Los responsables de museos reclaman mayor empat¨ªa social con la cultura
"Esa implicaci¨®n social no se producir¨¢ sin incentivos fiscales y un cambio de mentalidad", reflexiona el gerente del museo Reina Sof¨ªa, Michaux Miranda
En sociedades tan distintas como la francesa o la estadounidense, la cultura es un bien cuya proximidad da prestigio. Eso no est¨¢ tan claro en Espa?a, al menos de manera mayoritaria, y conseguir un cambio de actitud ciudadana es uno de los mayores retos a los que se enfrentan los responsables de las entidades culturales reunidas en el C¨ªrculo Fortuny para debatir sobre el mecenazgo y sus respectivas instituciones.
Con una Ley de Mecenazgo en un horizonte tan indefinible como la mejora de la situaci¨®n econ¨®mica y la superaci¨®n definitiva de la crisis, tal como afirm¨® en su momento el responsable de Cultura, ??igo M¨¦ndez de Vigo, parece que la ¨²nica salida a corto plazo seguir¨¢ siendo la captaci¨®n de patrocinios empresariales para que los recortes no se noten demasiado en las programaciones de cada instituci¨®n.
Miguel Falomir, director del museo del Prado, asegur¨® que una legislaci¨®n m¨¢s generosa beneficiar¨ªa a todos: al donante y a las instituciones. ¡°Es una cuesti¨®n legal, pero tambi¨¦n de actitud. Creo que la sociedad espa?ola tiene que cambiar su entendimiento de lo que supone la cultura y acercarse m¨¢s a ella¡±. Falomir precis¨® que desde 2003 el Prado disfruta de una situaci¨®n particular de autonom¨ªa respecto a otras entidades. ¡°Un 72% de nuestro presupuesto procede de recursos propios, el mismo nivel del Metropolitan de Nueva York. La mitad de ese dinero procede de las entradas al museo¡±, aclar¨®.
Michaux Miranda, gerente del Reina Sof¨ªa, museo que desde 2011 tambi¨¦n goza de autonom¨ªa, precis¨® que sus ingresos cubren el 30% de los gastos. Convencido de que no se volver¨¢ nunca al modelo econ¨®mico anterior a la crisis, pidi¨® una mayor implicaci¨®n de la sociedad en las actividades culturales. ¡°Creo, como Falomir, que esa implicaci¨®n social no se producir¨¢ sin incentivos fiscales y un cambio de mentalidad. Los muy ricos deber¨ªan sentir que cuando donan obra o dinero a los museos, en realidad est¨¢n devolviendo a la sociedad lo que esta ha hecho por ellos¡±.
Esa actitud de indiferencia social que sufren las instituciones se agrava cuando a los responsables se les echa en cara que solo presenten n¨²meros rojos. Evelio Acevedo, gerente del Thyssen, cuenta que lleg¨® al museo en 2012, en plena tormenta perfecta en la que a los recortes gubernamentales se sum¨® el abandono de su socio hist¨®rico, Caja Madrid. ¡°Tuvimos que reinventar el museo. Nada fue ya lo mismo y pese a ello, el a?o pasado hemos llegado al 78% de autofinanciaci¨®n. Pero se nos piden beneficios econ¨®micos, algo que no se hace con la ense?anza o la sanidad p¨²blicas. Todos prestamos los servicios que tenemos encomendados, no se nos puede pedir que adem¨¢s, esto sea un negocio¡±.
Blanca Pons-Sorolla, presidenta de la Comisi¨®n Permanente del Museo Sorolla; Julia S¨¢nchez, directora general de Escuela Superior de M¨²sica Reina Sof¨ªa y Rafael Ans¨®n, de la Real Academia de Gastronom¨ªa, subrayaron la importancia del mecenazgo que ejercen peque?as empresas o personas an¨®nimas, cuyas aportaciones hacen posible que sigan con su actividad habitual. ¡°En agradecimiento a esa generosidad privada¡±, explica S¨¢nchez, ¡°tenemos la Orquesta Sinf¨®nica Freixenet y los auditorios Sony. La gente se acostumbra a que el nombre de los patrocinadores forme parte de la escuela. Y esto es una realidad en Espa?a y fuera de ella¡±.
Y mientras las ayudas de grandes o peque?as fortunas se animan a dejar su impronta en el mundo de la cultura, ?cu¨¢l debe ser el papel del Estado?. ¡°La cultura, sin duda, tiene que estar en los presupuestos generales del Estado porque somos un servicio p¨²blico fundamental¡±, responde tajante Miguel Falomir.
Babelia
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