Antonio Ferrera, un mago del toreo
Escribano se jug¨® el tipo con un apretad¨ªsimo par por los adentros ante una corrida mansa, muy descastada y deslucida de Adolfo Mart¨ªn
MART?N/FERRERA, BAUTISTA, ESCRIBANO
Toros de Adolfo Mart¨ªn, bien presentados, muy mansos, descastados y deslucidos.
Antonio Ferrera: pinchazo y estocada trasera (silencio); pinchazo -aviso- tres pinchazos -2? aviso- estocada baja y dos descabellos (palmas).
Juan Bautista: tres pinchazos y media (pitos); media (silencio).
Manuel Escribano: estocada trasera y baja (silencio); estocada baja (silencio).
Plaza de Las Ventas. Trig¨¦sima corrida de feria. 9 de junio. Casi lleno (21.796 espectadores). Se guard¨® un minuto de silencio en memoria del joven Ignacio Echeverr¨ªa.
La corrida fue un pesti?azo de los gordos; una constataci¨®n m¨¢s de lo poco que dura la alegr¨ªa en la casa de los aficionados a los toros. Un triunfo tras otro no debe ser bueno para el coraz¨®n, y quiz¨¢, por eso, la de ayer fue una tarde de penitencia, una de esas en la que se pone a prueba el nivel de afici¨®n de cada cual.
La corrida de Adolfo Mart¨ªn fue un fracaso sin paliativos; bien presentada y astifina, eso s¨ª, pero sin alma brava. Muy mansa, en l¨ªneas generales, en el primer tercio, a excepci¨®n, tal vez, del segundo y tercero, pero muy descastada, sin clase, ¨¢spera, sin recorrido y sin casi nada en las entra?as. Una corrida para olvidar.
En consecuencia, hubo pocos momentos para el recuerdo; pero quedan dos y ambos son importantes.
El primero es una nueva lecci¨®n de torer¨ªa de ese artista transfigurado llamado Antonio Ferrera. Volvi¨® demostrar que posee una admirable capacidad y conocimiento en la cara de los toros, que ha aprovechado, y muy bien, el a?o y medio que estuvo de baja por la fractura de codo, y que en este momento es uno de los pocos toreros realmente interesantes para el aficionado por su sentido de la lidia, su colocaci¨®n, su variedad, su firmeza y, sorprendentemente, su naturalidad.
Ayer, por ejemplo, se las estaba viendo con su primero, soso, sin fijeza ni calidad, que embest¨ªa con la cara a media altura y no le quitaba ojo al cuerpo del torero con la insana intenci¨®n de levantarle los pies del suelo. Pues por all¨ª andaba Ferrera con una seguridad asombrosa, como si estuviera en la plaza de tientas. Y ese mismo toro le hab¨ªa rasgado la taleguilla de un pitonazo en la segunda ver¨®nica con la que pretendi¨® recibirlo pegado a tablas.
Pero lo mejor lleg¨® en el cuarto, que derrib¨® con estr¨¦pito en el primer encuentro con el caballo, se orient¨® en banderillas y puso en apuros a la cuadrilla. Rajado lleg¨® al tercio final, huidizo, negado para embestir, absolutamente inservible para la lidia.
Sin embargo, ten¨ªa delante un torero. No se conform¨® Ferrera con actitud tan displicente del toro, y lo toc¨® por all¨ª y por ac¨¢, le mostr¨® la muleta de mil formas distintas -y el toro, que no y que no-, hasta que, en el quinto o sexto intento, le rob¨® dos naturales que supieron a gloria; instantes despu¨¦s, le siguieron otros dos con sabor a torer¨ªa, y una trincherilla y el obligado de pecho que despertaron los ol¨¦s en los cansinos grader¨ªos. Y a¨²n hubo alg¨²n muletazo por el lado derecho, y un par de naturales m¨¢s¡
Nadie acertaba a entender d¨®nde estaba el truco de este mago de la lidia. Porque eso fue, toda una suerte de magia para hacer embestir a un animal que parec¨ªa imposible para el toreo. Pero hab¨ªa sido tan exigente el an¨¢lisis, tan detenido y largo el estudio del toro, que el tiempo se le ech¨® encima, fall¨® con el estoque y a punto estuvo de que le devolvieran el toro al corral.
No fue as¨ª, menos mal, y qued¨® el regusto de una lecci¨®n de aut¨¦ntico mago del toreo.
No tuvo mejor suerte Escribano con un lote inservible, cort¨ªsimo de ¨¢nimo y m¨¢s propio de una manada de bueyes. Esa era la actitud de su primero, que no ten¨ªa un pase; y muy valiente se mostro ante el sexto, parado y deslucido, ante el que expuso m¨¢s de lo debido habida cuenta del poco r¨¦dito que pod¨ªa ganar.
A ese toro le puso el par de banderillas -el segundo recuerdo- de muchas tardes; el torero, subido en el estribo de la barrera; a pocos metros, muy cerca, el toro, y el encuentro result¨® ce?id¨ªsimo, y muy apretada la llegada al burladero. Un par en el que se lo jug¨® todo, y sali¨® indemne de milagro. Ferrera y ¨¦l hab¨ªa competido en el segundo tercio en sus primeros toros de manera muy discreta, y Escribano subi¨® el nivel ante el sexto.
Bautista aburri¨® en demas¨ªa ante el quinto, un inv¨¢lido muy protestado, al que se empe?¨® en muletear contra el criterio de los tendidos; y nada dijo ante el noblote segundo, tan suave como soso.
La corrida de hoy
Espect¨¢culo de rejoneo. Toros despuntados de Ferm¨ªn Boh¨®rquez, ara Hermoso de Mendoza, Sergio Gal¨¢n y Lea Vicens.
Babelia
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