Seductora creatividad
El recorrido de la cantaora Roc¨ªo M¨¢rquez se revela extenso en su nuevo disco, de una densidad plagada de matices
Artista: Roc¨ªo M¨¢rquez
Disco: Firmamento
Puntuaci¨®n: 8,5
Compa?¨ªa: Universal
Es una cuesti¨®n de estilo, pero tambi¨¦n de personalidad. La cantaora Roc¨ªo M¨¢rquez (Huelva, 1985) tiene hecha una clara elecci¨®n est¨¦tica ¡ªla l¨ªnea que va de Chac¨®n a Marchena pasando por Vallejo, entre otros¡ª, que viste con su propio caudal creativo y con su dulce acento. Entre lo culto y lo popular, entre la tradici¨®n y la innovaci¨®n, la artista onubense se encuentra en el doble perfil de cantaora y creadora, facetas rec¨ªprocamente retroalimentadas. Suyos son buena parte de los poemas que canta (tambi¨¦n ha invitado a escritoras de su gusto: Mar¨ªa Salgado, Isabel Escudero y Christina Rosenvinge) y los textos otorgan ropajes nuevos a los viejos estilos, haciendo mutar incluso su naturaleza tradicional. Ellos est¨¢n ah¨ª, con sus propias estructuras r¨ªtmicas, pero no hay por qu¨¦ repetirlos mim¨¦ticamente hasta el infinito. Tampoco las melod¨ªas tienen que determinar el contenido.
As¨ª, los luminosos caracoles chaconianos cobran un actualizado color de denuncia. El romance escrito por Rosenvinge es otra denuncia, esta vez en clave de mujer, con dolor y pellizco. Las alegr¨ªas no son alegres, aun conservando la melod¨ªa, lo mismo que las buler¨ªas, dichas en un tempo lento en el que resaltan los versos, tambi¨¦n de tono social, que firma la propia Roc¨ªo. Se podr¨ªa continuar: la seguiriya sigue la r¨ªtmica del estilo, incluso con su ayeo, pero la queja se encuentra en los inteligentes versos de Escudero. Distorsi¨®n en la escala mayor.
Aunque principia con una cierta lozan¨ªa ¡ªunos joviales tangos seguidos de la milonga, de car¨¢cter optimista¡ª, el recorrido se revela extenso, con una densidad plagada de matices. La minera viaja a El Bierzo y llega el contraste: la jondura propia del estilo junto a la dulzura de una melod¨ªa popular asturiana. La populariz¨® V¨ªctor Manuel, pero Roc¨ªo parece evocar m¨¢s la versi¨®n de Vainica Doble. Vuelve la denuncia, qu¨ªmica ahora, con los fandangos escritos por Salgado, que conducen a otra conmoci¨®n: la personal¨ªsima relectura del Muero porque no muero de Santa Teresa en clave de bambera, un estilo l¨²dico en principio, que cobra aqu¨ª un inusitado dramatismo, una sobrecogedora emoci¨®n, intensidad y fuerza. La fr¨¢gil belleza de La dulce tiran¨ªa, seguidilla an¨®nima del siglo XIX, sirve de puente para las tres suites finales, registradas en 2015 en el Teatro Real, en una anterior colaboraci¨®n entre M¨¢rquez y el tr¨ªo Proyecto Lorca. Una indagaci¨®n en el patrimonio de las canciones populares antiguas, las de Federico y otras m¨¢s, entreverada de referencias cultas y con formato experimental.
Estamos ante un disco de cante sin guitarra y todo puede parecer distinto. Y no por la orquestaci¨®n que proporciona Proyecto Lorca, que tambi¨¦n. Sus arreglos de piano, saxofones y percusiones aportan vanguardia o contemporaneidad, pero tambi¨¦n saben sonar a local y a antiguo: no en vano el saxo se asoci¨® al flamenco hace casi un siglo con Fernando Vilches o El Negro Aquilino.
Dicta la etnomusicolog¨ªa que, en las m¨²sicas de tradici¨®n oral, las formas cantadas son las m¨¢s renuentes a evolucionar. Dentro del flamenco, baile y guitarra hicieron sus revoluciones, pero el cante conserva estructuras milenarias. En la mente de los aficionados est¨¢n, sin embargo, los nombres de creadores que han marcado hitos e incluso provocado conmociones. Con Roc¨ªo M¨¢rquez estamos, desde luego, ante una sugestiva creadora.
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