Preguntas con respuesta

La poeta estadounidense Elisabeth Bishop (1911-79) fue muy estricta y escrupulosa con su obra y de ah¨ª que publicara solo cuatro libros, con 10 a?os de intervalo entre uno y otro. A los poemas de esos cuatro libros hay que a?adir una serie de in¨¦ditos que se fueron publicando en distintas fases. Sumados todos conforman un volumen breve por su tama?o pero grande por su tremenda e ins¨®lita personalidad. Son esos poemas completos los que se publican ahora en una insuperable traducci¨®n, obra de Jeannette L. Clariond, autora igualmente de un excelente y clarificador pr¨®logo.

En el primer libro, Norte y sur (1946), se evitan al m¨¢ximo revelaciones transparentes y predominan las referencias indirectas a cualquier experiencia personal. En el poema 'La mala hierba', un sue?o revela ¡°que la mala hierba permaneci¨® en el coraz¨®n roto¡±. Ante una pregunta que formula quien sue?a, responde la hierba: ¡°Crezco ¡ªdijo¡ª / solo para dividir de nuevo tu coraz¨®n¡±. Sin embargo, para llegar a este final expl¨ªcito, el poema atraviesa un complejo mecanismo que act¨²a como un aplazamiento. El final es manifiesto pero los preparativos no. La tensi¨®n entre los dos enriquece el significado. George Herbert, Marianne Moore, G.M.Hopkins se oyen como m¨²sica de fondo. Esa es la t¨®nica.

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A partir de Una fr¨ªa primavera (1955) la poes¨ªa se abre mucho m¨¢s a las referencias autobiogr¨¢ficas. Los ojos portentosos ¡ªpor no decir milagrosos¡ª arrojan saldos de innumerables afectos ¡ªcompasi¨®n, admiraci¨®n, amor¡ª y desencadenan cascadas de perlas, ensartadas en descripciones admirables, donde surgen ¡ªahora s¨ª¡ª profundas y n¨ªtidas reflexiones sobre la condici¨®n humana. Su larga estancia en Brasil influy¨® sin duda en esta inclinaci¨®n, tan visible en su tercer libro, Cuestiones de viaje (1965), y que dura hasta el ¨²ltimo, Geograf¨ªa III (1976).

Ante los acontecimientos variopintos de la existencia, ya no hay cautela que impida que asome la compasi¨®n absoluta, como cuando una gallina es atropellada en el poema 'Trouv¨¦e' (¡°?por qu¨¦ habr¨¢n tenido / que atropellar a una gallina¡­?¡±); o ya nadie impide que en una gasolinera ('Estaci¨®n de servicio') se impregne de amor todo lo que es irremediablemente vulgar (¡°Alguien nos ama a todos¡±); o ni siquiera la ni?a Elisabeth puede impedir que asome a su conciencia la inquietante realidad de ser un yo, separado del resto de los yoes, pero tambi¨¦n identificado con ellos (¡°eres un yo ¡­/ Sab¨ªa que nunca hab¨ªa sucedido/nada tan extra?o, que jam¨¢s / suceder¨ªa algo igual de extra?o¡± ('En la sala de espera'). Incluso la contemplaci¨®n de un p¨¢jaro ('Andarr¨ªos') crea fascinaci¨®n pero tambi¨¦n identificaci¨®n compasiva: ?qu¨¦ le obsesiona a ese p¨¢jaro? ¡°Parece estar ansioso,/buscando algo, algo, algo¡­¡±. Por no hablar del bollo de pan transmutado en un beb¨¦ que alguien sostiene en sus brazos¡­ ('Camino a la panader¨ªa'). Pero todo ello sin el m¨¢s m¨ªnimo gramo de grasa ret¨®rica confesional. ?Casi un milagro!

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Autor: Elizabeth Bishop. Traducci¨®n de Jeannette L. Clariond.

Editorial: Vaso Roto (2016).

Formato: tapa blanda (476 p¨¢ginas).

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