Impresentable homenaje a un cl¨¢sico

El t¨ªtulo, la ambientaci¨®n, la filiaci¨®n de los personajes y los grandes temas de Maravillosa familia de Tokio, nueva pel¨ªcula del veterano director japon¨¦s Yoji Yamada, remiten directamente a la obra de un extraordinario cineasta cl¨¢sico. Pero el tratamiento es tan pedestre que, durante buena parte de la pel¨ªcula, vislumbrando qu¨¦ decir en una cr¨ªtica ante semejante dislate, el que esto escribe se hab¨ªa propuesto algo as¨ª como no pronunciar el nombre de dios en vano: no cometer el sacrilegio de hablar de un artista tan enorme en un texto de una pel¨ªcula tan ¨ªnfima.

Sin embargo, en los ¨²ltimos diez minutos de pel¨ªcula, el homenaje, la referencia o lo que sea que ha intentado Yamada se hace expl¨ªcito. Por si a¨²n no hab¨ªa quedado claro, a pesar de la distancia en calidad, el abuelo protagonista se pone a ver en la televisi¨®n Cuentos de Tokio. Blanco y en botella. As¨ª que no hay m¨¢s remedio: el director al que Yamada (mal) imita, homenajea o vaya usted a saber es Yasujiro Ozu. Ah¨ª est¨¢n los grandes temas y subtextos de su cine: el an¨¢lisis de la destrucci¨®n del n¨²cleo familiar, el paso del tiempo, que debilita las pasiones, la modificaci¨®n de las condiciones de vida, la conciencia de un mundo tradicional que se desvanece. Eso s¨ª, ni rastro de su sutileza ni de su depuraci¨®n estil¨ªstica ni de sus ejercicios el¨ªpticos ni de su humanismo.

Yamada, de 85 a?os, y con 85 pel¨ªculas en su larga trayectoria, cuyo cine ha llegado a Espa?a con cuentagotas y solo en su etapa final, ya homenaje¨® con mejor fortuna a Akira Kurosawa en El ocaso del samur¨¢i (2002) y en La espada oculta (2004). Incluso al propio Ozu, en la algo m¨¢s lograda Una familia de Tokio (2013), cuyos personajes recupera ahora. Sin embargo, como en su Amar en tiempos revueltos japon¨¦s, la tambi¨¦n decepcionante La casa del tejado rojo (2014), Yamada muestra una vez m¨¢s una puesta en escena de a?eja comedia de situaci¨®n televisiva, con m¨²sica y montaje enfatizados hasta lo risible, y un desarrollo tem¨¢tico enervante.

?Una familia de Tokio maravillosa? No, sobre todo si la mayor¨ªa de sus personajes son tan insoportables. No imperfectos, humanos o ambiguos, sino indefendibles. Comenzando por su anciano patriarca, un machista rancio al que finalmente Yamada indulta con un desenlace penoso. ?Ozu? M¨¢s bien un destilado barato. Para comparar Cuentos de Tokio con esto, mejor ser¨ªa hacerlo con La ciudad no es para m¨ª, de Pedro Lazaga, con Paco Mart¨ªnez Soria, que al fin y al cabo tambi¨¦n trataba los mismos temas.