¡®Gomorra¡¯ extiende su sangre hasta el centro de N¨¢poles
La serie graba su tercera temporada, que retrata la lucha de clanes por el control del barrio hist¨®rico de la ciudad


Al final de un estrecho callej¨®n del barrio de Forcella, en el centro de N¨¢poles, ocultos en un almac¨¦n lleno de cajas y scooters robados, cinco camorristas discuten en dialecto cerrado sobre una mesa de billar. Uno de ellos despliega un mapa de la ciudad y dibuja un c¨ªrculo en rojo. Secondigliano, el barrio perif¨¦rico que durante a?os configur¨® la estrella polar del abrasivo poder de la Camorra, ha dejado de ser el centro neur¨¢lgico de su ej¨¦rcito. La organizaci¨®n, cada vez m¨¢s fragmentada e imprevisible, gobernada por los asesinos de sus predecesores, se expande como una mancha de aceite por hasta el centro de la ciudad.
?La escena, repetida hasta ocho veces ante la mirada de decenas de periodistas, forma parte de la tercera temporada de Gomorra, la exitosa serie italiana basada en la obra que le cost¨® el exilio y la escolta de por vida al escritor Roberto Saviano. Legiones de fans en 160 pa¨ªses esperan su estreno en oto?o, que en Espa?a lanzar¨¢ Wuaki TV, plataforma de contenidos bajo demanda propiedad del gigante comercial Rakuten y donde ya se pueden ver las dos primeras entregas. Y esta vez, el relato vuelve a ser un calco de la realidad actual, donde el epicentro de N¨¢poles, tal y como llevan informando desde hace meses los peri¨®dicos, asiste a una guerra de bandas por el control del territorio. ¡°Hemos logrado recoger esa evoluci¨®n en la serie¡±, relata uno de sus directores, el talentoso Claudio Cupellini. Una b¨²squeda de realismo que, entre otras cosas, llev¨® a Saviano a rechazar un dineral para un remake americano.
El desalentador retrato sobre el mal trazado en la primera y la segunda temporada ¡ªning¨²n personaje concede un respiro moral en su planteamiento¡ª prosigue ahora con un drama de aire shakespearianos rodado durante unos 200 d¨ªas entre N¨¢poles y Bulgaria. El relato, sobre el que ya se escribe una cuarta entrega, bascula sobre un balance de las p¨¦rdidas (la escabechina de la segunda es antol¨®gica) y la idea de afrontar las consecuencias de las acciones del mal.
Ciro di Marzio, interpretado por Marco d¡¯Amore, uno de los protagonistas convertido en una especie de Yago en Otelo, un ambicioso estratega capaz de tejer una red en la que van cayendo sus superiores, vuelve ser uno de los ejes de la trama. Tras el rodaje, tocado con una gorra y unas gafas polarizadas, rebaja su importancia. ¡°En realidad el personaje es N¨¢poles, el barrio de Forcella, con su simetr¨ªa perfecta [tiene forma de Y]. El renacimiento de esta ciudad tiene que venir de su centro¡±, se?ala.
Pero en N¨¢poles, donde se han rodado unos dos tercios de las escenas, no todo el mundo comulga con la realidad que pinta la serie. Los vecinos rechazaron al principio al equipo. Como sucede con las obras de Saviano en su ciudad natal, muchos ¡ªincluido su alcalde¡ª creen que solo ensucian el nombre del lugar. Pero el relato no est¨¢ tan alejado de las cr¨®nicas diarias de la ciudad. Tanto que, a veces, es f¨¢cil encontrar entre los camorristas detenidos tipos que se peinan como los protagonistas, o capos que decoran sus casas como las que aparecen Gomorra.
Salvatore Esposito (Genny Savastano en la serie), un actor que, sin pedigr¨ª, deslumbr¨® con la extraordinaria evoluci¨®n de su complejo personaje, le quita hierro a esa retroalimentaci¨®n y opina que se trata de un c¨ªrculo vicioso. D¡¯Amore, en cambio, cree que se debe a la fascinaci¨®n que generan las series. ¡°Cuando ten¨ªa pelo siempre quer¨ªa peinarme con el tup¨¦ de los de Sensaci¨®n de vivir¡±, bromea. Con la ¨²nica diferencia que el bueno de Dylan y su amigo Brandon nunca se dedicaron al narcotr¨¢fico y a liquidar a media ciudad.
Napolitano subtitulado en italiano
Si preguntas a un napolitano te dir¨¢ que el italiano es una convenci¨®n ling¨¹¨ªstica para entenderse a lo largo de todo el pa¨ªs. Cada regi¨®n tiene su dialecto, pero N¨¢poles posee un c¨®digo ling¨¹¨ªstico que, para muchos, puede considerarse una lengua propia. Gomorra, que ha respetado ese hecho diferencial y lo ha convertido en estandarte de su realismo, se caracteriza por haber lanzado al mundo un ¨¦xito absoluto en un idioma que solo comprenden los habitantes de este peque?o territorio. Tanto, que el resto de italianos suele verla subtitulada.
Marco D¡¯Amore, napolitano de pura cepa, se parte de risa. ¡°En Italia nadie entiende nada. Para nosotros ha sido una fuerza incre¨ªble. Los actores de Campania, como yo, pensamos en napolitano. As¨ª que hablamos con una lengua de sentimientos, que viene del est¨®mago. En N¨¢poles hay un dialecto en el centro, otro en Scampia¡ cambia mucho¡±, se?ala mientras hace una demostraci¨®n con su compa?ero de rodaje.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
