P¨¦rez Mill¨¢n, el doctor NO

Algunos le apodaron ¡°Doctor NO¡± como recuerdo del mal¨¦fico personaje de James Bond. Otros optaron por definirlo como ¡°el tigre¡±. Pero el parecido de Juan Antonio P¨¦rez Mill¨¢n con ese peligroso animal, si es que lo hab¨ªa, no estaba ni mucho menos en su af¨¢n por destruir o dominar el mundo como en las pel¨ªculas de 007 o de La tumba india, sino precisamente todo lo contrario: en cuidarlo, preservarlo con fiereza. Y con mimo. Esa fue su labor como director de la Filmoteca Espa?ola (1984) y m¨¢s tarde como coordinador de la filmoteca de Castilla y Le¨®n, y como director general entre 1986 y 1987 de Promoci¨®n Cultural en la Junta de Andaluc¨ªa y despu¨¦s como fecundo colaborador durante m¨¢s de dos d¨¦cadas de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) a las ¨®rdenes de Fernando Lara. Cuidaba el patrimonio cultural como oro en pa?o y no dejaba que manos analfabetas lo contaminaran. De hecho, con este fin remodel¨® en parte el personal de la Filmoteca. Sus noes significaban que no permit¨ªa que ese material sagrado, a veces en copia ¨²nica, paseara por locales mal equipados; y aunque el gran p¨²blico no pudiera verlo en la actualidad, ya vendr¨ªan con las nuevas t¨¦cnicas tiempos mejores en que el esplendor de sus im¨¢genes permanecer¨ªa vigente gracias al cuidado exquisito con que se lo manejara hoy en d¨ªa.

P¨¦rez Mill¨¢n, fallecido esta semana a los 69 a?os, fue un hombre de cine, cre¨® la Escuela Municipal de Cine de Salamanca y dirigi¨® su Casa Municipal de Cultura. Y edit¨® libros: Nikita Mihalkov. En busca de la armon¨ªa, Pasqualino de Santis. El resplandor de la penumbra, La memoria de los sentimientos. Basilio Mart¨ªn Patino y su obra audiovisual, Pilar Mir¨®, directora de cine, m¨¢s sendos an¨¢lisis sobre la ense?anza del cine en colegios.

Sus noes paralizaron la costumbre que hasta entonces hab¨ªa en la Filmo de que cada cual hiciera de su capa un sayo. Y los compens¨® con un trabajo riguroso y constante. No siempre es algo negativo el no.