El retorno de los saxofonistas salvajes
El m¨²sico Dani Nel¡¤lo rescata en un disco la memoria de los ¡®honkers¡¯, que revolucionaron el jazz y encarnaron el primer 'rock and roll'
Exprim¨ªan el saxo tenor. Lo hac¨ªan chillar. Vest¨ªan trajes de colores. Se revolcaban por el escenario. Eran, en su mayor¨ªa, afroamericanos. Se retorc¨ªan en solos de una nota, como aquejados de un frenes¨ª nervioso que contagiaban a los cada vez m¨¢s blancos que bailaban entre el p¨²blico. Fueron la prehistoria del rock and roll. Eran los honkers, un grupo de saxofonistas que, desde finales de los a?os 40, encarnaron la frescura y las ansias de desinhibici¨®n de una juventud surgida de las ruinas de la Segunda Guerra Mundial. ¡°Buscaban una catarsis con la m¨²sica; y no hac¨ªa falta que fuera una intelectualmente armada, m¨¢s bien era una energ¨ªa un tanto bruta¡±, explica el saxofonista Dani Nel¡¤lo, que acaba de publicar Los saxofonistas salvajes (Buenritmo, 2017), un ¨¢lbum con 13 versiones de los temas m¨¢s representativos de una generaci¨®n de m¨²sicos que revolucion¨® el jazz para poner las primeras piedras del rhythm and blues y el rock.
¡°Las big bands del swing se hab¨ªan convertido en una especie de portaaviones deficitarios, as¨ª que comenzaron a surgir voces de solistas que estaban precisamente en esas bandas con una nueva manera de tocar un tanto m¨¢s salvaje¡±, cuenta el m¨²sico de 49 a?os, que atribuye el t¨¦rmino honker al solo de Illinois Jacket en Flying Home (1942), una canci¨®n de la gran orquesta de Lionel Hampton. ¡°Jacket hizo en esa grabaci¨®n un solo que se sal¨ªa de lo normal, que se expresaba de una manera m¨¢s desinhibida. Ahora lo o¨ªmos y nos parece de lo m¨¢s tranquilo, pero entonces marc¨® un antes y un despu¨¦s. Sonaba como una bocina [tocar la bocina es to honk, en ingl¨¦s]¡±. De aquella banda salieron otros salvajes como Arnett Cobb y King Curtis, que iniciaron una saga de saxofonistas continuada por otros como Big Jay McNeely, Red Prysock, Lynn Hope, Noble Watts o Willis Gator-Tail Jackson.
El saxo de los honkers fue el primer protagonista de una corriente subversiva que a partir de los 50 tomar¨ªa el nombre de rock and roll y terminar¨ªa elevando la guitarra el¨¦ctrica a los altares de la m¨²sica popular. ¡°El saxo fue la primera voz rebelde que rompi¨® con el panorama musical establecido¡±, recuerda con orgullo Nel¡¤lo, que se siente uno m¨¢s ¨Cel ¨²ltimo eslab¨®n, quiz¨¢s- de esa saga de m¨²sicos: ¡°Yo vivo para estar en esta tradici¨®n. Desde que comenc¨¦ a tocar el saxo con 15 a?os vengo reivindicando este tipo de sonido y estos saxofonistas. Cada vez que subo al escenario estoy intentando reproducir la sensaci¨®n que tienes cuando eres adolescente y pones el tocadiscos superfuerte. Busco ese sentimiento de p¨¦rdida de control, de visceralidad¡±, asegura el catal¨¢n, integrante desde la d¨¦cada de los 80 de la banda Los Rebeldes, cuya voluntad con este disco ha sido ¡°alargar la vida y la luz de esas estrellas que brillaron en su momento¡±.
El grito del saxo salvaje rompi¨® barreras musicales y raciales en el Estados Unidos de la segregaci¨®n racial, pero tambi¨¦n inspir¨® un cambio de actitud sobre el escenario. Big Jay McNeely, sol¨ªa vestir trajes de color banana o lima, se retorc¨ªa por el suelo y se paseaba por todo el bar mientras actuaba, e incluso llegaba a salir a la calle. As¨ª fue una vez que la polic¨ªa lo detuvo a la puerta de uno en San Diego (California) por armar esc¨¢ndalo. La leyenda asegura que la banda sigui¨® tocando mientras alguien fue a comisar¨ªa, pag¨® la fianza y le trajo de vuelta para que terminara el tema. ¡°Hay muchas de estas, a cada cual m¨¢s loca. Jimmy Hendrix coment¨® en una entrevista que uno de sus inspiradores a nivel de show hab¨ªa sido Big Jay McNeely¡±, cuenta Nel¡¤lo, que actuar¨¢ este viernes en la sala El Sol de Madrid.
El sonido de los honkers ¡°tuvo una moda fulgurante a finales de los 40 y principios de los 50, y despu¨¦s pas¨®¡±. El g¨¦nero de ra¨ªz afroamericana llamado rhythm and blues?deriv¨® primero en el rock and roll y luego en nuevos estilos como el soul, el funk y el disco de los a?os 60 y 70. ¡°Muchos de estos saxofonistas siguieron haciendo sus solos en grupos vocales de doo wop, y despu¨¦s en el primer soul antes que tirara hacia el disco, donde no ten¨ªan mucho sitio¡±, cuenta el m¨²sico, que reconoce que el saxo fue perdiendo importancia instrumental en los nuevos g¨¦neros, sobre todo ¡°a partir del aterrizaje de la british invasion, esa f¨®rmula de banda ¡®guitarra, guitarra, bajo y bater¨ªa¡±, de la que The Beatles fueron bandera. Otros no tuvieron tanta suerte: Freddie Mitchell tuvo que dejar la m¨²sica en los 60 para hacerse taxista. En la misma d¨¦cada, Alvin Red Tyler acept¨® un trabajo como vendedor de bebidas alcoh¨®licas. Incluso el alegre McNeely tuvo que dejar el saxo para trabajar como cartero en los a?os 70. Aunque no dur¨® mucho en la oficina postal: retom¨® su carrera en los 80.
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