Las dos alquiblas

En este tiempo en que el islam est¨¢ tan denostado y el mundo ¨¢rabe es sobre todo objeto de sospecha, Juan Goytisolo es uno de los pocos intelectuales espa?oles que no se ha dejado llevar por la corriente. Ha sido fiel hasta el final a su propia larga relaci¨®n con la cultura araboisl¨¢mica, que se asienta en lo que a ¨¦l le gustar¨ªa llamar dos alquiblas, dos puntos de referencia a los que volverse en busca de sentido: una ideol¨®gica, la influencia de Am¨¦rico Castro y su visi¨®n de una Espa?a que asume la trascendencia de lo musulm¨¢n en su historia, y otra personal, su anclaje en Marruecos, desde el que fue conociendo el resto del Magreb y tambi¨¦n Oriente Pr¨®ximo.

Sin embargo, hay que decir que el islam de Goytisolo es muy particular, a mitad de camino entre la heterodoxia y el sufismo. La suya es una visi¨®n dominada por h¨¦roes personales como Anselm Turmeda, mallorqu¨ªn franciscano convertido al islam y que escribi¨® en catal¨¢n y ¨¢rabe. Pero nada m¨¢s lejos de los intereses de Goytisolo, en realidad, que el islam contempor¨¢neo, al que no supo o no quiso tomar el pulso y mucho menos incluir en su mitolog¨ªa personal. Esto le fue alejando progresivamente de la realidad social ¨¢rabe, mientras permanec¨ªa apegado al mundo de Yamaa el Fna, de los morabitos y de sus lecturas iconoclastas. Pues no olvidemos que siempre el referente ¨²ltimo de su obra fue la cr¨ªtica acerba a la cultura espa?ola en la que hab¨ªa nacido y crecido, y a la que nunca perdon¨® su mezquindad y su peque?ez.

Para ¨¦l Marruecos fue el espejo en el que se reconoci¨®, bajo el patronazgo de Jean Genet, un Marruecos canalla reci¨¦n salido del colonialismo. Y desde Marruecos, y a trav¨¦s de sus viajes, muchos de ellos para redactar los guiones de la serie de Televisi¨®n Espa?ola Alquibla, descubri¨® poco a poco la literatura ¨¢rabe contempor¨¢nea, de la que fue valedor en la Espa?a de los a?os ochenta a trav¨¦s de la colecci¨®n al-Quibla de la editorial Libertarias/Prodhufi. Por primera vez aparecieron en espa?ol autores de primera fila como el egipcio Sonallah Ibrahim o el sirio Salim Barakat, prologados por ¨¦l mismo. A su vez la cultura ¨¢rabe le reconoci¨® siempre un papel principal en las letras espa?olas, pues es el autor espa?ol m¨¢s conocido despu¨¦s de Lorca, referencia inevitable en todas las conversaciones.

Sentado en Yamaa el Fna, ¨¦l afirmaba que le habr¨ªan costado mucho menos los reconocimientos de no haber sido por esta relaci¨®n con el mundo araboisl¨¢mico, que la cultura espa?ola le habr¨ªa hecho pagar.

Luz G¨®mez es profesora de Estudios ?rabes e Isl¨¢micos de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.