Corrida de la Prensa

Supongo que a S.M. el Rey Em¨¦rito, y a sus majestades Emilio Mu?oz, C¨¦sar Rinc¨®n, Curro V¨¢zquez, Luis Francisco Espl¨¢, Espartaco, as¨ª como a su Alteza Democr¨¢tica, el Respetable P¨²blico de Las Ventas; adem¨¢s de los gloriosos gladiadores blancos, Sergio Ramos y Lucas V¨¢zquez, no les causa m¨¢s que aburrido asombro la tarde en que Florito tiene que salir de toriles con su cuadra de cabestros capirotes para llevarse pr¨¢cticamente en andas a no uno, ni dos, sino tres toros por incurable debilidad.

En realidad, fue inadmisible y muy lamentable ver que los bovinos del hierro del Puerto de San Lorenzo empa?aban la tradicional Corrida de la Prensa con una blandura de ocho columnas y ante eso, es de nota reconocer no pocos m¨¦ritos en la labor de Sebasti¨¢n Castella sobre el ruedo durante toda la tarde y aislados detalles de variada torer¨ªa, ef¨ªmeros brochazos al ¨®leo de banderilleros varios¡­ pero como todo lo que va a la prensa, no olvidemos que la impredecible trama de los hechos provoca sorpresas quiz¨¢ no en la primera plana, pero s¨ª en la quinta p¨¢gina o quinta bis o doble bis y en el sexto como suplemento.

El primer quinto toro se llam¨® Cubanoso del mencionado Puerto y fue devuelto por blandengue, el segundo quinto fue Opalino de la misma ganader¨ªa y se fue por lo mismo y quiz¨¢ tambi¨¦n porque los gritones del Tendido 7 coreaban cada una de sus embestidas con el ?Miau! propio de los gatos y as¨ª sali¨® Buzanero del hierro del Conde de Mayalde, un casta?o oscuro con melena en el lomo de sus 577 kilos que termin¨® siendo hormado por Alejandro Talavante con deliciosos muletazos con la mano baja, cargando la suerte y par¨¢ndose como debe de ser ante el galimat¨ªas animal que poco a poco fue cuajando en coreograf¨ªa de importantes ovaciones hasta que se sembr¨® el silencio y all¨ª mismo, ante el Tendido 7 donde hab¨ªa realizado su faena, Talavante se tir¨® a matar ralentizando la suerte suprema para un triunfo con corte de oreja y clamorosa vuelta al ruedo. Luego, as¨ª como todo peri¨®dico no sabe de antemano c¨®mo ha de cerrar la edici¨®n de todos los d¨ªas, la Corrida de la Prensa vivi¨® un instante lamentable con la cornada que sufri¨® el joven Javier Jim¨¦nez en la lidia del viento y del sexto, llamado Billetito de San Lorenzo, que confirm¨® la dualidad latente de la tauromaquia: una cara es de belleza inasible y fugaz, mientras la otra es de sangre instant¨¢nea; vida y muerte que a veces huele al aroma de los peri¨®dicos viejos, ¨¦sos que envejecen al d¨ªa siguiente para llegue la novedad de otros hechos con su encabezado imprevisible.