Juguetes infantiles para sonidos adultos

Volker Bertelmann experiment¨® una epifan¨ªa a los 10 a?os cuando entr¨® en la iglesia de su pueblo, que tuvo poco de m¨ªstica y mucho de fen¨®meno geol¨®gico: aquella ma?ana, un virtuoso pianista desgranaba piezas de Chopin sobre el altar. "Sent¨ª un terremoto en mi interior que me sacudi¨® de arriba abajo", recuerda. En ese momento supo que su vida iba a estar ligada para siempre a ese instrumento.

Bajo el nombre art¨ªstico Hauschka, este alem¨¢n espigado nacido en Kreutzal hace 51 a?os tiene una carrera repleta de zigzagueos imprevisibles: sus primeros pasos con el piano, ya adolescente, no fueron interpretando piezas cl¨¢sicas, sino aporreando las teclas en una banda de rock, primero, y en un d¨²o de hip hop, despu¨¦s, junto a su primo, con el que tuvieron bastante repercusi¨®n: God's Favorite Dog grabaron un disco con Sony Music y facturaron unos cuantos hits.

A mediados de los noventa, ya con su alter ego (se llama as¨ª por las cremas cosm¨¦ticas Dr. Hauschka) se rindi¨® a la m¨²sica cl¨¢sica y compuso unas cuantas piezas, pero aquello le supo a poco: "Durante una ¨¦poca impart¨ª clases de piano en una escuela p¨²blica, y cuando llegaba a casa necesitaba escuchar otras cosas. Empez¨® a interesarme mucho la m¨²sica electr¨®nica y experimental", cuenta. La mejor manera de trasladar aquellos sonidos a su instrumento tiene un nombre: piano preparado. Es un g¨¦nero poco prodigado, que consiste en intercalar objetos entre las cuerdas y los macillos para extraer sonidos in¨¦ditos. Hauschka suele llevarse una colecci¨®n de juguetes en sus giras, que coloca meticulosamente antes de cada concierto.

El pr¨®ximo 29 de abril lo har¨¢ en el festival L.E.V. de Gij¨®n, de la mano de Red Bull Music Academy. El evento asturiano, que dura tres d¨ªas, es la propuesta musical m¨¢s arriesgada de cuantas suceden en nuestro pa¨ªs. Posiblemente, usted no reconozca a m¨¢s de la mitad de los artistas que componen su cartel, pero despu¨¦s de asistir al apabullante despliegue sonoro y visual de sus actuaciones, no los olvidar¨¢ nunca. Una escena en la que Hauschka encaja como un guante: presentar¨¢ su ¨²ltimo trabajo, What if, en el que a?ade pianolas a su arsenal pian¨ªstico. "Son instrumentos capaces de emitir sonidos sobrenaturales y, al mismo tiempo, humanos y c¨¢lidos".

El artista alem¨¢n, prol¨ªfico e imposible de encasillar, lleva ya ocho discos de piano preparado en diez a?os, y tambi¨¦n algunas bandas sonoras: la ¨²ltima, para la australiana Lion, que fue nominada a mejor pel¨ªcula en la ¨²ltima edici¨®n de los Oscar. "La experiencia cambia cuando compongo para cine", reconoce. "Debo abrir mi mente a propuestas externas, a una historia que ya est¨¢ contada. La composici¨®n de mis propios discos es un proceso mucho m¨¢s introspectivo, tengo una idea en la cabeza y no paro hasta dar con ella".

Aunque el resultado pueda sonar abstracto, su inspiraci¨®n es muy realista: con este ¨²ltimo disco, quiere contarle a sus hijos el mundo en el que vivimos. "Pretendo explicarle, a trav¨¦s de mis canciones, la belleza y la diversidad de lo que nos rodea. Que hay mucha gente inteligente que merece la pena, y que los problemas vienen del sistema, no de las personas. Pero tambi¨¦n quiero que entienda que tenemos una prioridad ahora: el medio ambiente. Debemos protegerlo, porque la existencia del mundo depende de eso". Si uno logra abstraerse en favor de la amalgama de sonidos y melod¨ªas que componen What if, puede entrever estas inquietudes, expl¨ªcitas en los t¨ªtulos de muchas de las canciones, como Ican?t find water, I need exile o My kids live on Mars.

A Hauschka le preocupa realmente el mundo que les quedar¨¢ a sus hijos, y con este disco, adem¨¢s de dar un paso m¨¢s en su experimentaci¨®n sonora, da un toque de atenci¨®n a quien los escucha: "En el corto periodo que estamos sobre la tierra, tenemos que hacer cosas que aporten. No se trata de que nos pongan una estatua, sino de crear cosas que ayuden a las siguientes generaciones a tener una vida mejor".

Ese es su objetivo como artista, y su aporte a la m¨²sica es innegable: olviden todo lo que hab¨ªan escuchado hasta ahora sobre un piano. Hauschka es capaz de llevar el instrumento a territorios con los que ni el mism¨ªsimo Chopin habr¨ªa so?ado nunca.