El soberano es un ni?o caprichoso

Dod¨®n es un zar que se acurruca en la colcha de su cama cuando tiene miedo. Gobierna todo un pa¨ªs pero est¨¢ enfadado y por eso se golpea las rodillas con los pu?os. El soberano es peligroso porque su enorme cuerpo de adulto esgrime un poder inmenso que maneja con una actitud de cr¨ªo. Rasgo que comparten aquellos que abusan del poder, los tiranos. Eso cre¨ªa el compositor ruso Nikol¨¢i Rimski-K¨®rsakov y eso plasm¨® en su ¨²ltima ¨®pera El gallo de oro. El Teatro Real presenta, entre el 25 de mayo y 9 de junio, nueve funciones de esta obra, en coproducci¨®n con la ?pera National de Lorena y el Teatro La Monnaie de Bruselas.

Rimski-K¨®rsakov sinti¨® la irrefrenable necesidad de escribir El gallo de oro en 1906. Rusia hab¨ªa iniciado, dos a?os antes, una guerra suicida contra Jap¨®n que provoc¨® miles de muertos y result¨® ser un desastre militar. El descontento del pueblo ruso se engros¨® con la represi¨®n del zar Nicol¨¢s II que culmin¨® en la masacre del Domingo sangriento y la revoluci¨®n de 1905. Sobre estos pilares construy¨® el compositor ruso una obra ¨¢cida y cr¨ªtica protagonizada por un caprichoso gobernante cuyo ej¨¦rcito combate sin pausa en un conflicto armado que parece poco fruct¨ªfero. ¡°Es una s¨¢tira pol¨ªtica muy agresiva contra el r¨¦gimen zarista. Y sin dejar de ser un cuento¡±, explica Joan Matabosch, director art¨ªstico del Teatro Real. La censura impidi¨® que el m¨²sico pudiera ver en vida su obra. En 1908 falleci¨® Rimski-K¨®rsakov y un a?o m¨¢s tarde, El gallo de oro se estren¨® en Mosc¨².

En la escena que Laurent Pelly propone en el Teatro Real, el zar Dod¨®n gobierna desde su cama. El lecho se alza sobre una monta?a de carb¨®n que, seg¨²n el director de escena, simboliza el trabajo del pueblo. ¡°Esta ¨®pera es una cr¨ªtica burlesca y frontal contra el zar Nicol¨¢s II pero no pierde actualidad. Se puede entender como una s¨¢tira contra el poder que ejerce un gobernador con la cabeza hueca¡±, a?ade Pelly. M¨¢s de 100 a?os separan el momento que vivi¨® Rimski-K¨®rsakov con la situaci¨®n pol¨ªtica actual pero es inevitable que el espectador del siglo XXI encuentre que la historia le suena de algo. ¡°Desgraciadamente es una ¨®pera actual y universal. Pero no he querido forzar parecidos con gobernantes actuales. He querido dejarlo abierto, que el p¨²blico sea el que identifique por s¨ª solo las coincidencias¡±, matiza el director de escena. Pelly ha huido de la realidad para sumergirse en un universo imaginario. ¡°El realismo en el teatro no me interesa porque a trav¨¦s de la fantas¨ªa podemos explicar el mundo. Para m¨ª eso es la poes¨ªa¡±.

En la direcci¨®n musical est¨¢ Ivor Bolton que este a?o ha cosechado ¨¦xitos en el teatro madrile?o con Billy Budd y Rodelinda. Es la primera vez que se enfrenta a El gallo de oro pero asegura que es la obra rusa que m¨¢s ha disfrutado dirigiendo. ¡°Es una m¨²sica sofisticada, muy refinada y necesita de los cantantes un sentido muy fuerte de la entonaci¨®n¡±, revela el director musical. ¡°La m¨²sica europea de la ¨¦poca iba en todas las direcciones. Es una ¨®pera dif¨ªcil de catalogar, simplemente Rimski-K¨®rsakov sinti¨® la necesidad de denunciar el abuso de poder del r¨¦gimen zarista. Surge de un momento muy determinado¡±.

Una denuncia musical que tiene el miedo como hilo conductor y que culmina en una gran iron¨ªa. El pueblo consigue deshacerse de su tirano, pero no se siente libre. Es m¨¢s, se ve hu¨¦rfano y le asalta una pregunta existencial: ?qu¨¦ hacer ahora?