Hazanavicius retrata con talento a Godard y una ¨¦poca
Te r¨ªes con este personaje en permanente crisis en 'Le redoutable' 'Historias de los Meyerowitz' se alarga innecesariamente
Aseguran sus feligreses con gesto ancestralmente embelesado que Jean-Luc Godard se invent¨® la regla suprema de acabar con todas las reglas con las que se hab¨ªa hecho el cine hasta su llegada, proporcion¨® con su ejemplo libertad creativa a los que vendr¨ªan despu¨¦s y no s¨¦ cu¨¢ntas cosas m¨¢s, todas ellas relacionadas con la genialidad. Desde hace infinidad de a?os su revoluci¨®n le llev¨® a despreciar progresivamente el t¨¦rmino pel¨ªculas y se dedica a perpetrar ensayos f¨ªlmicos, poemas f¨ªlmicos, o algo as¨ª. Tengo que trag¨¢rmelos en los festivales de cine y mi vocabulario ofensivo no encuentra las palabras suficientes para definir esos ensayos. Digamos que son incomprensibles o simplemente abominables. Tampoco capt¨¦ el transparente genio de su cine antes de su radical transformaci¨®n. Me gust¨® Al final de la escapada y me enamor¨¦ de la forma en la que fotografiaba a la hermos¨ªsima Anna Karina en Vivir su vida. Poco m¨¢s. Y confieso que no me ha ocurrido nada grave en mi existencia cin¨¦fila por aburrirme hasta el infinito con el cine de este hombre.
Hace un tiempo le¨ª el libro de Anne Wiazemsky, Un a?o ajetreado, en el que la protagonista de la bressoniana Mouchette contaba su relaci¨®n marital y profesional con Jean-Luc Godard. Hab¨ªa mucho amor y admiraci¨®n iniciales, pero tambi¨¦n posterior desencanto. Me confirmaba la grima que siento hacia el pintoresco Godard con an¨¦cdotas demoledoras que describen una personalidad compleja e insoportable. El director Michel Hazanavicius, autor de The artist habla en Le redoutable de los a?os que pasaron juntos Godard y Wiazemsky e imagino el volc¨¢nico cabreo del primero si alguna vez ve esta pel¨ªcula. Me ha gustado bastante y no por exclusivo af¨¢n revanchista hacia alguien que me carga, sino porque creo que retrata muy bien una ¨¦poca. Recrea su est¨¦tica, sus colores, su atm¨®sfera, sus actitudes ideol¨®gicas y sus frecuentes disparates siguiendo a alguien enamorado de la transgresi¨®n, que s¨®lo considera moral el extremismo, militante mao¨ªsta hasta consecuencias grotescas, sectario incorregible, ferozmente egoc¨¦ntrico, alguien que va quemando puentes con sus viejos amigos, con sus admiradores, con la mujer que ama, hasta terminar rodando en Checoslovaquia Pravda, pel¨ªcula en la que todos sus correligionarios y miembros del equipo deciden cada ma?ana en asamblea democr¨¢tica lo que debe rodar el director. Hazanavicius habla con iron¨ªa, esp¨ªritu corrosivo y tambi¨¦n cierta ternura de mayo del 68 y de algunos de sus m¨¢s distinguidos protagonistas. Y asistes con pasmo a las inacabables peroratas de Godard, sus celos, su coraje suicida sabiendo que su actitud le alejar¨¢ de gente que le tomaba como ejemplo, su arrogancia intelectual, su desprecio salvaje hacia el que no piensa como ¨¦l, su camino autodestructivo en nombre de los dogmas. Louis Garrel, actor que me suele disgustar, est¨¢ perfecto otorgando vida, mal humor, pasi¨®n, involuntario patetismo al artista que pudo reinar y que decidi¨® encerrarse en las catacumbas en nombre de la lucha del proletariado. Te r¨ªes con este Godard en permanente crisis al que siempre le rompen las gafas, te enerva, acabas compadeci¨¦ndole.
El director Noah Baumbach, adem¨¢s de neoyorquino y jud¨ªo, debe conocer de memoria la obra de Woody Allen. Es inevitable recordar al segundo viendo Historias de los Meyerowitz, que cuenta las complicadas relaciones entre un anciano escultor, los hijos que ha tenido en sus variados matrimonios y una nieta angelical que quiere revolucionar el cine porno. Hay ganadores y perdedores en esta familia tan rara, viejas cuentas que aclarar, la sensaci¨®n de que la vida del padre se extingue. A ratos es graciosa, a lo que contribuyen las buenas interpretaciones de Adam Sandler, Ben Stiller, Dustin Hoffman y Emma Thompson, pero se alarga innecesariamente. Sus pretensiones de originalidad narrativa son abrumadoras, pero no puedo dejar de pensar que Allen ya me ha hablado de personajes y situaciones parecidas con mucho m¨¢s talento y gracia. Sonr¨ªo de vez en cuando, pero no me deja poso.
Babelia
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