¡°El arte no cambia el mundo, pero s¨ª puede reinventarlo¡±
La conservadora jefa del Centro Pompidou se estrena como comisaria de la 57? Bienal de Venecia, en una edici¨®n que celebrar¨¢ la figura del artista y su rol social
Conservadora jefa del Centro Pompidou, donde lleva casi dos d¨¦cadas a cargo de localizar a los talentos del futuro, Christine Macel (Par¨ªs, 1969) se estrena el 13 de mayo como comisaria de la 57? Bienal de Venecia, principal cita del arte contempor¨¢neo en territorio europeo. A diferencia de sus predecesores, Macel no ha escogido un hilo conductor preciso, m¨¢s all¨¢ de celebrar al artista y reivindicar su papel en el debate social. ¡°Los he colocado en el centro de la Bienal para restablecer una jerarqu¨ªa importante. Son ellos quienes deben situarse por encima de todo acercamiento tem¨¢tico o reflexi¨®n de un comisario. No quer¨ªa que mi discurso dominara sobre el suyo¡±, afirma. Su objetivo es dar a conocer mejor las circunstancias en las que nace la obra de arte.
Pregunta. ?Considera que el artista es un incomprendido?
Respuesta. No dir¨ªa que es un incomprendido, pero s¨ª que existe un desconocimiento respecto a ciertos aspectos de su d¨ªa a d¨ªa. Los medios suelen prestar atenci¨®n a los nombres m¨¢s c¨¦lebres, siguiendo criterios basados en su valor en el mercado del arte. Pero existe una gran mayor¨ªa de artistas que, siendo igual de interesantes, no tienen la misma visibilidad. El criterio para hablar de un artista no deber¨ªa ser solo su ¨¦xito o su valor mercantil.
P. Los viernes y los s¨¢bados piensa organizar comidas p¨²blicas con los artistas. ?Con qu¨¦ objetivo?
R. Me parece importante que su palabra sea audible y que se establezca una proximidad. Es una cercan¨ªa que tengo la suerte de vivir, a causa de mi trabajo, y que quiero compartir con el p¨²blico. Ser¨¢ la ocasi¨®n de establecer un di¨¢logo menos formal que en una conferencia y hablar con ellos de cuestiones tal vez no m¨¢s ¨ªntimas, pero s¨ª m¨¢s cotidianas.
¡°Como dec¨ªa Deleuze, ser artista es un acto de resistencia en s¨ª¡±
P. En su texto para la Bienal reivindica ¡°el papel, la voz y la responsabilidad del artista¡± en los debates de hoy. ?C¨®mo puede contrarrestar un artista el actual clima pol¨ªtico?
R. Cuando uno se acerca a la cultura o ejerce un oficio art¨ªstico, se opone necesariamente al repliegue sobre s¨ª mismo y al odio respecto al otro. El arte se inscribe en una l¨®gica de apertura, porque siempre implica una relaci¨®n con ese otro. Deleuze, cuyo pensamiento aprecio, sol¨ªa decir que ser artista es un acto de resistencia en s¨ª. La actualidad estar¨¢ presente en la Bienal, pero no en el sentido habitual. Para m¨ª, es noci¨®n tambi¨¦n pasa por nociones profundas ligadas al ser humano: el sujeto, la articulaci¨®n de la raz¨®n y las emociones, el espacio com¨²n, la cuesti¨®n ecol¨®gica¡
P. Se dice que el arte imita a la vida. Usted va m¨¢s all¨¢: jura que es capaz de transformarla.
R. No confundo arte y vida, como s¨ª hac¨ªa el inventor del happening, Allan Kaprow. Lo que digo es que el arte no es capaz de cambiar el mundo, pero s¨ª de reinventarlo. El arte no es la soluci¨®n a nuestros problemas, pero no por eso deja de ser una actividad indispensable, que nos permite ver el mundo bajo otra luz, gracias a las experiencias y utop¨ªas que nos propone.
P. Tambi¨¦n defiende la emergencia de un ¡°neohumanismo¡±. ?En qu¨¦ consistir¨ªa?
R. Para m¨ª, el humanismo es una manera de confiar en lo humano, de dar valor al arte y la cultura. La Bienal lo reivindica precisamente ahora, cuando todo el mundo dice que llega a su fin. En mi opini¨®n, no se ha entendido la naturaleza del mal y la violencia, que son constantes en la vida humana. Que no desaparezcan no significa que el humanismo ya no nos sirva. Solo hay que reconstruirlo.
P. Frente a los tradicionales pabellones nacionales de la Bienal, usted propone la creaci¨®n de ¡°transpabellones¡±. ?Para superar una separaci¨®n geogr¨¢fica algo trasnochada?
R. S¨ª, exacto. Venecia es un lugar donde se encuentran artistas de todos los or¨ªgenes, que se inscribe en una superaci¨®n de los nacionalismos. A la vez, la historia de la Bienal est¨¢ ligada a esos pabellones, a la construcci¨®n europea y la evoluci¨®n del mundo globalizado. No quiero borrar esa historia. Al rev¨¦s, me parece interesante ver todos esos estratos, pero ha llegado la hora de superar esas cuestiones. Hace cuatro a?os, propuse intercambiar el pabell¨®n alem¨¢n con el franc¨¦s durante la duraci¨®n de la Bienal. Era una manera de decir que ya no trabajamos desde una ¨®ptica nacionalista.
¡°Venecia se inscribe en la superaci¨®n de los nacionalismos¡±
P. Tambi¨¦n ha escogido a numerosos artistas que proponen pr¨¢cticas colectivas, participativas o que tienen lugar en el espacio p¨²blico. ?Propone regresar al arte utopista de los sesenta y setenta?
R. No es mi prop¨®sito. He querido presentar obras de ese periodo que tienen una pertinencia en lo contempor¨¢neo. Para m¨ª, lo contempor¨¢neo es lo que tiene sentido en el mundo de hoy, y no lo que sigue la ¨²ltima moda. Por ejemplo, he recuperado el trabajo de Antoni Miralda, Joan Rabascall et Jaume Xifr¨¦ en los a?os setenta, porque sigue teniendo sentido en el mundo actual.
P. Conceder¨¢ el Le¨®n de Oro a la estadounidense Carolee Schneemann, de 77 a?os. Adem¨¢s, ha seleccionado la obra de otras mujeres que no fueron reconocidas en su momento, como Sheila Hicks, de 83 a?os, o Anna Halprin, de 96 a?os. ?Quiere reparar una injusticia?
R. No me lo plante¨¦ as¨ª, aunque s¨ª ha habido una injusticia respecto a la falta de reconocimiento de las artistas de esa generaci¨®n. Por suerte, las cosas est¨¢n cambiando. No las escog¨ª por eso, sino porque tengo aprecio por su trabajo. Pero si sirve para reparar un agravio, ya es m¨¢s que hora.
P. La escritora Siri Hustvedt dice que las mujeres artistas son ignoradas hasta que envejecen. ¡°Cuando ya no cuentan con una sexualidad deseable, puede llegar el reconocimiento¡±, sostiene.
R. Siento estar en desacuerdo con una escritora que me gusta. Ese fue un problema de los a?os sesenta o setenta. Desde los ochenta, se ha producido un cambio notable. En mi exposici¨®n en la Bienal habr¨¢ muchas mujeres j¨®venes, como Rachel Rose, Dawn Kasper, Katherine Nu?ez o Issay Rodr¨ªguez. Dicho esto, no las escog¨ª por ser mujeres. No soy alguien que meta a hombres y mujeres en categor¨ªas distintas. No prest¨¦ atenci¨®n ni al g¨¦nero, ni a la edad, ni a la nacionalidad.
P. Lleva 17 a?os buscando talentos de futuro para el Centro Pompidou. ?Qu¨¦ aspecto cree que tendr¨¢ el arte a diez a?os vista?
R. No soy vidente, as¨ª que no tengo una idea precisa. Pero si he incluido a artistas j¨®venes en la muestra ¨Clos m¨¢s j¨®venes tienen 25 a?os¨C es para ver qu¨¦ brotes echan. Algunos de ellos tienen una relaci¨®n con el saber o el conocimiento que resulta sorprendente, teniendo en cuenta que forman parte de la generaci¨®n que creci¨® con Internet. Forman parte de un mundo virtual y tecnol¨®gico, pero a veces tambi¨¦n miran al pasado. Es una generaci¨®n que me devuelve la esperanza, a diferencia de otras que ven el futuro de manera excesivamente desesperada.
Babelia
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