200 muertos seg¨²n unos. M¨¢s de 1.600 seg¨²n otros. No hay registros de cad¨¢veres. No hay listas, ni las habr¨¢. Pero a nada que uno se detenga en la contemplaci¨®n incr¨¦dula de todas esas fotos procedentes del Archivo Gernikazarra, la sensaci¨®n de ruina es tan absoluta que solo cabe pensar en escombreras de muerte mucho m¨¢s cercanas a la segunda cifra que a la primera.
Lo que el Ministerio de Defensa dec¨ªa ... En 2009
?Hubo en el bombardeo de Gernika una coincidencia de sendos intereses comunes? Historiadores como Paul Preston, ?ngel Vi?as y Xabier Irujo coinciden en que s¨ª. La ecuaci¨®n era sencilla. Por un lado, Franco castigaba a los gudaris vascos que se hab¨ªa alineado con la Rep¨²blica. Por otro, los comandantes alemanes Sperrle y Von Richthofen, alentados desde Berl¨ªn por el mism¨ªsimo Goering -que aspiraba a demostrar a Hitler el poder de la aviaci¨®n y con ello incrementar su influencia en el F¨¹hrer- hac¨ªan del bombardeo indiscriminado contra Gernika el banco de pruebas de lo que acabar¨ªan haciendo en la ya cercana segunda Guerra Mundial¡ En cuanto a la Aviaci¨®n Legionaria Italiana, necesitaba una victoria sin paliativos fuera como fuera, despu¨¦s del desastre sufrido en la batalla de Guadalajara.
Por cierto, l¨¦ase lo que en 2009 escrib¨ªa sobre los aviadores fascistas italianos que bombardearon Gernika el coronel de Aviaci¨®n espa?ol Jos¨¦ Ram¨®n ?vila Bardaj¨ª en la revista Aeroplano¡ editada por el Ministerio de Defensa del Gobierno de Espa?a: "Se han cumplido 73 a?os de los acontecimientos que voy a relatar, que a m¨ª, como piloto militar espa?ol, no dejan de emocionarme, al ver y sentir unos valores, principalmente de sacrificio y entrega, de una juventud perteneciente a la Aeron¨¢utica Militar Italiana, la cual puede y debe sentirse muy orgullosa de una gesta y de unos hombres que, sin pedir nada a cambio, sirvieron a unos grandes ideales¡".
Ochenta a?os despu¨¦s, Gernika se lame las heridas. Lo hace cada a?o por estas fechas, solo que ahora la cifra es redonda. Un pretexto como otro cualquiera para regresar al horror, tambi¨¦n a la dignidad. Durante toda una semana, la villa conmemora el 80? aniversario del espanto que la hizo universal, apuesta por la paz y la reconciliaci¨®n y vuelve a hacerse preguntas acerca de los porqu¨¦s y los c¨®mos de aquel episodio incrustado en la historia universal de la infamia. Una larga serie de actos institucionales, conciertos, ciclos de cine, mesas redondas, encuentros entre supervivientes y descendientes de los verdugos y seminarios protagonizados por historiadores y expertos vertebran el 80? aniversario del bombardeo. El verdadero tema de debate en esta reuni¨®n de expertos celebrada en Gernika es si Franco orden¨® personalmente el bombardeo o si s¨®lo dej¨® hacer a los mandos alemanes en Espa?a. Aunque la escuela m¨¢s derechista de la Historia de la guerra civil sostiene incluso una tercera posibilidad: que el dictador no sab¨ªa nada.
¡°En el caso de la Guerra Civil, y sobre todo de Gernika, todav¨ªa estamos luchando contra la mentira¡±, advert¨ªa ayer mismo junto al Museo de la Paz el historiador e hispanista brit¨¢nico Paul Preston, autor de libros indispensables como Franco, La Guerra Civil, Juan Carlos o¡ La muerte de Guernica, un op¨²sculo editado en su d¨ªa tan solo en versi¨®n digital y que acaba de ver la luz en forma de c¨®mic (Editorial Debate). Una obra que sintetiza con ins¨®lita econom¨ªa de medios (la palabra de Preston y las ilustraciones de Jos¨¦ Pablo Garc¨ªa) las posibles causas estrat¨¦gicas del bombardeo, el papel alem¨¢n e italiano, la estrategia franquista y las subsiguientes mentiras pol¨ªticas y hasta religiosas en torno a la masacre.
Preston toma parte estos d¨ªas en el seminario internacional Los bombardeos de Euskadi (1936-1937), en el que tambi¨¦n intervienen historiadores como ?ngel Vi?as, Xabier Irujo, Patxi Juaristi, Nick Rankin o Aitor Mi?ambres. Todos ellos han acudido a la llamada del Ayuntamiento de Gernika, el Gobierno Vasco, la Diputaci¨®n Foral de Bizkaia, el Museo de la Paz y la asociaci¨®n Gernika Gogoratuz, organizadores de esta semana de la memoria. En ella est¨¢n presentes, adem¨¢s, supervivientes de las bombas at¨®micas de Hiroshima y Nagasaki, as¨ª como el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el l¨ªder de las FARC, Rodrigo Londo?o, quienes recibir¨¢n el mi¨¦rcoles junto al fotoperiodista Gervasio S¨¢nchez los XIII Premios Gernika por la Paz y la Reconciliaci¨®n.
Las ¡°mentiras¡± a las que ayer se refer¨ªa Paul Preston ata?en a la negaci¨®n posterior, por parte de Franco, de haber estado en el origen del bombardeo. ¡°Esa es la gran mentira franquista despu¨¦s de Gernika¡ ese mensaje de que la ciudad la hab¨ªan destruido los mineros asturianos y los gudaris vascos¡±, explica el autor de El holocausto espa?ol, para quien el despu¨¦s de Guernica constituye ¡°un ejemplo perfecto de esa posverdad y difusi¨®n de falsedades tan de moda hoy en d¨ªa¡±. Paul Preston est¨¢ convencido de que se asiste hoy en Espa?a a ¡°un resurgimiento de actitudes franquistas no ya entre historiadores de cierto signo, sino tambi¨¦n entre muchos j¨®venes universitarios¡±. Y se refiere tambi¨¦n a toda una l¨ªnea de historiadores que, desde Salas Larrazabal hasta P¨ªo Moa, pasando por Ricardo de la Cierva o C¨¦sar Vidal ¨Ce incluso Roberto Mu?oz Bola?os, autor del reciente libro Guernica. Una nueva historia (Espasa) ponen entre par¨¦ntesis el papel directo de Franco en la agresi¨®n contra civiles del 26 de abril del 37.
En sus p¨¢ginas, Mu?oz Bola?os, experto en historia militar, pone el acento en un ¨¢ngulo escasamente tratado en el asunto del bombardeo de Guernica, como es el de las supestas (y seg¨²n ¨¦l) fracasadas negociaciones entre Franco y los nacionalistas vascos. Tambi¨¦n se pregunta el autor de ?Fascismo en Espa?a? si la Legi¨®n C¨®ndor actu¨® de forma aut¨®noma, al margen de Franco, en el bombardeo.
¡°Eso es imposible, que los alemanes actuaran por su cuenta en Gernika es un mito¡±, aseguraba ayer en una de las sesiones del seminario el historiador y economista ?ngel Vi?as, convencido de que tanto la campa?a militar del Norte en general como la agresi¨®n contra la villa de Gernika en particular atendieron a los designios de Francisco Franco, y de que el trabajo conjunto en el d¨ªa a d¨ªa de los militares alemanes de la C¨®ndor y Juan Vig¨®n, jefe del Estado Mayor del general Mola, era la mejor prueba de todo ello. ¡°Lo que pasa es que ni Franco ni los nazis pensaban que el bombardeo de Gernika iba a provocar semejante pitote internacional, les pill¨® con el pie cambiado¡±.
Un mill¨®n de kilos de bombas
Pero este encuentro de historiadores no solo se ocupa de honrar la memoria de la Gernika bombardeada. Para quien haya olvidado otras carnicer¨ªas de la Legi¨®n C¨®ndor, la Aviaci¨®n Legionaria Italiana y la aviaci¨®n franquista en el Frente Norte de la Guerra Civil, investigadas y recopiladas por el historiador Xabier Irujo, profesor en el Centro de Estudios Vascos de la Universidad de Nevada (EE UU): Durango (21 de marzo de 1937, 127 o 336 muertos, seg¨²n fuentes); Otxandiano (22 de julio de 1936, dos aviones alemanes bombardeando la plaza Andikona durante las fiestas del pueblo, 45 muertos, el primer gran golpe a¨¦reo de la guerra); Legutiano, atacada una decena de veces; Sollube, bombardeada 12 veces por espa?oles, alemanes e italianos¡ Markina-Xemein, Berriat¨²a, Etxebarria¡ Solo en dos meses y medio, Bizkaia iba a recibir el impacto de un mill¨®n de kilos de bombas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.