Revoluci¨®n o muerte

Urge que los caballeros rejoneadores se re¨²nan en asamblea y analicen su presente y porvenir antes de que este espect¨¢culo desaparezca preso del aburrimiento. No es normal que el festejo del domingo 14 sea recordado por el simp¨¢tico incidente protagonizado por uno de los alguacilillos y no por las faenas toreras. Result¨® que se marchaba ya la pareja de negra vestimenta y penacho en la cabeza camino del patio de caballos cuando la jaca de uno de ellos, contagiada, quiz¨¢, por el trote presumido y lucido del pase¨ªllo, pretendi¨® emular la elegancia y la doma de la cuadra torera, con tan mala fortuna que el alguacilillo, sorprendido por la flamenquer¨ªa del animal, vio peligrar su verticalidad hasta el punto de dar con su anatom¨ªa en la arena. No perdi¨® las riendas, eso s¨ª, y el susto pas¨® de ah¨ª, pero el hombre qued¨® en posici¨®n poco edificante.

Orden del d¨ªa de la asamblea. El primer punto, el toro. Hay que cambiar de oponentes y buscar ganader¨ªas con m¨¢s movilidad y casta, de modo que la lidia se celebre en igualdad de condiciones y no entre un caballo tan elegante como brioso y un animal agotado y cansino.

Y algo m¨¢s: el Reglamento autoriza que los toros para el rejoneo se despunten para disminuir el riesgo de las cabalgaduras. Despuntar, s¨ª, pero no desmochar. Los de ayer, en la plaza de Madrid, ofrecieron la lastimosa impresi¨®n de que el barbero se hab¨ªa excedido y mucho en su triste cometido.

La corrida de Ben¨ªtez Cubero, mal presentada, destac¨® por su falta de casta y escasa fortaleza, si bien destacaron los tres ¨²ltimos, que se movieron m¨¢s con nobles y templadas embestidas.

Segundo punto: los rejoneadores. Hora es ya de que se planteen un cambio en el repertorio. Todo lo que hacen suena a conocido, falto de gracia e inspiraci¨®n. Los de ayer, al menos, dijeron muy poco, especialmente en la primera parte. Cartagena, anodino y sin aparente ilusi¨®n; Gal¨¢n clav¨® siempre a la grupa y templ¨® bien, y Manzanares nada pudo decir ante un animal petrificado.

Mejor¨® el panorama a partir del cuarto. Andy, ¡ªcon un buen toro¡ª m¨¢s preocupado por las habilidades de su cuadra que de torear. Gusta m¨¢s con el caballo que anda a pie cojito y con el que se levanta de manos que con las banderillas en las manos. Gal¨¢n pudo pasear alg¨²n trofeo si no falla con el rej¨®n de muerte. Brill¨® especialmente en dos pares a dos manos y luci¨® a sus caballos con la muy templada embestida del toro; y Manzanares tuvo m¨¢s acierto al clavar y fall¨® reiteradamente a la hora de la verdad.

Conclusi¨®n: revoluci¨®n o muerte. Cambio o desaparici¨®n. La sand¨ªa que le regalaron a Gal¨¢n en la solitaria vuelta al ruedo es la prueba de que es un espect¨¢culo caduco.