Hasta el cuarenta de mayo
Los comisarios Guido Brunetti y Kostas Jaritos, de Donna Leon y Petros M¨¢rkaris, parecen excesivamente dedicados a mirarse sus ombligos ideol¨®gicos y morales
1. Sabuesos
Mientras buena parte de mis conciudadanos hu¨ªan de sus ciudades en el (a ratos lluvioso y fr¨ªo) puente de mayo, y Llu¨ªs Llach (por cierto, ma?ana cumplir¨¢ 69 tacos), hoy conspicuo diputado de lo que (Trump mediante) podr¨ªa llamarse?Catalunya first! y anta?o celebrado bardo luchador por la fraternidad de todos los pueblos, se reafirmaba en sus ¨²ltimos microfascismos excluyentes (ya no me sorprender¨ªa que acudiera a cantarle el fin de fiesta a Marine Le Pen), yo me sumerg¨ªa en la lectura de algunos thrillers y polars que llevaba atrasados. No he encontrado nada del otro mundo, sin embargo. A lo mejor es culpa m¨ªa, pero de la inmersi¨®n en los dos ¨²ltimos libros de mis antiguos ¨ªdolos Donna Leon (Restos mortales) y Petros M¨¢rkaris (Offshore), ambos publicados por sus tradicionales sellos de Planeta, he sacado la impresi¨®n de que sus respectivos sabuesos, los comisarios Guido Brunetti y Kostas Jaritos, parecen excesivamente dedicados a mirarse sus ombligos ideol¨®gicos y morales. A este paso dudo que resistan el paso del tiempo tan bien como Jules Maigret, del que el maestro Simenon supo dosificar las informaciones privadas que iba suministrando. A Brunetti, que en esta novela (la 26? de la autora) pasa un tiempo convaleciente de un sustillo cardiovascular y se entretiene leyendo la Historia natural de Plinio, lo que le preocupa es el deterioro apabullante del ecosistema, ejemplificado, entre otros, en la a¨²n no del todo resuelta desaparici¨®n de las colonias de abejas. A Donna Leon parece interesarle m¨¢s convencernos (?aunque ya lo estemos!) de que los atentados contra la naturaleza son un crimen que resolver las (oscuras) intrigas que ella misma traza. En cuanto a M¨¢rkaris, que nos hizo saber a lo largo de su inolvidable ¡°tetralog¨ªa de la crisis¡± lo que pasaba en Grecia mientras su sabueso aclaraba los asesinatos correspondientes, ahora refleja, quiz¨¢s con iron¨ªa, la recuperaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs (restaurantes llenos, aumentos de sueldo, salidas masivas en vacaciones), pero tengo la impresi¨®n de que en el proceso se ha perdido algo, quiz¨¢s una mayor negrura y profundidad en el pincel con que nos suministraba el contexto social de las investigaciones de Jaritos. Quiz¨¢s a M¨¢rkaris le vaya m¨¢s la crisis, como a Le Carr¨¦ le iba m¨¢s un mundo bipolar. Por el contrario, la novela de intriga m¨¢s original que ha ca¨ªdo en mis manos en las ¨²ltimas semanas es El ¨¢ngel (Alfaguara, Random House), de Sandrone Dazieri, un thriller bastante oscuro y muy anfetam¨ªnico que se inicia con la llegada a la estaci¨®n de Roma de un alta velocidad con todos los pasajeros de un vag¨®n de primera clase muertos. La comisaria Colomba Caselli y su colaborador (proclive a la paranoia) Dante Torre se encargar¨¢n de descartar al ISIS y de centrar la b¨²squeda a trav¨¦s de otros misterios. Una novela absorbente incluso en sus excesos (540 p¨¢ginas).
2. Mayo
La novela de intriga m¨¢s original que ha ca¨ªdo en mis manos en las ¨²ltimas semanas es El ¨¢ngel, de Sandrone Dazieri, un thriller bastante oscuro y muy anfetam¨ªnico
Cada d¨ªa tiene su propia desgracia, como nos recuerda el evangelista Mateo (6: 34). El 6 de mayo de 1937 (ma?ana, 80 a?os), menos de dos semanas despu¨¦s del bombardeo de Guernica, tuvo lugar el punto de no retorno de los llamados ¡°sucesos de mayo¡± que enfrentaron a anarquistas y trotskistas con los Gobiernos constituidos (Generalitat y central) y resolvieron de manera brutal y definitiva el dilema, presente desde el inicio de la Guerra Civil en el sector revolucionario del bando republicano, acerca de si era preciso ganar primero la guerra a los fascistas o hacer antes la revoluci¨®n para vencerlos mejor. De aquellos d¨ªas, de sus horrores y de sus ansiedades se ha escrito bastante. Orwell lo hizo tan solo un a?o despu¨¦s de los hechos, en su Homenaje a Catalu?a (Destino); Ken Loach se inspir¨® en ¨¦l para las secuencias correspondientes de su pel¨ªcula Tierra y libertad (1995), que tanto desagrad¨® a los comunistas; y Merc¨¨ Rodoreda utiliz¨® aquellos sucesos en su obra maestra (La pla?a del Diamant, 1962) como tel¨®n de fondo de una de las fases de la evoluci¨®n psicol¨®gica de su protagonista. Desde el punto de vista de la investigaci¨®n hist¨®rica, la s¨ªntesis m¨¢s completa de aquellos d¨ªas sigue siendo el libro del profesor Ferran Gallego Barcelona, mayo de 1937, publicado por Debate hace 10 a?os y que (todav¨ªa) puede encontrarse en las librer¨ªas.
3. ?Punk!
Al contrario que los Sex Pistols (Anarchy in the UK, 1976), que no sab¨ªan lo que quer¨ªan, pero s¨ª c¨®mo conseguirlo, Pablo Iglesias sabe muy bien lo que quiere, pero patina en los m¨¦todos para obtenerlo, aunque siga dominando el factor sorpresa, fascinando a las televisiones y cogiendo a todo el mundo (sobre todo a sus directos competidores) con el pie ¡°moral¡± cambiado. Al se?or Iglesias lo punk le queda muy lejos (por edad, me refiero), pero si ¨¦l mismo o cualquiera quisiera saber (o recordar) en qu¨¦ consisti¨® aquella subcultura profundamente antiburguesa e iconoclasta que permeabiliz¨® todos los aspectos de la cultura popular del ¨²ltimo tercio del siglo XX, le recomendar¨ªa vivamente Ropa m¨²sica chicos (Anagrama), las interesant¨ªsimas memorias fragmentadas (y sincopadas, y nada cronol¨®gicas) de Viv Albertine, una insider del movimiento que lo vio (y experiment¨®) todo y conoci¨® a todos; entre sus muchos merecimientos est¨¢, adem¨¢s de su participaci¨®n activa en el grupo punk femenino The Slits (¡°las rajas¡±, ¡°las hendiduras¡±), el haberse puesto (afirma que fue la primera en hacerlo) botas de Dr. Martens con bonitos vestidos y el haber sido novia de Mike Jones, guitarrista de The Clash. A m¨ª lo del punk me cogi¨® ya un poco mayor (aunque los ve¨ªa de vez en cuando en la m¨ªtica Compendium Books de Camden High Street y todav¨ªa escucho alguna vez ¡®Spanish Bombs¡¯, incluido en el ¨¢lbum London Calling, de The Clash), pero me he divertido mucho leyendo estas memorias escritas con tan envidiable soltura y sinceridad.
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