El ¡®Infinito¡¯ es ¡®Afarolado¡¯
Si partimos del supuesto de que la eternidad es una Larga Cordobesa, podr¨ªamos derivar en que el infinito es un lance Afaroladoa una mano, que por lo menos hoy en Las Ventas fue corroborado, subrayado o rematado con una Larga a media altura que contuvo todo un tiempo entre sus vuelos durante apenas unos m¨ªnimos instantes. Se llama Cayetano, no s¨¦ si venga de Ronda, pero es bisnieto, nieto, hijo, hermano y sobrino de toreros legendarios y se le nota. Ven¨ªa con un vestido en pur¨ªsima y oro y al ejecutar ese lance afarolado como remate a un quite por Tafalleras presagiaba lo que al final s¨®lo qued¨® en ilusi¨®n, as¨ª como algunos detalles ef¨ªmeros que lograron Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares y el muy joven Joaqu¨ªn Gald¨®s que confirm¨® alternativa, vestido de teja y oro. De los toros, herrados con la remota a?oranza de Veragua que lleva en su encaste Juan Pedro Domecq y el sexto de la ganader¨ªa de Juan Manuel Criado no quiero ni hablar, ni recordar que uno de ellos se ve¨ªa bell¨ªsimo de lejos aunque result¨® m¨¢s atractivo para un taxidermista atrevido que para la lidia en plaza p¨²blica.
Al parecer, Manzanares ven¨ªa vestido con la grana y oro del a?o pasado, el d¨ªa del faen¨®n inolvidable al toro Dalia que era de rabo y ?ay, perd¨®n, ya pis¨¦ un tab¨² inapelable en la conciencia enrevesada de Madrid!, pero cualquiera se sorprende con la desde?osa majader¨ªa de no haber ni intentado sacar al tercio al diestro ahora que volv¨ªa, algo que quiz¨¢ s¨ª se filtr¨® entre los aplausos con los que el otrora llamado ¡°respetable¡± parec¨ªa agradecerle a Cayetano haber vuelto despu¨¦s de varios a?os de ausencia o las ovaciones que explotaron para su cuadrilla, luego de un buen tercio de banderillas, o el reconocimiento a fulminante estocada con la que Gald¨®s (de Per¨², mas no de Canarias) confirm¨® su alternativa precisamente como Matador de Toros y otras raras reacciones, como la ya acostumbrada man¨ªa de cierto sector que protesta siempre y por todo o aquel enigm¨¢tico solitario de andanada que vienen todos los d¨ªas para clamar en el desierto su diatriba contra viento y marea (am¨¦n de ajena a las opiniones de los otros 28 mil testigos de lo que supuestamente le enfada)¡ y as¨ª, todos los tiempos que caben en el tedio de una tarde calurosa que parec¨ªa eternizarse por momentos, mas no en la forma de esos delicados instantes en que un hombre vestido de pur¨ªsima tuvo a bien condensar el rel¨¢mpago de lo infinito es un hermoso lance Afarolado.
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